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Nissan Juke Ikon Edition: para no pasar inadvertido

La Ikon Edition está disponible con motor de gasolina o híbrido.

Pedro Urteaga

Nissan ha aprovechado la última actualización del modelo Juke, el SUV más pequeño de su catálogo, para añadir un acabado de acusado corte deportivo. Llamado N-Sport en otros mercados, recibe en el nuestro el nombre de Ikon Edition y tiene como elemento distintivo una carrocería de color amarillo que fue santo y seña de la marca japonesa durante un tiempo. Tanto el color en sí como la tonalidad brillante escogida garantizan no pasar inadvertido.

Se ha previsto en principio un total de 300 unidades de esta Ikon Edition, desarrollada a partir del nivel de acabado N-Connecta y que, como ya apuntábamos, se acompaña de cambios generales en la gama que incluyen nuevos materiales, funcionalidades, ayudas a la conducción o pantallas, como la del sistema multimedia, que pasa de 8 a 12,3 pulgadas.

Hemos probado días atrás la nueva versión del Juke, que Nissan ofrece tanto con motor de gasolina de 114 caballos como en configuración híbrida, esta de 143 CV. El coche está disponible en el primer caso desde 29.475 euros, o bien 31.375 si se opta por la transmisión automática de siete velocidades; en variante híbrida sale por 34.950 euros.

No es habitual que nos demoremos en aspectos estéticos de los coches que pasan por nuestras manos, pero cuando hablamos de modelos en los que el look desempeña un papel determinante, es obligada la referencia. Sobre el recurso al amarillo, por ejemplo, conviene saber que era el color favorito de Shiro Nakamura, vicepresidente senior a cargo del diseño y director creativo de Nissan cuando el Juke debutó ante el mundo en el Salón de Ginebra de 2014.

Como todo color vivo, el amarillo resalta con especial brillo en contraste con el negro, de tal modo que tanto el techo como las llantas o las carcasas de los retrovisores se presentan principalmente en este último color.

El amarillo preside también el habitáculo. Lo hallamos en el borde -en tejido Alcantara y forma de bumerán- que rodea parte del salpicadero, un detalle vistoso que tiene el inconveniente de que se refleja constantemente en el cristal delantero, justo frente a los ojos del conductor. El amarillo salta a la vista también en la zona superior tanto de los asientos delanteros, de diseño muy deportivo, como de los traseros, así como en los pespuntes que recorren el interior de las puertas, la consola central y los propios asientos (pero no el volante ni el pomo de la palanca de cambios, curiosamente).

La pantalla central del Juke está ahora más orientada hacia el conductor -tanto en esta versión como en el resto de la gama-, con el fin de facilitarle el acceso a los controles que quedan más alejados de él. La interfaz resulta más intuitiva e incorpora un reconocimiento de voz que teóricamente comprende mejor el lenguaje natural, aseveración que todavía dista mucho de acercarse a la realidad, en este y en otros muchos vehículos.

Además, la conectividad inalámbrica de Apple CarPlay y Android Auto está disponible en todas las versiones. Entre las funciones nuevas de este equipo de infoentretenimiento se cuentan la situación de los radares de tráfico o el precio del combustible en mapa de navegación. Cuando está parado, el coche permite la reproducción de vídeos de dispositivos conectados mediante USB. La Ikon Edition cuenta también con un sistema de sonido Bose de seis altavoces, dos de los cuales los encontramos integrados en el respaldo de los asientos delanteros.

Al volante del ‘pollito’

Para que no queda duda de la orientación deportiva de la versión de pruebas, Nissan la equipa con unas llantas de 19 pulgadas montadas sobre neumáticos de bajo perfil (225/45) y con una suspensión enfocada menos en el confort de los pasajeros que en la eficacia a la hora de contener los movimientos de la carrocería. Como resultado, el conductor goza de un control intachable del vehículo, secundado por una pisada muy firme y teniendo como contrapartida cierta incomodidad -que se siente siempre más en las plazas traseras- al paso por firmes rotos, baches o badenes.

Respecto al motor de la unidad que nos ha tocado en suerte, es el conocido propulsor de gasolina y tres cilindros que entrega 114 caballos de potencia. Apenas hay atisbo aquí de los inconvenientes que aquejaban tradicionalmente a los motores tricilíndricos y sí, por el contrario, una entrega de fuerza más que suficiente para un vehículo que pesa menos de 1.300 kilos. El consumo medio que hemos obtenido, de 7 litros/100 km, está lejos de los 5,9 que acredita oficialmente esta versión, pero entra dentro de lo razonable para un coche de gasolina, carrocería SUV y ruedas seguramente más grandes de las que necesitaría, como es común ya desde hace mucho en todos los modelos del mercado.

Quien busque menores consumos -y con mejores prestaciones-, además de la preciada etiqueta Eco de la DGT, habrá de poner los ojos en la motorización híbrida que también puede incorporar la deportiva Ikon Edition. En este caso, el promedio en ciclo WLTP se sitúa en 4,9 litros/100 km, cifra que se logra fácilmente en ciudad y que apenas asciende a 6 litros/100 km cuando viajamos por carretera, según pudimos comprobar cuando condujimos esa versión hace algo más de un año.

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