El día comienza en el colegio de San Román como en cualquier otro. Levantar las persianas, limpiar la pizarra y esperar que el alumnado llegue con sus mochilas cargadas de energía. Sin embargo, hay algo que diferencia a este centro que pertenece al CRA Las Cuatro Villas, y es que este curso solo tiene dos alumnas.
Gracias al ellas se mantiene la que es la primera escuela de La Rioja, con unos 236 años de historia. Los maestros este año son los mismos que alumnas, Araceli Valdenebro y Óscar Virto, a los que se suman especialistas de inglés y psicología terapéutica que completan un claustro mayor que el listado de alumnas.
En La Rioja hay 11 Colegios Rurales Agrupados, que imparten clases en 50 de los 174 municipios riojanos. En ellos estudian 1457 alumnos y alumnas de La Rioja, desde los 41 del CRA Alto Cidacos (Enciso, Préjano, Herce y Arnedillo) a los 247 del CRA Cuenca del Najerilla (Alesanco, Arenzana de Abajo, Camprovín, Hormilla, Huércanos, Tricio y Uruñuela). En estos 50 centros trabajan 328 maestros y maestras y 6 profesores.
Una extensa red que permite que la educación llegue a los lugares en los que la despoblación ha causado mayores estragos y hay menos alumnado. Una red donde la comunidad educativa está más conectada, el entorno se vuelve protagonista y el compromiso docente es notable.
Entre ellos, el colegio de San Román es el que menos alumnos tiene de toda La Rioja. Sin embargo, para sus maestros, que celebran este 5 de octubre el Día del Docente, esto son solo números y preguntados por cómo es el día a día responden: “como en cualquier centro”. Pero lo cierto es que hay cosas diferentes, aunque para ellos, todas buenas. Defienden con entusiasmo este modelo educativo: “La alumnas reciben una atención mucho más individualizada y personalizada”.
Araceli y Óscar destacan que este tipo de educación permite ver el progreso educativo de sus alumnas se ve reflejado día a día, la relación de confianza es muy cercana y “cualquier necesidad se detecta mucho más rápido”, subrayan.
Estos docentes dan clases a una niña de 6 años, que cursa 1º de Primaria y otra de 12 años, que estudia 6º de Primaria, que viven en Terroba y en San Román. Ellas, con sus maestros y familias forman una comunidad educativa muy unida: “es un trato muy cercano, vemos a las familias todos los días y si surge alguna inquietud se resuelve al momento”, apunta Óscar Virto.
El entorno y el vecindario también son un apéndice clave en la educación que ofrecen estos dos docentes de La Rioja: “salimos por la puerta y estamos en la naturaleza y esa suerte la aprovechamos para muchas actividades”, cuenta Araceli Valdenebro, que también explica como muchos vecinos y vecinas se implican en festividades como Halloween y Carnaval.
La estabilidad del profesorado es uno de los principales retos a los que se enfrenta la escuela rural riojana. Pero Araceli y Óscar no son ejemplo de ello, pues la primera, lleva ya tres cursos escolares en el colegio de San Román y para el segundo si es el primer año pero ya hizo las prácticas universitarias en otro CRA y el año pasado trabajo en el CRA de Medrano.
“Me llena muchísimo, puede no ser cómodo venir desde Logroño pero con todo lo que engloba es lo que te quedas”, dice Araceli, que es natural de la localidad malagueña de Ronda. “Yo pensaba que venía de un pueblo pequeño y cuando llegué a La Rioja me di cuenta de la diferencia, allí hay muy pocos colegios rurales y son puestos voluntarios”.
Naturaleza, cercanía, relación familiar, educación peronalizada. Con todos estos valores describen el colegio San Román sus maestros, Araceli Valdenebro y Óscar Virto, que aseguran que el compromiso educativo garantiza el futuro de la escuela rural riojana.