Una deliciosa noche de jazz y blues en San Javier
La noche del reciente sábado, 21 de Julio, en el XXI Jazz San Javier ha sido de ensueño ya que a un primer concierto delicioso de música de jazz con el trío del pianista Ignasi Terraza y su invitado, el armonicista Antonio Serrano, que lograron transformar un auditorio en un pequeño club de grandes amigos que ven y escuchan a los músicos y disfrutan y participan con ellos de sus evoluciones, a tener una segunda parte totalmente diferente pero sin alejarse de esta línea que los españoles establecieron en el comienzo de la jornada.
El blues que nos traía el norteamericano Walter “Wolfman” Washington acompañado por The Roadmasters mantuvo esa familiaridad con el público regalando, sin duda, uno de los conciertos más elegantes del género que se han celebrado en este escenario del Parque Almansa, sede oficial de Jazz San Javier. Como resultado, una noche preciosa de música, en suma, con la que todos los aficionados disfrutaron por completo y con una temperatura que acompañó bastante, para los severos grados nocturnos que se suelen registrar en esta parte del Sureste español.
La organización de Jazz San Javier diseñó una de las veladas de esta XXI edición, con la unión entre el trío del pianista catalán Ignasi Terraza y el armonicista madrileño Antonio Serrano. Dos de los más importantes músicos nacionales del género y que, además, han visitado este festival en diversas ocasiones regalando noches inolvidables. En esta ocasión, también regresaban con ellos el contrabajista Horacio Fumero y el baterista Esteve Pi quien, por cierto, atraviesa un momento sumamente dulce en su trayectoria musical ya que, para mí, ha logrado un punto muy alto en su ejecución. Pues bien, con este diseño se daba inicio a la décima jornada de la presente edición que abrió el trío de Ignasi Terraza, con una pieza de su creación titulada “Groovin’ for Jaume”, en la que ya marcaban los primeros trazos de lo que pretendían que fuera este concierto.
Tras ello, Terraza presentó al trío y llamó al armonicista Antonio Serrano, con el que atacaron una de las piezas que aparecen en su álbum de 2013 titulada “Emotional Dance” y que terminó por perfilar esas intenciones: Transformar el auditorio en un club de jazz al que asisten los amigos y con los que ambos, músicos y asistentes, se establece una comunión total e intensa que da como resultado el poder disfrutar de hora y media de música y buenas sensaciones.
“Relaxing At Camarillo”, con el cuarteto, daba paso a un momento más íntimo entre Terraza y Serrano solos “tal y como nos conocimos”, recordó en voz alta el armonicista, para dejarnos una impresionante y delicada versión a piano y armónica de “Alfonsina y el Mar” y “Old Friend” que puso a este club en éxtasis total. Ignasi Terraza se le puede catalogar como el mejor pianista español en estos momentos, mientras que la cromática de Antonio Serrano puede optar, a decir de muchos, a la sucesión del recordado Toots Thielermans a quien Serrano veneraba, como estaba demostrando en esta actuación en la que estuvieron presentes unas cuantas piezas del recordado armonicista belga.
De regreso al cuarteto, precisamente “Bluesette”, de Thielermans, para continuar con una pieza de Serrano: “Estudios para Armónica Cromática” en la que las réplicas entre piano y cromática se sucedían reflejándose en el rostro de ambos una satisfacción absoluta. Y el final llegaba con otro clásico, “Sweet Georgia Brown”, que puso a los amigos de este club en pie aplaudiendo y ovacionando a estos cuatro músicos españoles (aunque Horacio Fumero sea argentino, también es español por los muchos años que reside en nuestro país). El público pidió más y apenas tardaron en aparecer de nuevo para dejarnos una divertida “Sesame Street” (“Barrio Sésamo”), que fue como esa guinda especial del sabroso pastel musical que nos regalaron, una noche más, el trío de Ignasi Terraza y la armónica de Antonio Serrano. Chapeau.
La segunda parte iba a diferir en género aunque no en el ambiente que ya habían creado los músicos españoles. Nos referimos al blues elegante que dejó, en su primera visita, el norteamericano Walter “Wolfman” Washington & The Roadmasters redondeando una noche auténticamente deliciosa y con un encanto que nos dejó a todos embriagados de música y sensaciones placenteras. Walter Washington está reconocido como uno de los músicos más originales de blues y lo demostró a lo largo y ancho de su extenso concierto en Jazz San Javier. Lo hizo a través de piezas como “Valdez In The Country”, “Shake Your Bootie From Side To Shide”, “Share Your Love” o “Glass House”, en las que daba siempre –y así continuó durante toda la actuación- rienda suelta a sus músicos como el bajista Jack Cruz, que dirigía un poco el cotarro (sobre todo para el joven baterista, Terry Scott Jr., que fue uno de los dos cambios de última hora, en relación a lo anunciado en programa); el pianista y organista Steve Detroy; el saxofonista Tom Fitzpatrick, o el otro cambio en relación a lo anunciado, el trompetista con residencia en Barcelona, Paul Evans. Con ellos, la guitarra y voz de Walter se desenvolvía con total libertad pasando de un blues a un swing, con la misma facilidad que cualquiera de nosotros nos bebemos un vaso de agua.
El club en el que se había transformado el auditorio del Parque Almansa con los españoles, se mantenía como tal y los americanos supieron continuar con ese ambiente cercano y amigable dejando sonar otra serie de piezas como “Nobody’s Fault But Mine”, continuó con “Cadillac Woman” o “Ain’t That Loving You” (por no citarlas todas), en la que hizo sonar las cuerdas de su guitarra durante unos compases, con parte de su dentadura (numero de espectáculo) para, finalmente, introducir una versión excelente del viejo “The Chicken” del recordado Jaco Pastorius que enervó, irremediablemente, a todos los asistentes. Qué fiesta tan grande la que se estaba viviendo, con una fusión de ritmos que iban desde el propio blues, pasando por el funky, un poquito de rock, otra pizca de goslped y algo de swing; y todo de una manera elegante. Menuda noche.
Bueno. Por si esto no fuera suficiente, los músicos de Walter “Wolfman” Washington parecían no tener ninguna prisa y regalaron dos temas más: “Only You” y “Out Take”, con la que finalizaban, tras repetir varias veces el final de la pieza, su brillante actuación en la presente edición de Jazz San Javier. El público, puesto en pie, les aclamaba y vitoreaba; querían más de esa música, de estos músicos que nos llegaban desde la misma cuna del jazz como es Nueva Orleans y ellos lo concedieron. Se mostraban muy satisfechos y como si estuvieran en casa. Y vaya si lo estaban. Walter y los suyos ya son de los nuestros, de Jazz San Javier. Así es que una pieza más, para agradecer tanta hospitalidad: “You Can Stay, But The Noise Got To Go” colocaba el broche final a este concierto que fue, para muchos o para la mayoría, una experiencia maravillosa de un blues brillante y elegante poco habitual por este escenario.
En definitiva, una deliciosa noche de jazz y blues en San Javier de la que, seguro, vamos a guardar su recuerdo durante mucho tiempo.
0