Es difícil encontrar un logroñés que no pise a menudo esta calle, sin embargo, resulta igualmente difícil encontrar a uno que conozca el origen de su nombre. Cabría pensar que procede del tipo de árboles que la ornamentaba en el pasado o de la venta de hierbas y especias, ya que las calles y barrios tomaban a menudo el nombre de su gremio de artesanos. Sin embargo, el nombre de esta emblemática calle esconde mucho más, una historia tan curiosa como desconocida.
La calle comenzó a llamarse así en el siglo XVI, época en la que la ciudad se reducía prácticamente a lo que hoy conocemos como Casco Antiguo y estaba rodeada por una muralla. Tal como detalla el blog Loverioja, la calle Laurel y su travesía no tenían salida a la calle Bretón ya que un edificio cortaba este paso.
Su ubicación en la parte Sudoeste de la ciudad, junto a las murallas y alejada de toda la zona Noreste donde se encontraban todas las iglesias, hizo que fuera la zona elegida por las prostitutas de la ciudad para ejercer su oficio. El entonces conocido como 'Barrio de San Pedro', estaba repleto de casas de prostitutas.
¿Y cuál es el papel del laurel en todo esto? La fórmula de las prostitutas para avisar a los clientes de que estaban libres era colgar una ramita de laurel en sus ventanas. Al parecer, en épocas de crisis, había tan poco trabajo que todas las casas tenían ramas de laurel colgadas.
Otras épocas sin embargo, los clientes tenían que esperar durante horas a que su chica elegida estuviese libre. A alguien con mucha visión de negocio se le ocurrió abrir una tasca para que la espera se hiciese más llevadera. Fue la primera de muchas, el origen de la calle más concurrida y animada del Logroño actual.