Impuesto del 0,7% y 100 metros de distancia respecto a institutos: el plan de Madrid para regular las apuestas
La Comunidad de Madrid pretende establecer un impuesto del 0,7% de la recaudación de las apuestas para destinarlo a la ayuda contra la ludopatía y fijar una distancia mínima de 100 metros entre estos negocios y centros de enseñanza. Se trata de dos de las medidas que el Gobierno regional ha incluido en el borrador de decreto que ha publicado esta semana y con el que pretende modificar la regulación autonómica de juego y apuestas.
Con la revelación del documento, se han abierto también los trámites para la consulta previa pública para buscar, según reza el texto, “la participación activa de los potenciales destinatarios de esta norma”. Se trata de la primera vez que las propuestas de la Comunidad al respecto se plasman en un borrador de estas características.
El texto modificaría decretos distintos, ya que la regulación diferencia entre salones de juego –Decreto 6/2001– y casas de apuestas –Decreto 106/2006–, aunque las propuestas para ambos son muy parecidas. Es el caso de la limitación establecida para separar los centros de enseñanza no universitarios de estos espacios, que se fija en 100 metros. “No se podrá conceder autorización de funcionamiento” a quien incumpla esto, explica el borrador –prácticamente calcado para ambos casos–, donde se añade que esta acreditación deberá ser certificada por el “colegio profesional correspondiente”, que deberá “medir radialmente” la distancia“.
Para la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM), uno de los colectivos más activos a la hora de regular las apuestas, la propuesta de distancia mínima es “ridícula”. “Que haya endurecimiento está bien, pero es claramente insuficiente”, lamenta Silvia González, responsable de cuestiones de apuestas y juego en la FRAVM: “Nuestra propuesta es que ese espacio fuera de 500 metros, como ya se hizo en Murcia”.
Cabe destacar que la Comunidad de Madrid es una de las autonomías con regulación más laxa respecto a las apuestas y el juego: hasta ahora, uno de cada cuatro institutos de la capital está a menos de 150 metros de uno de estos locales, según una investigación de El País, ya que no hay ninguna restricción al respecto.
González también critica que “no se diga nada de las distancias entre locales”, ya que se concentran en determinadas zonas de renta baja, sin apenas distancia entre ellas. “Hay calles en las que están entre pared y pared”, recuerda esta vocal de la FRAVM, que pone los ejemplos de calles como Marcelo Usera o Bravo Murillo. Su propuesta es que, al menos, un kilómetro separe los negocios entre sí.
Para la federación de vecinos madrileños, casi todo lo expuesto está “muy por debajo” de sus peticiones que, en algunos puntos, no han sido recabadas. Es el caso de la regulación de la publicidad en medios de comunicación –en especial, los de titularidad pública–: “Queremos una regulación similar a la del tabaco y el alcohol, pero no se menciona nada. También sobre las campañas sexistas e invasivas de estas empresas”. Aunque la regulación vigente ya menciona estos aspectos, no es “suficiente” para este colectivo, que también afea a la Comunidad que nunca se hayan reunido con ellos: “Nos dijeron que como iban a presentar el decreto que recogía nuestras propuestas, ya no hacía falta reunirnos”.
Impuesto del 0,7% a la recaudación
Imponer una tasa a la recaudación de las empresas de apuestas para destinar el dinero a la ayuda a ludópatas ha sido otra de las reivindicaciones vecinales, pero también de Unidos Podemos, que el pasado año presentó una Proposición No de Ley en la Asamblea de Madrid en la que, entre otras propuestas –muy similares a la de los vecinos–, se establecía que el gravamen debería ser del 1% de los ingresos de estas empresas.
Aunque el borrador sí recoge esta medida, a la que llama 'Reserva para prevención y tratamiento de la ludopatía', la rebaja en un 30%. Así, se establece “destinar el 0,7% de la recaudación procedente de la Tasa Fiscal sobre el Juego a la financiación de políticas de prevención y tratamiento”.
