Confluencia, primarias abiertas, Manuela Carmena y la sombra del 15M: tres años del triunfo de Ahora Madrid
Podemos acababa de irrumpir en el Parlamento Europeo con cinco escaños. Lo que no era Podemos se reunía en Municipalia para poner en marcha un proceso municipalista mirándose en el espejo de Guanyem Barcelona. Allí estaba Ada Colau; aquí no había candidata clara; pero sí una alianza entre movimientos y colectivos que se referenciaban en el 15M para propiciar un giro en el Ayuntamiento de Madrid.
Muncipalia derivó en Ganemos Madrid, y Podemos aprobó en su primer Vistalegre, en octubre de 2014, que no se presentaría a las elecciones municipales. Pero la presentación de Ganemos en el Círculo de Bellas Artes a principios de noviembre evidenció que había un potencial en la ciudad del que no podía escaparse Podemos: y se abrieron unas negociaciones que culminaron a finales de enero con un acuerdo para concurrir juntos a las elecciones con un partido instrumental de nombre Ahora Madrid.
Las negociaciones para ese acuerdo no fueron fáciles; y ni siquiera terminaron con aquel acuerdo: luego vino la negociación de las primarias, cuando casi todo salta por los aires; después, en marzo, llegó Manuela Carmena y, dos meses después, las elecciones.
La concejal de Igualdad, Celia Mayer, participó en las negociaciones por parte de Ganemos. “El nacimiento de Ahora Madrid surge de un proceso de convergencia social, política y ciudadana. Un esfuerzo colectivo de actores muy diversos: partidos, organizaciones, movimientos sociales, ciudadanas y ciudadanos, que apoyaron un proyecto nuevo para Madrid e impulsaron la candidatura al gobierno de la ciudad. Toda esa inteligencia, arraigo, saberes, participación y capacidad de trabajo y de cuidado de la ciudad, son necesarias para mantener un gobierno que aspire a realizar transformaciones profundas. Una capacidad de cambio que no se base sólo en las políticas de la institución, a veces parciales mermadas y ligeras, si no que permee todas las capas de la ciudad en cada uno de los ámbitos: movilidad, urbanismo, feminismo, democracia”.
El secretario general de Podemos Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, por aquel entonces era un participante de Ganemos que entró en la primera Mesa de Coordinación de Ahora Madrid como persona de consenso: “Fue durísimo. Pero era un momento político más dulce que ahora. Todo tenía menos trascendencia pública. Aquella negociación fue muy dura. Tuvo tres grandes éxitos: Manuela, que fue de todos y llegó al final; el gran éxito de Ganemos, que fue el famoso Dowdall [primarias abiertas y proporcionales]; y el de Podemos, concurrir a unas elecciones a las que no iba a ir. Podemos fue la mitad de AM en un contexto en el que no iba a ir”.
“En aquellos momentos”, recuerda Espinar, “Ganemos tenía una posición con quienes apostaban por la IU de Alberto Garzón unida a los movimientos; y al otro lado estaba el primerísimo Podemos. Gente de esa IU acabó en Podemos y otros dirigiendo IU. Y, con el tiempo, Ganemos ha acabado significando el ala más izquierdista de Ahora Madrid. En la presentación de Ganemos, en noviembre de 2014, no se cabía en el Círculo de Bellas Artes: era un referente municipal del cambio. Hacía falta una candidatura municipal. En cuanto los debates empezaron a ser más complejos, Ganemos tuvo poco aguante. Era un espacio con un potencial mucho mayor que convertirse en el ala más a la izquierda y minoritaria de Ahora Madrid”.
Mauricio Valiente, tercer teniente de Alcalde y coportavoz de IU Madrid fue uno de los militantes que tuvo que renunciar a su afiliación a IUCM para participar en Ahora Madrid y encabezar una lista en sus primarias: “¿Cómo fue aquello? Fue un momento ilusionante, de construcción de un movimiento político realmente novedoso y desde abajo. No se entendería si el ciclo de movilizaciones que habíamos protagonizado colectivamente. Ilusión mezclada con incertidumbre porque estábamos construyendo algo nuevo y tocó improvisar en algunas cosas. Tampoco pueden obviarse ni olvidarse las resistencias, como las que vivimos en el interior de Izquierda Unida o de sectores de Podemos que se resistían a avanzar en una dinámica unitaria, que el éxito de mayo de 2015 difuminaron rápidamente. En todo caso lo recuerdo como un momento de creatividad realmente revolucionario, de construcción de lo que considero un ejemplo de unidad popular y de una pagina que quedará en la historia de nuestra ciudad”.
