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“¿Los hombres tienen suelo pélvico?”

Parece obvio, pero mucha gente no asocia periné y hombre, como si esas cosas de la incontinencia o el dolor fueran cosas de mujeres. No es así. 

Los hombres tienen suelo pélvico y también les dan problemas: a veces por falta de fuerza y a veces por exceso, como a las mujeres.

La musculatura perineal en el hombre tiene casi la misma forma, solo que tiene un agujero menos y eso les da cierta ventaja mecánica. Pero funcionar, funciona igual, se estropea por los mismos motivos y se trabaja de la misma forma.

Para tener un suelo pélvico sano hay que partir de dos premisas:

  • Una buena postura.
  • Una buena gestión de las presiones abdominales: respiración coordinada, abdomen funcional y sinergia de los músculos del diafragma torácico, la faja abdominal y el suelo pélvico.

En los hombres, las dos principales causas de problemas de suelo pélvico vienen por dos lados completamente diferentes:

  • Por un lado, tenemos hombres jóvenes con prostatitis de repetición y dolor lumbar muy relacionado con un abdomen hiperpresivo; es decir, esos que tienen la tableta de chocolate muy marcada y que no tienen una buena coordinación entre los 3 elementos (diafragma, abdomen, periné). Estos casos suelen ser por tener la musculatura excesivamente fuerte y demasiado rígida, lo que la convierte en frágil y no funcional. Resultado: dolor, dificultad eréctil o incontinencia de orina.
  • Por otro lado, los hombres que han sido intervenidos de próstata o vejiga suelen presentar todo lo contrario a nivel muscular: musculatura débil y que se mueve muy poco. Resultado: incontinencias más severas y disfunción eréctil.

¿Qué van a notar? Los síntomas más evidentes son el dolor pélvico, a veces muy difuso y hacia el interior. Puede ser al estar sentado, al orinar, al hacer ciertos movimientos e incluso durante o después del sexo. La incontinencia de orina es la pérdida de cualquier cantidad de orina al toser, saltar o coger un peso, pero también es tener que ir con mucha frecuencia a orinar, con una sensación de tener ganas todo el tiempo. Y el tercer síntoma relevante es la disfunción eréctil, tanto para iniciar la erección como para mantenerla. Esto no tiene nada que ver con el deseo; lo que sucede es que físicamente el pene no tiene un buen soporte para mantener la sangre en su sitio.

El trabajo que hacemos desde la fisioterapia es fundamental para recuperar y trabajar estos músculos, que son más difíciles de “entrenar” si no tenemos muy buena conciencia corporal y sabemos detectar cuándo están haciendo su función y cuándo no.

En algunos casos, recurriremos a la electroterapia y la terapia manual. Esta parte es la que menos les gusta, ya que en las mujeres solemos trabajar a través de la vagina, pero los hombres solo tienen una vía de acceso a la cavidad pélvica: la vía anal.

Así que, resumiendo, el periné masculino hay que trabajarlo mejorando la postura y el movimiento, trabajando sobre la respiración y la musculatura abdominal, y con técnicas fisioterápicas concretas según cada caso. Pero, sobre todo, hay que trabajar la conciencia corporal: conocerlo, sentirlo y moverlo en consecuencia.