Cada día, decenas de personas atraviesan la calle Carranza por el medio, sin pasar por los pasos de cebra situados en sus dos extremos. Los 230 metros que los separan suponen un rodeo considerable que muchos vecinos intentan saltarse aprovechando que casi todo su tráfico se detiene cuando sus semáforos están cerrados.
Por esta razón y a la vista de que algunos de los vecinos temerarios que cruzan de esta forma son de avanzada edad, el PSOE lanzó una proposición para intentar colocar un paso de peatones a la altura del cruce con la calle Ruiz. Más menos a mitad de camino.
La propuesta se votó en el último pleno de la Junta de Centro, en enero, y será estudiada por el área de Movilidad. Todos los grupos políticos del Ayuntamiento (PP, Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos) apoyaron la propuesta.
El paso de cebra con semáforo se colocaría de esta forma a unos 120 metros de distancia del resto de cruces para peatones y facilitaría cruzar de Malasaña hasta Chamberí por los bulevares, que a pesar de haber sido reformados y contar con un carril menos de tráfico, siguen representando una frontera física difícil de franquear.