Jesús Montero, entonces secretario general de Podemos Madrid Ciudad, y una de las personas que más dificultades pone en 2015 a que militantes de IU participen en Ahora Madrid y que al mismo tiempo más contribuye a convencer a Carmena de que sea candidata, afirma: “No existe Ahora Madrid. Ese es uno de los retos. Hay dos modelos, uno es BCNComú y AM; aquí, en Madrid, va a haber una coalición, no será un partido. Son dos fórmulas con el mismo éxito pero muy diferentes. Si hubiera habido más tiempo, no te digo que no se hubiera desarrollado de otra manera. Pero aquí, si hubiéramos tenido el partido montado [Podemos] y vas a la confluencia, quizá se habría desarrollado más. Montar al mismo tiempo el partido y defenderte del desbordamiento era muy difícil. Pero el acuerdo es enero, en febrero hay desacuerdo, en marzo Manuela dice que sí, en abril son las primarias, en mayo las elecciones y en junio está gobernando”.
José Manuel López, diputado autonómico de Podemos que encabezó la lista a la Comunidad en 2015, participó en las negociaciones desde el primer momento. En aquel momento era miembro del Consejo Ciudadano Municipal y participó en la mesa de trabajo Podemos/Ganemos. y en el desarrollo del programa.
“Los debates fueron cordiales, a pesar de que daba un poco de miedo el peso de Podemos en ese momento”, recuerda López: “Empezamos a trabajar sin que hubiera cerrado la candidatura de Manuela. Fue muy interesante porque no había disputa entre candidatos, no había, no se encontraba nadie que se planteara como posible. Eso nos permitía avanzar en otros aspectos. Cuando aparece Manuela como posibilidad ya se ha cerrado el sistema de votación. Entonces entramos en una fase en la que Manuela era obviamente la candidata, pero había que presentar listas alternativas para ubicar el orden de la lista. Así que aparecieron varias listas de las que sólo tres entraron en la lista final (Manuela, IU y IA-traficantes)”.
“Hubo en Ganemos quien se resistió a que Manuela fuera la candidata”, recuerda López, “pero no tenían otra alternativa. Como anécdota, en una reunión alguien de Ganemos amagó que tener un candidato mejor y se contó este chiste en la mesa: ”Oye, ¿hay algo mejor que el sexo“… se sabría”. Pues eso“.
El hasta hace pocas fechas coordinador del grupo municipal de Ahora Madrid y negociador de Ganemos, Toño Hernández, explica: “Aquel proceso de confluencia se dio en un momento único, hoy las condiciones no son las mismas. En aquel momento era inevitable e imposible para nadie negarse a la confluencia, aunque tuvieran más o menos reticencias como fue el caso de Podemos, que se vio arrastrado a firmar el acuerdo. Al margen de cómo se llamara, había una eferverscencia de mucho tiempo, un trabajo de mucha gente que hacía la situación inevitable. Es verdad que se dio en Madrid esa circunstancia. Analizando a posteriori, los fallos tienen que ver con que Podemos se vio arrastrado a una confluencia sin ser el hegemón. Este acuerdo de 50%-50% ha garantizado que el acuerdo saliera, que no se pudieran tomar decisiones arbitrarias, pero también ha servido para bloquear por la parte que tenía miedo al desarrollo de Ahora Madrid, como es el caso de Podemos”.
