Pedro García: “Ceder competencias medioambientales a López Miras sería un suicidio para el Mar Menor”
Pedro García (Isla Plana, Cartagena, 1966) lleva desde 1984 protegiendo la naturaleza de la Región Murcia. Predicando en el desierto. Director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), García, junto con un grupo muy comprometido de ecologistas murcianos, han permitido que sobrevivan espacios naturales de la Región como el Parque Natural de Calblanque, Marina de Cope o las Salinas de San Pedro del Pinatar. Puso su primera denuncia ante el incumplimiento de la directiva de los nitratos de la Unión Europea en el Mar Menor hace ya 20 años y señala que ahora “estamos peor que entonces”.
El ecologista murciano se ha dirigido ocho días consecutivos a distintas playas de la laguna salada a recoger peces y crustáceos muertos de sus orillas y así “documentar” la anoxia –falta de oxígeno en el agua– de la albufera, negada en un primer momento por el Gobierno regional. Lo ha conseguido: la noticia ha corrido desde Canadá a Israel, pasando por Francia o Alemania. ANSE cree que han muerto estos días el doble de especies marinas de las 4,5 toneladas que ha reconocido el Gobierno autonómico.
¿Qué le ha parecido la actitud del Gobierno de la Región de Murcia durante esta crisis ambiental en el Mar Menor en la que básicamente ha culpado de todo lo sucedido al Gobierno nacional?
Podemos utilizar muchos términos, irresponsable como mínimo. El Gobierno regional sigue la línea de 2019, no se ha avanzado nada. Lo peor es que es más difícil el cambio y la recuperación porque el desmantelamiento de las políticas medioambientales, los equipos y las infraestructuras cada vez va a más. El Gobierno regional ha demostrado que no le importa el medio ambiente durante muchos años, pero lo peor es que la semana pasada demostró que no hay solución, porque volvió a engañar a todos de una manera muy burda el primer día diciendo que aquello era una consecuencia del aumento de la temperatura. Se ha dado un batacazo impresionante que ha terminado arrastrando a los investigadores que le asesoraban y ha dejado en un lugar espantoso al mundo de la ciencia.
He visto a gente llorar en las playas y también a niños coger con un cubito las quisquillas y los cangrejos y meterlos en el agua a ver si podían vivir. Cosas que se van a quedar grabadas en la retina de mucha gente durante muchos años.
Cuando se ha visto en una situación de descomposición ha salido con el mismo cuento de siempre: la culpa es del Estado. Ha intentado ocultar como ha podido la negligencia de todos estos años e, incluso, ha llegado a amenazar con denunciar a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Es una situación absolutamente disparatada; es difícil que empeore.
Precisamente durante la pandemia el Gobierno regional ha ido desactivando diversas regulaciones ambientales en la Región.
Diversas organizaciones, como ANSE o Ecologistas en Acción hemos hecho una denuncia conjunta de ello: aprovechando la excusa de la COVID-19 el Gobierno regional ha relajado algunas normativas ambientales supuestamente para favorecer la recuperación económica.
Dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen y si la Región de Murcia no termina nunca de despertar de esta pesadilla, que ya es evidente para muchos, llegará el día que alguna generación futura nos lo eche en cara porque mientras nos siga gobernando esta gente que nos toma el pelo un día sí y otro también va a resultar que nos lo merecemos. Nos queda la opción de pedir ayuda al Estado y la Unión Europea. A ese nivel está cambiando un poquito la cosa, pero todo va muy lento.
¿Qué impresión la dio la reunión que mantuvieron diversos grupos ecologistas con la ministra Teresa Ribera del pasado jueves en el Mar Menor? ¿Cree que se dará una solución al desastre medioambiental?
Nosotros hemos reconocido que nunca había ocurrido en la Región que un responsable de Medio Ambiente hubiera visitado dos veces en tan poco tiempo un espacio tan afectado por problemas como el Mar Menor. También que, entre la primera visita de 2019 y la de ahora, la Administración ha reconocido y documentado algo que siempre se había negado y es la existencia de 8.500 hectáreas de regadío ilegal en el Campo de Cartagena. Eso supone un cambio histórico.
Desde nuestro punto de vista, falta que el ministerio tome las riendas de la coordinación de otras soluciones que había dejado en manos de la administración regional. Nosotros no hemos pedido una comisión de coordinación entre las dos administraciones porque no confiamos en los compromisos de López Miras, sino que dependa del ministerio. En todos estos días, igual que la ministra venía, llamaba y nos consultaba continuamente, no hemos tenido ninguna comunicación por parte de la Comunidad Autónoma.
¿Cómo nació la denuncia que luego se convirtió en el 'caso Topillo' y que investiga las causas de la degradación medioambiental de la laguna?
En 2017 presentamos un informe con WWF de los regadíos ilegales del Campo de Cartagena porque nos decían que no había ninguno. Hicimos un informe con cartografía y datos de la misma Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y encontramos que en el Campo de Cartagena se habían cultivado entre 10 y 12 mil hectáreas fuera de las zonas autorizadas. Nos siguieron diciendo que no era cierto, así que lo enviamos a la Fiscalía y, de este modo, se reforzó el 'caso Topillo'.
