El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, trasmitió ayer al nuevo presidente cubano, Raúl Castro, la preocupación del Vaticano y de la Iglesia Católica por la situación de los presos en la isla.
Bertone, fue el primer dignatario extranjero en reunirse con Castro, elegido el domingo como sucesor de su hermano Fidel. “En el máximo respeto de la soberanía del país y de sus ciudadanos, he expresado al presidente Raúl Castro la preocupación de la Iglesia para con los presos y sus familiares”, declaró Bertone en un mensaje leído en el aeropuerto de La Habana antes de subir el avión de regreso a Roma.
El número dos del Vaticano no aclaró aun así si se refería a los presos comunes o políticos, a los que el Gobierno cubano considera mercenarios al servicio de Estados Unidos. Consultado por periodistas en La Habana, Bertone comentó el pasado lunes que no ha pedido una amnistía al Gobierno, aunque dijo que ese tipo de “gestos positivos” ayudan a la reconciliación.
El cardenal citó además el ejemplo de cuatro presos políticos excarcelados este mes por razones de salud. Su visita oficial de seis días para darle un “nuevo impulso” a las relaciones entre la Iglesia Católica y las autoridades comunistas coincidió con el primer cambio de liderazgo en Cuba en casi medio siglo.
RELACIONES BILATERALES
“Estas relaciones serán siempre desafiantes, pero también llenas de oportunidades para promover el bien común de los cubanos”, manifestó el cardenal.
Al despedirle en el aeropuerto, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, agradeció las duras críticas formuladas por Bertone contra el embargo con el que Estados Unidos intenta asfixiar al Gobierno de la isla desde hace más de 45 años.
“Quisiera asegurarle que seguiremos trabajando para impulsar las relaciones, la comunicación, el dialogo con la Santa Sede y con la Iglesia Católica en Cuba”, añadió el ministro cubano.
MÁS ESPACIO RELIGIOSO
Bertone fue enviado a Cuba por el papa, Benedicto XVI, para conmemorar el décimo aniversario del viaje de su antecesor, Juan Pablo II, quien descongeló las relaciones entre Iglesia y Estado, que atravesaron momentos difíciles tras la revolución de 1959. Según informó la agencia católica italiana SIR, las autoridades cubanas prometieron a Bertone más espacios para la Iglesia en la prensa controlada por el Estado.
En un gesto excepcional, Granma, el periódico del gobernante Partido Comunista, publicó ayer una nota de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba pidiéndole a Raúl Castro “medidas trascendentales” que satisfagan las “ansias e inquietudes” de los cubanos.
En homilías pronunciadas desde La Habana a Guantánamo, en el extremo oriental de la isla, Bertone aludió a las dificultades que afrontan los católicos cubanos, llamó a la reconciliación y reclamó más espacio para la misión pastoral de la Iglesia. El cardenal adelantó que la Iglesia Católica trabajará con el nuevo Gobierno de Raúl Castro por el bien de los cubanos.