Gonzalo López, negociador de Ganemos y asesor de Galcerán en Tetuán, recuerda que “fue una negociación muy dura. Representamos los movimientos sociales de Madrid y los partidos que estaban fuera de Podemos: Equo, IU, Partido por un Mundo Más Justo, autónomos, independientes, el Patio Maravillas y todo con la fuerza del 15M. Todo era posible, se crearon muchas comisiones, nos reuníamos en el Patio y se confluyó con Podemos que era la marca que venía fuerte de 2014. Es un proceso difícil, se intentó facilitar que hubiera un proceso de elecciones proporcionales, que hubiera Dowdall, pero se descuidó otros: los ámbitos de discusión, la Mesa de Ahora Madrid, el desarrollo orgánico y territorial, que no se realizó”.
José Haro, uno de los que participó en la redacción del Marco de Entendimiento entre Ganemos y Podemos, y ahora colaborador del concejal Javier Barbero, reflexiona: “Ahora Madrid surge en 2015 de la unión de dos semillas, la del descontento y la de la propuesta, sembradas sobre un sustrato reivindicativo que enriqueció y dejó en herencia el 15M, y dando como fruto una herramienta que pretendía cuestionar y disputar la hegemonía cultural, económica, social y política de la ciudad de Madrid, y sostener un nuevo modelo de relación institución-ciudadanía que fuese más allá del mero acceso a parcelas de poder y permitiese construir buenas vidas en común”.
En cuanto al programa y la construcción de organización en los distritos, se montó un equipo de trabajo que coordinaba el propio José Manuel López: “El trabajo era pensar el programa por distritos con una metodología única.. El objetivo era juntar a la gente por para que e hicieran algo juntos : Ganemos, IU, Podemos, Equo… Se conocían del roce de años, pero no habían hecho cosas como si fueran una sola organización nunca. Y pensar el programa sólo en su distrito, que se pisaran tierra. Los talleres fueron bien, especialmente fuera de la M30. En San Blas juntamos a 180 personas. Eso sí, había gran variedad de expectativas, las mismas que luego se vieron en el gobierno municipal”.
Fernanda Rodríguez, negociadora de Ganemos y ahora asesora de Montse Galcerán en el distrito de Moncloa, recuerda aquellos días: “Para una parte de nosotros el municipio era también la oportunidad de ensayar una forma de gobierno próxima a las demandas y obediente a ellas. Eso se encarnaba en dos elementos: programa participado por los movimientos y candidatura vinculada a órganos de deliberación y decisión locales y sectoriales. Esta era la posición de Municipalia, luego devenida en Ganemos Madrid, no era la posición de Podemos. La posición de Podemos partía de lo que se podría llamar autonomía de la política. Se trataba de tomar el poder por medio de figuras de reconocido prestigio que la ciudadanía pudiera identificar con los que saben”.
“Lo nuevo sólo es nuevo un rato”, reflexiona José Manuel López: “No estamos en la fase de la ilusión del ”pionero“. Además, esa variedad de expectativas que notamos generó un primer enfriamiento inicial. Todo el mundo pensaba que se iba a cumplir el deseo que tenía en la cabeza. Después la ilusión se ha transformado en realidad y en normalidad ilusionante. Si Manuela se presenta, ganará. Porque los que le votaron lo harán, y se ha ganado la estima -le han perdido el miedo- otros que no lo hicieron”.
En cuanto a la idea de desarrollar Ahora Madrid, José Manuel López piensa: “Era imposible porque Podemos, IU y Equo no querían perder su propia identidad. Querían mantener su lógica. El resto de la gente de estaba sobrerrepresentada en Ganemos. Eran los que más insistían porque era una manera de ganar un músculo que no tenían. Los demás no querían prestárselo. La lógica de Manuela es más de sumar gente que la de crear estructuras. Su idea es que es mejor no tener un contorno absolutamente definido porque cuando lo tienes pierdes gente e instalas una cultura de partido tradicional. Que pierdes espacio. Personalmente no lo tengo claro, aunque la experiencia no le está quitando la razón”.
“El próximo año es importante”, defiende el diputado de Podemos, “pero pasa por Manuela. Más allá de lo interno, la participación, Ganemos... Manuela ha conseguido la ficha que inicia las tres en raya. Hasta que ella no decida, nadie lo va a hacer, ni para la comunidad ni para el ayuntamiento –salvo nosotros, que a veces no pensamos–. Ella define el tablero externo y, creo que también, el interno; cómo se conformará lo interno”.