Hay que tener muy poca vergüenza y ser muy cínico para hacer lo que están haciendo. Si el Gobierno regional tuviera más competencias las llevaría a la más absoluta ruina como le ha pasado a buena parte del medioambiente de la Región.
Ahora una ministra ordena que se haga una auditoría en el Campo de Cartagena y la CHS dice en 2020 que hay 8.500 hectáreas de regadío ilegal e informa a la Comunidad de que ya tienen cerrado el procedimiento de 1.700 hectáreas, así que pueden empezar a desmantelarlas. La Comunidad Autónoma dice ahora que ha ordenado el desmantelamiento de 700 hectáreas. Todos los gobiernos que han pasado por la Comunidad han asegurado que no había regadíos ilegales y que no contaminaban el Campo de Cartagena ni el Mar Menor. Si hubiera sido de otra forma, no habríamos llegado a esta situación.
De hecho, ustedes también han puesto recientemente una denuncia en Fiscalía para que se investigue si el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medioambiente de la Región, Antonio Luengo, ha favorecido a una empresa agrícola de un familiar.
La Fiscalía lo admitió a trámite hace tiempo ya. En las próximas semanas y meses podremos denunciar otras cosas. También hay que recordar que el consejero Luengo y el exconsejero de Hacienda, Javier Celdrán, están siendo investigados por un presunto delito de prevaricación por una orden de vedas. El legado que nos han dejado a nivel de medioambiente sucesivos gobiernos es espantoso.
Si denunció la situación del Mar Menor hace 20 años en la Unión Europea y ha llegado a ver esta tragedia de los últimos días, ¿cómo se siente?
Me reservo los sentimientos que he tenido estos días en la playa, pero me imagino que serán parecidos a lo que hayan tenido algunos investigadores de algunas universidades o centros de la Región de Murcia que llevan también bastantes años clamando en el desierto. Es una sensación de mucho cansancio, pero también de muchísima indignación y cabreo. Y muchas ganas de que se asuman responsabilidades y de que esto se destape de una manera definitiva.
En esta crisis he encontrado un nivel de indignación que no había visto nunca en ningún tema ambiental en la Región. He visto a gente llorar en las playas y también a niños coger con un cubito las quisquillas y los cangrejos y meterlos en el agua a ver si podían vivir. Cosas que se van a quedar grabadas en la retina de mucha gente durante muchos años. Por otro lado, no he visto jamás un despliegue de medios de comunicación como éste. Durante la anoxia de 2019 hubo cierta repercusión, pero llevamos varios días increíbles: la noticia se ha publicado en Canadá, Israel, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Suiza, Francia, Italia, Polonia y también han venido muchos medios de comunicación nacionales. Hay cadenas de supermercados que trabajan en sostenibilidad ambiental que han contactado con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y sabemos que están muy preocupadas por lo que está ocurriendo. El problema del Mar Menor está teniendo una proyección internacional que el Gobierno regional no es capaz de medir.
¿Cómo ve la propuesta del presidente de la Región, Fernando López Miras, para que el Estado le dé también las competencias de costas y cuencas para solucionar la crisis medioambiental del Mar Menor?
Cederle cualquier competencia medioambiental del Estado a López Miras y a su gobierno sería un suicidio para la gestión de ese patrimonio. Como precedentes hay que recordar que gobiernos del PP desprotegieron 2.000 hectáreas de Marina de Cope para urbanizarlas y lo pudimos parar porque era competencia del Estado, al igual que cuando el expresidente Ramón Luis Valcárcel aprobó ilegalmente el reinicio de las obras de Puerto Mayor, entre otros muchos ejemplos que podría poner.
Todo lo que hacen es una huida hacia adelante tramposa y envenenada. Pretenden dar la sensación a la opinión pública que todavía les cree que el Estado no actúa y si la Comunidad Autónoma tuviera las competencias, actuaría. Pues no, la Comunidad Autónoma ha demostrado que si tuviera las competencias lo destrozaba todo completamente. Y que tampoco cedan la gestión del dinero que da la Unión Europea a la Comunidad. Esto es un desastre medioambiental de proporciones impresionantes. Hay que tener muy poca vergüenza y ser muy cínico para hacer lo que están haciendo. Si el Gobierno regional tuviera más competencias las llevaría a la más absoluta ruina como le ha pasado a buena parte del medioambiente de la Región.
Las cifras oficiales hablan de tres toneladas de peces y crustáceos muertos en la anterior anoxia del Mar Menor y de 4,5 toneladas en esta segunda, ¿cree que las cifras son superiores?
De 2019 ya no vamos a poder tener nunca los datos reales, pero en 2021 sí podríamos aproximarnos porque había un centro de control contando los peces al inicio de La Manga y tenemos datos. Esperamos que la Comunidad Autónoma termine reconociendo que la cifra real está en torno al doble de esa cantidad, dejando a un lado los peces que se murieron en el fondo y no se pueden contabilizar porque se descompusieron.
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