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Por qué es difícil que María Moliner tenga pronto una plaza en Tetuán pese a que se aprobó en febrero

Maria Moliner

Luis de la Cruz

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El pasado 2 de febrero el Pleno de la Junta Municipal de Tetuán aprobó por unanimidad la propuesta del Grupo Municipal Más Madrid de nombrar una plaza del distrito con el nombre de María Moliner, la famosa autora del Diccionario de uso del español.

Se proponían dos posibles ubicaciones: la plaza peatonal entonces sin nombre situada en las antiguas cocheras de Cuatro Caminos (Bravo Murillo 107), conocida popularmente como de las Cocheras o Plaza Nueva; y la placita-solar que hay frente al Centro Deportivo Municipal Playa Victoria (calle Hierbabuena), en el barrio de Berruguete. Sin embargo, la decisión final de una adjudicación o cambio de nombre de calle es aprobada por el Pleno de Cibeles y la propuesta no ha llegado a debatirse allí.

Hay que recordar que la lexicógrafa y bibliotecaria vivió en el número 1 de la calle de Don Quijote (barrio de Cuatro Caminos), donde, represaliada por el franquismo, comenzará a recopilar las fichas de su famoso diccionario. Cuando se jubiló, se mudó a la calle Moguer, cerca de la Dehesa de la Villa.

Tres meses después, el pleno aprobó llamar a la plaza de las Cocheras con el nombre de Juan Muñoz, autor de El pirata Garrapata, la saga de Fray Perico y otros éxitos de la literatura infantil. En este caso, la propuesta aprobada, también por unanimidad, fue presentada por la anterior concejala presidenta de Tetuán, Blanca Pinedo Texidor.

La vida de este autor también estuvo muy ligada al distrito de Tetuán. Desde su casa de la calle de Bravo Murillo se desplazó durante muchos años a la cercana calle Juan Montalvo para dar clase en la Institución Jamer, colegio de hoy desaparecido. En este caso, el bautizo fue muy rápido: fue ratificado en Cibeles y la plaza se llama de Juan Muñoz Martín desde el pasado 25 de mayo.

Lo normal sería que la otra plaza propuesta inicialmente se quedara con el nombre de María Moliner pero existe un problema: el espacio abierto de la calle Berruguete debería ser la ubicación del nuevo centro de salud del barrio. Se trata de un solar pequeño y, de edificarse, probablemente nos quedaríamos sin plaza que nombrar. Aunque, por otro lado, algunas voces vecinales creen que sería una pena perder este espacio abierto.

La ubicación tiene la calificación de equipamiento y lleva barajándose para este uso desde los años noventa, aunque sus dimensiones y problemas de tituralidad han venido posponiendo la construcción del centro de salud. El cierre durante más de dos años del centro del barrio, el de Villaamil, volvió a poner la ubicación encima de la mesa. De hecho, a pesar de que este reabrió en septiembre, la Comunidad de Madrid ha seguido asegurando en reuniones vecinales y comunicaciones a través del Portal de Transparencia que la ubicación sigue en pie (aunque recientemente se ha sabido que no tiene partida presupuestaria por lo que en 2024 no se comenzará a levantar).

No es infrecuente que los acuerdos en los plenos de distrito no lleguen a ejecutarse y que, de hacerlo, tarden. Y lo mismo sucede a veces con los acuerdos del Ayuntamiento, valga como ejemplo el caso de Almudena Grandes, que sigue sin placa en su domicilio de la calle Larra ni calle a su nombre dos años después de su muerte, pese a que José Luis Martínez Almeida aceptó los homenajes como peaje para la aprobación de los presupuestos municipales.

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