“El momento fue tan espectacular”, tercia Toño Hernández, “y de tanta ilusión que también hay que resaltar que fue el empuje de mucha gente, tanto en lo simbólico como trabajando desde dentro. No fue una cosa ni de los 6 que estuvimos por cada lado, ni de quien en el último momento llegó, como Manuela, que fue la guinda del pastel. El pastel estaba prácticamente cocinado por la situación sociopolítica que había”.
“Una de las cosas más duras de la negociación”, recuerda Hernández, “fue la actitud que había en Podemos en general en el intento de dejar fuera a la gente sana de IU. Tensó mucho la negociación, era el sector que había roto con la mafia de IUCM. Podemos estaba en la idea de hegemonizar todo quería destruir todo que le pudiera hacer sombra. Fueron momentos muy duros, y había gente que quería dejar a IU fuera si era necesario. Y generó mucha tensión. Hubo que tocar a otros niveles para que eso se desbloqueara, y hubo gente en Podemos con más altura de miras que permitió desbloquear eso. Cuando esa tarde se desbloqueó y al día siguiente llegamos a la coordinadora hubo una gran alegría porque no hubiera exclusión de nadie”.
“También fue chocante el intento de apropiación de la figura de Manuela Carmena”, explica Hernández: “Manuela además se quedó encerrada en una burbuja, el propio comité de campaña aisló a Manuela. No nos dejó participar a una gente de Ganemos. Había un parte que no se creía la confluencia y fue el mayor problema. Tenían miedo a que ocurriera como en BCN, un proceso que no controlaban. Era el miedo de Podemos”.
Sarah Bienzobas, participante de Podemos desde el principio y próxima a las negociaciones con Ganemos, recuerda aquellos días: “Yo sentí lo que significaba haber ganado el día de la investidura, el 13 de junio. Como dijo Rita [Maestre] en su discurso, era el día en el que de facto la gente había 'entrado en lugares en los que hacía mucho tiempo que no se pensaba en ella', y tanto: el PP llevaba 25 años casi atrincherados en el gobierno de la ciudad y ver Cibeles rodeado de gente alegre y emocionada que esperaba a sus nuevos representantes a la salida para felicitarles era inaudito y precioso. Está sin duda en el top 3 de cosas más emocionantes que han pasado en mi vida. Además, igual que pasó con los 5 escaños de las Europeas de Podemos, vino por sorpresa. Hasta muy muy pocos días antes de las elecciones, era impensable que algo así pudiera si quiera pasar. Y de pronto pasa algo y comienza a haber un run-run, un pulso que se respira, es difícil de explicar y esos tres días antes de las elecciones son los del nudo en el estómago y el ataque de nervios. Ese 13 de junio lloramos y nos abrazamos mucho”.
“El proceso de negociación del ‘Marco de Entendimiento’ que formalizó la confluencia y que fijó las reglas básicas del proyecto Ahora Madrid”, conviene Haro, “fue complejo. Se construyó sobre el vacío pues no existían precedentes previos en Madrid con los que referenciarse. Se alcanzó un equilibrio, que permitió a Ahora Madrid ser uno y muchos a la vez, es decir, ser sujeto específico a la par que sujeto de sujetos. La confluencia lograda benefició a todas las partes en general sin brindar ventajas a ninguna de ellas en particular. Por un lado, blindaba el espacio de cualquier intento de apropiase del relato de Ahora Madrid, evidenciando que éste no sólo buscaría el beneficio propio o de parte sino, peor, negaría su esencia diversa, amplia, transversal, heterogénea y, con ello, toda su riqueza. Por otro lado, toda acción que buscase romper la confluencia lograda penalizaría a quien la impulsase, debiendo asumir consecuencias políticas imponderables”.