Control de acceso para menores y ludópatas
El control del acceso de menores y personas que han pedido ser registradas como ludópatas, otro de los asuntos más polémicos en este tipo de negocios, también se ve endurecido con el borrador publicado este jueves. La regulación vigente no entra en detalles sobre cómo debe ser ese control, pero el proyecto de decreto sí que especifica que debe situarse “a la entrada del local” para que “ninguna persona pueda entrar (...) sin haber pasado obligatoriamente” por el servicio de admisión.
También se obliga a que haya, al menos, una persona encargada de este control en todo momento en el que los locales permanezcan abiertos. Este empleado tendrá que, además de requerir la documentación a los clientes, registrar los accesos a través de un “sistema informático previamente homologado”, conectado a las bases de datos de la Comunidad de Madrid. Esta información se conservaría durante seis meses y podrá ser consultada “por los funcionarios que desempeñan las funciones inspectoras” en este ámbito.
En este punto, cabe destacar que en la legislación vigente solo se impedía la entrada de ludópatas a zonas de juego con las identificadas como máquinas B.3, que son las que se basan “en el juego del bingo”. Con los cambios, esto se ampliaría a “cualquiera de los juegos que se practiquen en su interior”.
La protección a los menores también se amplia con la prohibición de las “máquinas con juegos infantiles o deportivos con premio en especie”, hasta ahora permitidas. Así, en una disposición transitoria, el borrador da un plazo de 12 meses para la eliminación de las máquinas señaladas, pero “prorrogable por otros seis meses para aquellas máquinas que tuviesen una antigüedad inferior a un año”.
En noviembre del pasado año, la Consejería de Economía y Hacienda –la misma que ha redactado este texto– definió como “mero pasatiempo” una máquina de estas características ya que, en lugar de dinero, ofrecía tickets canjeables.
Limitación de la publicidad en las fachadas
De aprobarse el borrador del decreto, los locales de apuestas y salones de juegos no podrían anunciar en su fachada imágenes que correspondan a juegos o apuestas para los que no estén autorizados pero, en el caso del primer tipo de negocios, tampoco podrían promocionar en el exterior “carteles informativos de los mercados, de los pronósticos, ni de los coeficientes de apuestas”.
Lo que sí deberá aparecer en sus fachadas de forma “claramente visible desde el exterior” deberá ser la prohibición del acceso a menores y la naturaleza de su negocio (“salón de juegos”, “casa de apuestas” o similares, según el caso). La propuesta también se endurece para las apuestas en este punto: además de lo indicado, deberán destacar en un cartel que “la práctica abusiva de juegos y apuestas puede producir ludopatía”.
En cambio, en el caso de las licencias, los salones de juego encuentran una mayor restricción. Así, estas autorizaciones podían ser transferidas entre empresas, algo que la nueva ley cambiaría para que solo pudieran ser cedidas entre personas físicas y únicamente por causa de muerte del titular.
El alcohol sigue presente, pero en zonas más pequeñas
Es habitual que los locales de apuestas y salones de juego ofrezcan servicio de bar o cafetería. Si hasta la fecha estas zonas, que tienen que estar diferenciadas, tenían el límite de no poder ser más grandes que la parte dedicada al juego, el borrador profundiza en esta dirección: “No podrá exceder del 50% de la superficie total”. Además, “se entenderá por superficie de bar o cafetería la destinada a cocina, barra, mesas y zona de almacén”. En cualquier caso, se seguiría permitiendo la venta y consumo de bebidas alcohólicas, que suelen ser objeto de críticas de los detractores de estos negocios.
Para la FRAVM, “el problema no es tanto el tamaño de estos espacios, sino su presencia”. Su propuesta pasa por la desaparición de las zonas de bar o cafetería en los locales, no permitiendo lo que llaman la “doble licencia”, gracias a la que se ofrecen ambos servicios.