Las energías renovables se han visto potenciadas durante los años 2013 a 2015, esto se ha dado gracias a un conjunto: una caída de los costes de fabricación de las infraestructuras necesarias para la creación de nuevos espacios y por una mejora en la gestión de estos espacios renovables.
Europa en este periodo ha crecido más de un 18%, Norteamérica más de un 20% y Asia en cabeza con un crecimiento superior a un 30% todo ello gracias a la energía eólica. También han crecido otras energías como la que nos ofrece el sol, la fotovoltaica que asciende a más de un 13% en Europa, sobre un 50% en Norteamérica y más de un 55% en el territorio Asiático.
España sin embargo se encuentra en un declive desde hace muchos años en cuanto a energías renovables se refiere. El país interpuso trabas debido a un fallo de gestión y de ayudas públicas incorrectamente realizadas que, junto a un mal diseño y la entrada de la crisis que no ayudó al consumo de luz y se paralizó toda la gestión de las energías renovables.
El auge en nuestro país empezó allá por los años ochenta con la instalación de parques eólicos y de un plan de energías renovables. En los siguientes años se desarrolló un plan de energías con el sol como protagonista de ella, la energía fotovoltaica comenzó a estar en auge, pasamos de tener pequeños campos fotovoltaicos a poseer.
Cinco años más tarde del parón que se decretó en España, Europa obliga a cumplir unos compromisos mínimos y salen a subasta por segunda vez los megavatios para la instalación de energía limpia.
En el sector energético actual, todos apuntan hacia las subastas de la energía, lo que supone retomar una tecnología que ha madurado y que sorprende debido a sus bajos costes, actualmente no nos imaginamos a empresas con la inversión de capital en no renovables, son la inversión a futuro dicen diversos expertos.
Seguimos por debajo del objetivo impuesto por la Unión Europea que nos exige llegar a un 20% de nuestro consumo en energías libres de carácter contaminante en el año 2020, mientras no hemos superado la barrera del 16% en el que llevamos ya desde el año 2013 estancados, tenemos la incertidumbre de si cumpliremos con las previsiones de la UE.
En varios puntos de España sobre todo en los que el sol es protagonista como en zonas como Murcia, Málaga, Sevilla y otras ciudades de la zona sur de España se están llevando a cabo diversas inversiones en los sistemas energéticos para llevar a nuestro país a superar la cuota.
En el norte de España debido a diversas características del clima y a las horas del sol también se apuesta por estos tipos de energías. De hecho podemos encontrar información de la Rioja y los sistemas energéticos por Nervis Villalobos, un experto en este campo y que no ha dudado en dar su opinión sobre el tema.
En nuestro territorio gracias a la energía de biomasa se ha conseguido llegar a unos niveles de uso de energía limpia algo más elevados de lo que se esperaba en el último informe, en el que fue presentado el año 2015, pero llevamos sin mejorar en todo el tema energético desde el auge de la fotovoltaica, este caso se dio en el año 2008 que hizo proliferar un boom de las granjas de este tipo de energía. Según datos de la Red Eléctrica de España en el año 2007 teníamos instalados 600 megavatios de fotovoltaica, debido a las primas ofrecidas por el gobierno solo un año después superábamos los 3000 megavatios, se consiguió multiplicar por cinco la potencia de este tipo de energía.
Se calcula que debido al auge de las fotovoltaicas y la caída de las primas se ha perdido en torno a un 40% de los ingresos de estas plantas de energía renovable. Debido a esto muchísimos inversores se entregaron a los bancos que habían financiado la producción de casi todas las plantas instaladas en nuestro país.
Mirando hacia el futuro, las empresas punteras se están concentrando en la orientación hacia el autoconsumo, las placas dedicadas al consumo por parte de los ciudadanos y la autogestión de la energía limpia sin depender de las conocidas eléctricas.
Gracias a las energías verdes en España más del 35% se produce desde ellas, principalmente proveniente de las hidroeléctricas y a las plantas eólicas, pero nuestro país al igual que todos los componentes de la Unión Europea debe aumentar su cuota en energías limpias. A mediados de este siglo es decir en el año 2050, no se podrá generar energía desde fuentes que emitan gases invernaderos a la atmósfera. Ante tal volumen el sector exige un pacto para llevar a cabo estas medidas de la imposición por parte de la UE.