Guirnaldas, mantones de Manila, limonada y vecindad: el casticismo madrileño resiste en la calle del Oso

Desde hace 42 años los habitantes de la calle del Oso engalanan esta vía por San Cayetano, la primera de las fiestas que se asoma al distrito Centro en agosto: guirnaldas de flores de papel de seda y tiras de mantones de Manila colgarán a lo largo y ancho de sus 142 metros para goce visual de vecinos y visitantes, que también podrán disfrutar de música y de los 1500 litros de limonada casera que se acostumbran a repartir en este reducto de casticismo madrileño que resiste en Lavapiés y que en 2022 regresa por todo lo alto tras dos años de restricciones por pandemia.

A ojos del gran público la decoración de la calle del Oso comenzará el 1 de agosto para estar lista cuando a las 20 horas del día 4 comience una celebración que se extenderá hasta el domingo 7. Sin embargo, tenemos que remontarnos tres meses atrás para encontrar el verdadero inicio de una costumbre que perdura gracias a la unión de un menguante puñado de vecinos.

“Las fiestas de la calle del Oso, tal y como las conocemos, las iniciaron nuestras madres y ahora somos una segunda y tercera generación de no más de 12 personas las que junto a las vecinas de entonces que quedan le damos continuidad. Es en el mes de mayo cuando empezamos a confeccionar, de manera manual y artesanal, las flores de papel de seda que montamos en guirnaldas y que junto a las tiras de mantones de Manila sirven para engalanar la calle”, afirma José Luis Tejerón, quien destaca el hecho de que la sapiencia a la hora de confeccionar las flores recae en los más mayores de la calle; personas como Felisa, de 87 años de edad, o su propia madre, Isabel González, mientras que los más jóvenes se encargan de la intendencia y de la colocación y retirada de los adornos.

De lo más interesante de esta costumbre es que todo ese trabajo previo se realiza en las aceras de la propia calle del Oso, en comunidad, a ratos y con sabor a vecindad de antaño.

El resultado final: 35 tiras de guirnaldas de flores y otras 35 de mantones de Manila que se colocan posteriormente a lo largo de toda la calle de forma alterna y con una separación milimétrica de dos metros.

Con los adornos ya preparados, a estos vecinos les queda ahora su colocación y la elaboración y reparto diario de los litros de limonada con fruta fresca que ofrecen gratuitamente entre quienes les visitan.

Es también digno de mención que la celebración de Oso está sufragada en su totalidad por los propios vecinos de la calle y alrededores, que cada año aportan “la voluntad” para el mantenimiento de la tradición.

“Aquí cada vecino colabora de una manera distinta: los hay que aportamos trabajo, quienes ayudan con lo que saben hacer y los que dan dinero para que sea sostenible. También hay que agradecer las aportaciones que realizan muchos de quienes nos visitan y que, aunque la limonada que damos durante las fiestas no tiene precio, colaboran con nosotros dejando algo en un bote común. Nosotros no tenemos ánimo de lucro, todo lo que se obtiene, lo mismo que los múltiples premios que hemos ganado a lo largo de los años en el tradicional concurso de engalanamiento de calles y fachadas que hac el Ayuntamiento, se reinvierte en la organización de la siguiente edición de las fiestas”, cuenta Tejerón.

Homenaje a Emi, la Rocío Jurado de Lavapiés

Tal y como hemos señalado anteriormente, en las fiestas de la calle de Oso por San Cayetano los vecinos tienen distintas formas de colaborar y de entre ellas pocas más vistosas y de mayor calado que la aportada durante décadas por una de ellas, Emi (Milana Rocío).

Cada 7 de agosto, Emi, residente de toda la vida en Oso y transformista de profesión, se convertía en la Rocío Jurado de Lavapiés y, junto con algunas amigas de profesión, ofrecían un espectáculo musical de transformismo clásico en el que invocaban a las más destacadas figuras femeninas de la canción española.

Así, se puede decir que 'Como una ola' se convirtió en el himno oficioso de las fiestas de la calle del Oso y Emi y sus amigas, en parte importantísima de la identidad de esta celebración, congregando por sí solas a cientos de incondicionales.

Desgraciadamente, Emi falleció de forma prematura las pasadas navidades. Sus vecinos y amigas han organizado este año un espectáculo con el que le rendirán homenaje. La cita, el día 6 de agosto a las 22.30 horas.