La mayoría de los madrileños prefiere restringir el espacio público para las terrazas. Es una de las conclusiones que arroja la consulta pública emitida por el Ayuntamiento de Madrid, y cuyos resultados acaban de conocerse, en relación a la Ordenanza de Terrazas que el equipo municipal pretende modificar para su aprobación definitiva. Según queda reflejado, tres de cada cuatro aboga por impedir la instalación de nuevas terrazas en determinados espacios de la ciudad, opinión que se lleva un 73,57% de los votos.
La pregunta a la ciudadanía se ha realizado a través del portal Decide Madrid, la plataforma oficial de participación del Consistorio. El porcentaje de hombres y mujeres que están de acuerdo en que hay que limitar estos espacios es ligeramente similar, de un 42% los primeros y un 31,5% las segundas. Lo que se pretende alterar es la norma que la Justicia tumbó a Almeida y Villacís, cuando aún era vicealcaldesa, en su camino hacia el Supremo. La consulta pública obligatoria que el Ayuntamiento tuvo que realizar después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) anulara la norma, elaborada por el actual alcalde –que recurrió la sentencia para ganar tiempo y modificar los puntos que habían sido señalados por el órgano regional– ya muestra algunos datos.
Los resultados, obtenidos de una muestra de 5.777 ciudadanos mayores de 16 años, señalan que hay consenso mayoritario para limitar el espacio de terrazas en adelante. El texto original aprobado por el alcalde y la exlíder municipal de Ciudadanos contemplaba la ampliación de estos lugares en bares y restaurantes. A veces, incluso, copando el espacio destinado a aparcamientos. Este fue precisamente el punto que desestimó el TSJM en su resolución judicial, por lo que ahora esta consulta –que el Ayuntamiento está obligado a realizar, pese a que los resultados no tienen por qué ser vinculantes– viene a enmedar errores y conseguir, esta vez sí, el visto bueno de la Justicia.
Hay más datos interesantes: el cuestionario también pregunta por los motivos que generan más inconvenientes en algunas terrazas, según los participantes. Estos pueden ser desde el incumplimiento de las normas por parte de los hosteleros, hasta las molestias o conductas inadecuadas que genera la clientela o la falta de control por parte del Ayuntamiento.
Precisamente, la mayoría opta por esto último, con un 39,69% de los resultados frente al 26,80% que lo atribuye al incumplimiento de los propietarios y el 33,51% que cree que el mal hacer del cliente tiene mucho que ver. Las preguntas planteadas pueden responderse con números del 1 al 5, siendo 1 estar muy en desacuerdo con lo que se propone y 5, bastante a favor. Además de la pertinencia de instalar o no nuevas terrazas, el Ayuntamiento también consulta a la ciudadanía por cuestiones como si es necesario que existan delimitaciones o estudios de ordenación conjunta para regular las zonas saturadas en ciertos sectores de la ciudad. En este caso, el 75,23% se muestra favorable a controlar el espacio y solo un 5% piensa que no hace falta en absoluto.
Otras preguntas se plantean en positivo, como la que alude a si estas terrazas “aportan dinamismo a la actividad comercial, social y económica y favorecen la seguridad de los transeúntes en las calles en las que se sitúan”, a lo que un 26,74% responde con la puntuación mínima (no lo creen) seguido de un 21,91% que están convencidos de que son favorables en este sentido. Sí hay más acuerdo en que estos espacios “permiten a los habitantes de la ciudad disfrutar de un lugar de ocio y encuentro”, la primera pregunta de todas las planteadas, y para la que casi un 30% se muestra totalmente seguro de su efecto positivo en el entretenimiento y la actividad social.
Mobiliario homogéneo en algunas zonas
Una de las más curiosas es la sexta consulta: ¿debería el Ayuntamiento establecer “un modelo de materiales y colores” homogéneo para el mobiliario urbano en toda la ciudad o, al menos, en zonas concretas? Las respuestas son bastante dispares, pues un 30,69% de los madrileños encuestados se inclina por el número 5, que significa estar muy de acuerdo con la medida, y muy cerca está el 28% que opina todo lo contrario y puntúa con un 1 su desacuerdo total.
Por último, este sondeo público da margen a que cada persona aporte una respuesta libre con medidas o sugerencias para mejorar la Ordenanza en tela de juicio. Contestan un 53,37% de hombres y otro 46,63% de mujeres y, aunque el documento público no incluye cada texto, sí recopila las palabras más mencionadas en sus recomendaciones.
La primera, después de el concepto “terrazas” (escrita 3.672 veces y liderando el ránking, como es lógico al ser el tema de debate) es el verbo “deber”, que implica una obligación ya sea para las instituciones, los dueños de los negocios o la ciudadanía que consume estos servicios. Precisamente la palabra “hostelero” (502) aparece más veces que “ayuntamiento” (491), mientras que otras como “ocupar” (536), “limitar” (350) o “descanso” (350) coinciden más que “económico” (65), aunque “permitir” (396) también se lleva buena parte de las menciones.
El tercer sustantivo más nombrado es “vecino”, que aparece 973 veces, mientras que el calificativo de referencia es “público”, el que más alusiones recibe con 488 respuestas. Sustantivos como “ruido” (777) o “acera” (9466), asimismo, también son sonados mientras que el que menos relevancia recibe de todos los recopilados en una lista es, curiosamente, el motivo de la discorida: “aparcamiento”, con 239 menciones.