Prueba del DS 9 E-Tense 360: único en su especie
Los últimos tiempos no son muy propicios para las berlinas, que en algún momento eran el coche por antonomasia, y mucho menos para las grandes berlinas, denominación que se concedía en atención al tamaño de los modelos más que como elogio de sus cualidades, aunque ambas cosas solían ir de la mano. La marca francesa DS se ha fijado el reto de competir en el segundo de dichos segmentos con lo que hace unos años se llamaba una berlina de representación, el DS 9.
Hablamos de un vehículo de 4,93 metros de longitud que supone una rareza no solo por nadar a contracorriente. Salvo error de cómputo por nuestra parte, es el único sedán del mercado que desde hace un tiempo solo se vende ya con motorización híbrida enchufable. DS ofrece en estos momentos (más detalles al final del artículo) una versión de 250 caballos, en lujosos acabados Rivoli+, Opera y Esprit de Voyage, y otra de 360 CV equipada con tracción 4x4 y disponible en terminaciones Rivoli+ y Esprit de Voyage. En días pasados hemos probado esta última en un señorial color azul marino que tan común era ver en las grandes berlinas de antaño.
Los DS 9 actuales llevan por defecto el apellido E-Tense, que es la nomenclatura que emplea la marca para designar a sus vehículos híbridos enchufables o 100% eléctricos. Las variantes de 250 CV llevan un motor de gasolina de cuatro cilindros que desarrolla 200 CV y otro eléctrico de 81 kW en el eje delantero; las de 360 añaden un segundo motor eléctrico de 83 kW en el eje trasero, y ambas cuentan con una batería de 15,6 kWh de capacidad.
El modelo que nos ocupa supera las dos toneladas de peso, en parte por disponer como queda dicho de un motor eléctrico adicional que hace posible la tracción a las cuatro ruedas. Pese a todo, puede recorrer en modo eléctrico más de 60 kilómetros, según registros oficiales que la conducción real rebaja hasta alrededor de 50 km. Es, además, muy rápido en aceleración, ya que completa el 0 a 100 km/h en apenas 5,6 segundos.
Aun ateniéndose al patrón de una gran berlina, el DS 9 tiene peculiaridades propias. Aparte de ese lado eléctrico (con su correspondiente etiqueta 0 emisiones) que le permite hoy moverse libremente por el centro de las ciudades, presenta la cualidad de que se disfruta tanto desde el asiento trasero -para el caso en que uno sea conducido- como desde el delantero, donde lo que toca es conducir.
Lógicamente, el viajero disfruta de todas las comodidades que cabe exigir a un vehículo de estas características, comenzando por un espacio sumamente generoso, pero es menos frecuente en este tipo de coches que la conducción en sí resulte gratificante y hasta divertida. Además de la rapidez a la que aludíamos antes, encontramos aquí una respuesta muy dinámica que solo nos resistimos a definir como ágil porque la larga distancia entre ejes, de casi 2,90 metros, prima más la pisada en recta del coche que unos movimientos vivos por su parte.
Lo mejor del comportamiento del DS 9 es desde luego ese aplomo en carretera, que se acompaña de una insonorización sobresaliente y una filtración inmejorable de las irregularidades del firme. El llamado efecto alfombra voladora, que tantas veces se aplica a modelos similares a este firmados por Lexus o Mercedes, puede adjudicarse al de DS con idéntica justicia. A la suavidad de funcionamiento general contribuye de manera notable el buen hacer de la transmisión automática de ocho velocidades, cuyas transiciones resultan prácticamente inapreciables para los ocupantes del vehículo.
Por lo que se refiere a la eficiencia, el coche puede utilizarse en modo eléctrico durante los trayectos cotidianos (recargando previamente la batería), y cuando esta se agota es posible desplazarse con consumos razonables a poco cuidadoso que sea el usuario en la conducción. Nada que ver con las cifras de los motores de seis, ocho o más cilindros que incorporaban en ocasiones las grandes berlinas tradicionales, luego sustituidos por propulsores diésel también de alta cilindrada.
Nueva estructura de gama
No cometeremos la osadía de decir que estamos ante un vehículo asequible, dado que la horquilla de precios arranca en los 61.621 euros y alcanza los 78.826 en la versión de 360 caballos y tracción total. Sí se puede afirmar, no obstante, que cuesta bastante menos que los modelos equivalentes de las marcas clásicas del segmento: las tres alemanas (BMW, Audi y Mercedes), Lexus, Jaguar y alguna más que, como DS, aspira a hacerse un hueco en este territorio exclusivo, aunque solo sea por razones de prestigio.
A este respecto, DS acaba de informar de la nueva estructura que imprimirá en su catálogo a lo largo de 2024. Los acabados antes citados dan paso a solo dos terminaciones en todos sus modelos: Pallas, denominación histórica introducida por Citroën en 1964 que lucieron coches emblemáticos como el Tiburón o el CX, y Étoile, que reemplazará a las series Esprit de Voyage en lo más alto de las respectivas gamas.