“Madrid se convirtió en un referente a nivel estatal en el desarrollo de una propuesta municipalista que vertebró todo análisis y propuesta política local de las fuerzas del cambio y que logró el respeto de sus dimensiones orgánicas supramunicipales en el devenir de su propio proceso”, sostiene: “Han pasado ya tres años de la emergencia de Ahora Madrid como nueva fuerza política, de su asombro electoral y de la conformación de un irrepetible equipo de gobierno de corte municipalista y propuesta de cambio sin precedentes en los últimos años en esta ciudad. Acostumbrados a la derrota, no se supo digerir la victoria. La urgencia que obligó pasar a gobernar la principal ciudad del país y una de las más importantes de Europa, sumada a la debilidad de la propia herramienta que sostuvo la candidatura, impidió hacer unos buenos análisis del proceso vivido, una buena lectura de los resultados cosechados y una buena proyección del caminar juntos que nos condujo hasta allí. Y, de lo que no se evalúa, no se extraen aprendizajes”.
“En ese juego confuso se dio la confluencia”, explica Fernanda Rodríguez: “Podemos había tomado la decisión de dejar el espacio local, las elecciones municipales, a otras marcas o confluencias. Y por tanto deja un espacio al resto de actores no sin ambivalencias en que hay una negociación. La negociación de las primarias para formar la candidatura (por Dowdall, como pedía Ganemos, o por medio de listas plancha) y la decisión de cómo se va a organizar el partido. La primera se juega en un sentido de fuerza y gana la posición más democrática. La segunda se pierde, y se pierde no sólo en la negociación, sino durante la legislatura”.
“En mi opinión”, prosigue Rodríguez, “el reto es volver a reconectar con ese entorno crítico y subir los niveles de exigencia. Ahora Madrid debe desarrollar dispositivos de apertura a las demandas, dar más garantías democráticas y, sobre todo, y esto no es para ganar las elecciones sino para que la ciudad cambie de verdad, abrirse a los sectores más críticos y asumir sus demandas a sabiendas de que es una administración local y subordinada, es decir, hacer una ruta y diagnóstico de los problemas. Eso es asumir que la política no es normalidad, sino que es conflictiva. Pero no hay otro camino. Y el que te plantea conflictos si lo hace es porque espera algo de ti. No es malo. Malo es que no se espere nada. La desafección. Una ruta y un diagnóstico compartido con los movimientos que nos auparon. Desechar la idea de normalidad que no es real. Bueno eso creo que son los retos”.
“Manuela fue ilusionante”, rememora Gonzalo López: “La guinda fue Manuela. Manuela era buenísima candidata. Había un movimiento muy espontáneo que desbordaba todo y que hizo que Manuela se encumbrara. Esperanza Aguirre fijó a Manuela como contrincante y se equivocó”.
En cuanto al diagnóstico del momento, López afirma: “Mal asunto son el caudillismo y las decisiones unilaterales. Manuela es una extraordinaria candidata, es un animal político bestial, pero hay que contar con todo el mundo. Todos somos necesarios, no sobra nadie para conformar una política en la que creemos: el programa realizado por todos, tener un sistema proporcional y un ámbito de decisión colectiva”.
López también recuerda los sacrificios que tuvieron que hacer los militantes de IU que apostaron por Ahora Madrid en lugar de por la IUCM salpicada por los escándalos de Bankia por la que posteriormente fue desvinculada de la organización federal: “Les hicieron pasar las de Caín, les vetaban las personas en Podemos. A partir de ese momento, IU es otra, sin los Pérez y ese gobernismo carrillista... Cuando han tenido opción de elegir, eligieron, pusieron la cabeza de Carlos Sánchez Mato [por la crisis del PEF] y en un proceso muy desde abajo. Eso es de aplaudir. Es coraje político”.
Jaime Tomás, negociador de Ganemos y uno de los responsables de la aplicación del Dowdall, explica: “El debate fue intenso. La elaboración de listas es uno de los elementos más delicados de una alianza. Se impulsó la adopción del sistema Dowdall que, resumiendo mucho, permite compaginar las listas abiertas con un escrutinio proporcional. Contó con un amplio respaldo en Ganemos y posteriormente se incorporó al acuerdo con Podemos. Funcionó como elemento aglutinador. Todos los sectores pudieron participar en las primarias con una expectativa razonable de contribuir a la candidatura, como así fue. El último concejal, el número 20, se lo adjudicó Ahora Madrid gracias a una ventaja de apenas 7.000 votos sobre el PP; todo un recordatorio de la importancia de haber contado con una alianza amplia y sin exclusiones”.