El Atlético de Madrid evita finalmente el cierre completo de su estadio y estará obligado a cerrar parte del fondo sur después de que varios aficionados del equipo rojiblanco lanzasen objetos, entre ellos mecheros y botellas, al portero belga del Real Madrid Thibaut Courtuois y se obligase al árbitro del encuentro a suspender el partido durante varios minutos.
El Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha dictado este miércoles una sanción de tres partidos de cierre parcial de su grada para el Estadio Metropolitano, por el lanzamiento de objetos e incidentes durante el pasado derbi el domingo entre Atlético de Madrid y Real Madrid. En concreto, Competición cierra los sectores de la grada fondo sur bajo del 127 al 133 (incluidos), lo que suponen en torno a 5.000 localidades.
“En el acta del encuentro, el colegiado Mateo Busquets Ferrer refleja la suspensión temporal del encuentro, en el minuto 64, al aplicarse el protocolo de lanzamiento de objetos y lanzar por megafonía avisos previos de suspensión hasta en dos ocasiones”, explica en un comunicado recogido por Europa Press la Federación española, que ha detallado que el club se enfrentará además a una sanción de 45.000 euros.
El árbitro tuvo que suspender durante 10 minutos el partido que enfrentaba a los dos principales clubes de la capital después de que se emitieran tres avisos por megafonía ante los sucesivos lanzamientos de distintos objetos desde el fondo sur del estadio, donde habitualmente se sitúan los miembros del grupo ultra Frente Atlético, entre ellos mecheros y botellas, coincidiendo con el gol del Real Madrid.
El colegiado inició el protocolo de estos casos y la megafonía del estadio pidió a los aficionados que no se arrojase nada a la grada, pero, tras el aviso, siguieron los lanzamientos, con el portero rival Thibaut Courtois como objetivo, lo que provocó la suspensión temporal del encuentro.
Competición ha aplicado el artículo 15 del Código Disciplinario y entiende que el club de fútbol madrileño no es reincidente ya que, pese a ser sancionado en primera instancia por los gritos racistas contra Nico Williams en la jornada 33 de la pasada temporada, el Atlético acudió a Apelación y fue absuelto. El club argumentó entonces que carecía de responsabilidad en el incidente, ya que había adoptado medidas de prevención.
En su resolución el Comité, reunido este miércoles, explica que la sanción de tres partidos de cierre parcial y 45.000 euros de multa se debe a la comisión de infracciones “muy graves” tipificadas en el artículo 76.2 del código disciplinario que rige al fútbol español, “en consonancia con el artículo 15”.
Ahora, el Atlético de Madrid podrá presentar un recurso ante el Comité de Apelación y también acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD).