La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Ni identidad ni diversidad: Almeida vacía de reivindicaciones las campañas del Orgullo LGTBIQ+ de Madrid

Madrid no lucirá la bandera arcoíris en su Ayuntamiento por cuarto año consecutivo durante el Orgullo LGTBIQ+ 2023. Una noticia que ya ni siquiera lo es, que ya no genera polémica ante retrocesos sociales mucho más llamativos en otros puntos de España. El consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida se escuda, por boca del exconcejal de Centro y ahora responsable del área de Política Social, Familia e Igualdad, José Fernández, en que volverá a proyectar los colores que representan el colectivo sobre la fachada del consistorio y a dibujarlos en la fuente de Cibeles.

El gesto podría dejar en una controversia menor el rechazo a la bandera, pero un repaso a las últimas campañas del Ejecutivo municipal con motivo de las Fiestas del Orgullo ilustra la progresiva invisibilización de los símbolos y mensajes que tanto caracterizan a una celebración que es también reivindicación.

La identidad gráfica de esta edición creada para redes y cartelería callejera ha despertado importantes críticas por su gama cromática, que parece cuidadosamente escogida para dejar fuera todos los colores del arcoíris. Además, no hay ninguna mención a las siglas del colectivo. Solo un eslogan genérico: Muestra tu orgullo (justo lo que no hace la campaña). Como se han encargado de apuntar muchas personas en redes sociales, el anuncio podría pertenecer a cualquier fiesta de barrio o verbena.

Aunque la tendencia se ha intensificado en 2023, en el que la mayoría de notas publicadas por el Ayuntamiento a colación del Orgullo no hacen referencia a la diversidad, la igualdad, la lucha contra los discurso de odio... esta corriente de festividad neutra comenzó años atrás. El lema del pasado año fue Vuelve y en 2021 aglutinaba frases vagas como Madrid, cuestión de orgullo; Orgullo como forma de vida u Orgullo es libertad. Hay que enmarcar esta última, que podría interpretarse como la única con cierto compromiso, en una edición que tuvo lugar apenas mes y medio después de que Isabel Díaz Ayuso ganase las elecciones en la Comunidad de Madrid con su Comunismo o libertad. Ayuso suprimió en 2022 la cobertura especial del evento en Telemadrid, que se venía celebrando desde hacía ocho años.

Para encontrar un eslogan de mensaje contundente hay que trasladarse a 2019, el primer Orgullo de Almeida como alcalde, aunque con la exvicealcaldesa Begoña Villacís como figura municipal más implicada y un programa elaborado casi en su totalidad por el anterior equipo de Gobierno de Manuela Carmena. La edición, dedicada a la memoria histórica del colectivo, se presentaba con Mayores sin Armarios: Historia, lucha y memoria. Por una ley LGTBI estatal. Sin embargo, ya entonces el Ejecutivo de coalición entre PP y Ciudadanos censuró parte de la campaña: mantuvo el lema “Nuestro Mayor Orgullo” en las banderolas, pero eliminó otras proclamas que lo acompañaban, como “quienes guardan recuerdo de la represión” o “quienes levantaron nuestros derechos”.

Antes, en el World Pride de 2017 y en el Orgullo de 2018, el lema escogido fue el todavía recordado (pese a no hacer mención directa al núcleo de la lucha de las personas trans o intersexuales) Ames a quien ames, Madrid te quiere. Fue precisamente durante el mandato de Carmena cuando el Ayuntamiento declaró el Orgullo de Madrid bien de interés general, a propuesta de la extinta Ahora Madrid y PSOE.

Esta regresión en las palabras también se observa en los diseños, con unas apuestas formales pensadas para diluir los colores entre tonos degradados y extrañas formas geométricas o elementos que no tienen ninguna relación simbólica con el colectivo LGTBIQ+. Los claveles y, en menor medida, los abanicos de la campaña de este año son paradigmáticos, pero el caso de 2021 es todavía más rocambolesco. “Gráficamente la campaña juega con el concepto del banderín que se cuelga en las calles de Madrid durante la celebración de sus fiestas populares para vestir de color la ciudad. A este recurso se suman los colores de la bandera LGTBI para, combinando formas y colores, llenar de color y festividad la ciudad”, se justificaba el Ayuntamiento.

Las críticas han llegado también a Madrid Orgullo (MADO), organizadora a través de la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Madrid y su Comunidad (AEGAL). Aunque desde su dirección se han producido importantes críticas a la gestión municipal del evento (que alcanzaron su cima en 2022), en especial a la escasa implicación del alcalde, la connivencia con algunos de estos desplantes y el enfoque eminentemente mercantilista de la cita les ha granjeado críticas. Este año, por ejemplo, han programado por primera vez conciertos a la vez que se celebra el miércoles 28 de junio el Orgullo Crítico, manifestación de marcado carácter independiente y contestatario.

Comparaciones odiosas

Mientras la capital se enroca en estas campañas tibias, otras ciudades e instituciones apuestan por lucir banderas, colores y mensajes comprometidos que no por ello renuncian a la alegría. Además, en casos como Barcelona la lucha del colectivo LGTBIQ+ se entremezcla con otras reivindicaciones sociales o culturales.

Por su parte, el Ministerio de Igualdad ha lanzado la compaña #OrgullosamenteDiferente. Con un emotivo vídeo que hace gala de cómo la lucha del colectivo apela a personas de cualquier edad o condición, resignifica el famoso eslogan Spain is different, empleado durante la dictadura para atraer el turismo una vez la autarquía impulsada por Franco se demostró fracasada. “España es orgullosamente diferente”, concluye este clip para difundir el 028 o Línea Arcoíris de información y atención integral contra la LGTBIfobia. Puede que ahora la diferente sea Madrid.