-Vivimos malos tiempos para la inteligencia no artificial, tiempos peligrosos –me responde Lady Chorima-. El sueño de la razón (con sus fascismos y fanatismos) produce monstruos, brutalidad ciega con ojos y cuerpo de adolescente. La banalidad del mal son homo sapiens rudos y despiadados que apuñalan, disparan o estrangulan como si vivieran en un videojuego.
Yo le estaba comentando que hay semanas aciagas, en las que la barbarie colma el vaso de cualquier entendimiento. Estamos atravesando una de ellas: Elche, Alcalá la Real, Monteagudo son las puntas de un siniestro iceberg.
- En lo más profundo de nuestro cerebro tenemos algo parecido al cerebro de un cocodrilo, ¿lo sabías? -continúa ella, del otro lado de la pantalla, donde ha puesto un fondo de trattoria italiana-. Es el cerebro límbico o reptiliano, el responsable de las emociones primarias.
Chori me manda un icono en forma de aligátor, después continúa así:
- Ese cerebro primitivo, que evolucionó de dentro a afuera, rige nuestras funciones biológicas básicas… Para que te hagas una idea, es además la sede de la agresión, del ritual, de la territorialidad y de la jerarquía social.
-Cosas muy ancladas en nosotros… –le digo yo.
-Bueno, en unos más que en otros, depende del nivel de evolución... La corteza cerebral, en cambio, es el lugar donde la materia es transformada en consciencia, el reino de la intuición y del análisis crítico. Es ahí donde tenemos ideas e inspiraciones, donde leemos y escribimos. Con estos dos cerebros funcionamos, a nivel individual y social.
-De todas formas, para explicar las conductas irracionales que estamos viendo entre la juventud, yo, como profesora, lo veo incompleto.
-Explíqueme entonces, profesora neandertal –me llama así porque hoy he escogido una caverna como fondo virtual.
-Son múltiples los agentes conjurados para que muera la inteligencia. Y se han propuesto que la juventud en España no alcance nunca su mayoría de edad intelectual ni el pleno desarrollo de sus emociones. O sea, que esos cerebros no superen la fase reptiliana.
-Y yo te podría objetar: boomers o seniors, tampoco nos libramos de esa ofensiva.
-Yo te estoy hablando de lo que veo en el sistema educativo, aunque es algo que afecta a la sociedad entera, desde luego. Me refiero al desarrollo del pensamiento abstracto, a distinguir un dato objetivo de una opinión, a comprender e interpretar lo que se está leyendo… Reduciendo muchísimo, podría explicártelo así: sustraen filosofía y humanidades, mientras fomentan el binomio religión (católica) y robótica, porque ambas van juntas en 2º de Bachillerato.
-Y porque riman bien. ¿Todavía hay religión en los institutos? Estoy muy perdida… En el fondo, tampoco me extraña –comenta Lady Chorima-. La robótica será el nuevo oscurantismo.
-He tenido alumnado que escoge Religión para asegurarse una media más alta con el mínimo de trabajo.
-La maría-de-toda-la-vida –suspira Chorima.
-En 2º de Bachilerato, además, se suprime la Educación Física, con lo bien que viene para sacarse el estrés y aprender hábitos de vida saludable. Preparamos bachilleres con esa idea de que lo que cuentan son las medias numéricas. Y todo ello en pro de un mercado de futuros gobernado por el mercado y protagonizado por emprendedores (así, en masculino).
-Visto desde fuera, lo que se está haciendo con las humanidades parece lamentable… ¿Sabes qué? –añade, cambiando de tono y con ojos brillantes-. Uno de los mayores descubrimientos de mi vida 'intelectual' fue comprender que no existía el color, que es una propiedad de la materia que depende de la luz. Fue como un hito en mi pensamiento. Y ocurrió en una clase de filosofía.
-Yo soñé con la caverna y las ideas platónicas.
-Ah, por eso me atiendes con fondo de caverna.
-Me encantaba lo del solipsismo y la duda sistemática –continúo yo-, Descartes, Wittgenstein, María Zambrano… Teníamos dos años de filosofía, a mi me tocaron una profesora y un profesor maravillosos. Pero en los últimos planes de estudios pretenden hacer de la Filosofía una materia optativa… O sea, que puedes pasar por Secundaria y Bachillerato sin haberla probado.
-Es como la tormenta perfecta –se lamenta Chori-. Sin filosofía no hay ciencia, ni historia, ni ética, ni desarrollo del pensamiento. No hay humanidad. Hay jovencitos reptilianos, con perdón de las alimañas.
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