Catorce días. Parece lejana la victoria ante Anaitasuna. Un triunfo que deja al BM Logroño con todo por hacer en estas seis últimas jornadas de Asobal. Dos semanas atípicas. Tras el merecido descanso de Semana Santa, el bloque riojano se centró en los entrenamientos de cara a su enfrentamiento de este miércoles, 20.45 horas, en Pontevedra. Pero entre que Ángel Fernández y Chiuffa han estado con sus selecciones, que si Aginagalde acudió al sorteo de la Copa del Rey y que Krupa, entre otros, apenas ha podido ejercer, el caso es que el panorama no es muy halagüeño para Jota González.
En este sentido, el técnico pucelano deberá volver a hacer un puzzle para encajar unas piezas erosionadas. El portero checo arrastra molestias en un hombro, por lo que incluso puede darse la circunstancia de que los franjivinos acudan con un único guardameta; un Aginagalde que celebrará, si nada lo remedia, su partido 600 en Asobal. Cifra a la que pocos han llegado. Juanín (Ademar León) también lo hará esta jornada, Frán Ávila, ya retirado, Fernando Hernández (Valladolid) y Hombrados (Guadalajara) tienen ese privilegio. Pero más allá de esta efeméride, más anecdótica que otra cosa, Jota afronta otros retos.
Por ejemplo, confiar en que Garabaya ya está en plenitud de facultades después de no vestirse ni en Guadalajara ni ante Anaitasuna en el Palacio. La aportación del pivote será fundamental en labores defensivos. El que venía ocupando esa posición era Del Arco, el cual es duda. El de Leganés atisba en tierras gallegas la oportunidad de llegar a su gol número 300 en la competición. Cien más puede alcanzar Chiuffa en Asobal si logra 6. El que no va a esta es Pablo Paredes. El lateral, que tuvo minutos en el último encuentro, está fuera por un proceso vírico. Mala suerte para el getxotarra. Tampoco acude Montoro, por lo que Garciandia deberá saber dosificarse.
Con estas piezas, algunas entre algodones, debe sacar adelante el BM Logroño su duelo ante un Condes de Albarei Teucro al alza. De hecho, los de Quique Domínguez han sorprendido en esta segunda vuelta sumando puntos ante rivales de entidad. Así, en el último partido ganaron 28-29 a Benidorm. Pero es que han superado, también a domicilio, al Granollers (26-28) y han empatado en Guadalajara (33-33) – además de ganarle en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey-.
Los azulones sacan 7 puntos a los puestos de descenso y consideran que con dos podrían ser suficientes para mantener la categoría. Apoyados por su afición quieren sacarlos cuanto antes. La visita de los riojanos motiva, casi siempre en todas las pistas. Es de intuir que lo que sucedió en la primera vuelta, el paseo que se vivió en el Palacio (37-26), no se repita. Ojalá. Será complicado.
Más para un BM Logroño que no sabe cuál será la respuesta física de varios jugadores. Sin embargo, la calidad de los franjivinos –por mucho que el número sea meno- unida a la dinámica positiva invitan al optimismo en un partido que, aparentemente, es sencillo pero que se puede complicar. Además, tres días después llegará el Puerto Sagunto al Palacio.
Quizá sea mejor no pensar en él hasta que concluya el de este miércoles porque la defensa tiene que ser el bastión en el que debe sujetarse el equipo logroñés. El ataque, como se está comprobando, muestra fluidez y diversidad de recursos, tanto con los extremos, como el lateral derecho y la aportación de Kusan en los 6 metros. Con Kukic como director de orquesta, apoyado por Castro, con más tiempo para recuperar su tobillo -aunque también con dudas de su participación-, el juego parece bajo control. Además, con el triunfo se seguiría mirando con optimismo a la recta final liguera.