El experimento de colocar hasta 19 WC portátiles en el centro de Madrid se puede calificar, a tres semanas de su finalización, de auténtico éxito de público, a tenor de las cifras ofrecidas por el Ayuntamiento, que calcula en más de 20.000 el número de usos semanales que registran estos inodoros instalados desde el pasado mes de junio.
Según fuentes de la Junta de Distrito Centro consultadas por Somos Malasaña, cada baño registra más de un millar de meadas a la semana. Este escatológico cálculo viene de contabilizar el volumen de llenado del depósito que recoge las micciones en cada una de las cuatro limpiezas semanales que experimentan estos baños portátiles. La media de recogida es de unos 320-400 litros de orines y líquidos limpiadores por limpieza.
El dato ofrecido es una media de usos, porque hay baños portátiles que están funcionando mejor que otros. Los que se colocaron por ejemplo en las plazas de Nelson Mandela, Santa Ana o Arturo Barea han sido recibidos con mejor suerte que el de la plaza de la Corrala, que acabó quemado, y que los del parque de la Cornisa o de la calle Arganzuela, que fueron volcados varias veces por los vecinos, informa el Ayuntamiento. Nada se indica -para bien o para mal- de los WC de Malasaña (San Ildefonso, Cambronero, Comendadoras o Conde Duque), aunque fuentes de la Junta de Distrito Centro califican la acogida de esta iniciativa de “muy aceptable” en la zona de su implantación.
El plan piloto de WC portátiles se puso en marcha el pasado 21 de junio y finalizará el próximo 20 de octubre. Ha sido financiado gracias a una partida de los presupuestos participativos de 2016, que pedía la instalación de fuentes y baños públicos en el distrito Centro. El programa fue inicialmente criticado por la oposición -especialmente por el PP- porque incluyó en algunos puntos un modelo abierto de cuatro urinarios, exclusivo para hombres, lo que se interpretó como discriminatorio. Posteriormente, el Ayuntamiento sustituyó estos modelos.
El objetivo del plan era observar las necesidades o no de instalar WC fijos similares a los colocados en plazas como el Dos de Mayo. Aunque las cifras alcanzadas por los portátiles parecen elevadas, en el Ayuntamiento prefieren evaluar primero el plan y decidir estas instalaciones pasada la finalización de la campaña.
En paralelo y relacionado con las actuaciones de limpieza, el Ayuntamiento sanciona actualmente por mear en la calle al ritmo de 145 multas mensuales, además de marcar récords en multas por botellón en el mes de julio y conseguir un importante avance: que las empresas concesionarias de limpieza acepten pasar el mocho cada día por 37 calles del barrio, en lugar de las 2 que hasta ahora incluía el contrato que firmaron con Ana Botella.