Milan kundera decía que “quien busque el infinito que cierre los ojos”, lo que me hace pensar que el negro es el infinito. También el color de la superstición en el gato o la mitología representada en el negro carbón que quedaba en las hogueras de los aquelarres.
Platón pudo entender el negro como la oscuridad de su caverna, una analogía acerca de la ignorancia y la limitación del entendimiento humano.
Sobre este planteamiento filosófico y artístico acerca de si el negro es un color o no, reflexionó el pensador francés François Laruelle en un breve texto titulado 'Sobre el universo negro', en el que aclaró que el negro era inseparable de las condiciones del pensamiento y su límite, especificando algo así como que el negro no existiría si no se mirase.
A partir de este concepto divagué y me planteé si con el color de la piel podría ocurrir lo mismo, si cuando se trata de la piel negra pueda parecer que en algunos espacios no tiene lugar porque no se mira, por lo tanto no se ve. Y así, y muy probablemente, podamos pensar que no exista.
A partir de ese enfoque me pregunté si había artistas en la región que fueran inmigrantes de algunas procedencias geográficas, puesto que según el CREMM, Centro Regional de Estadística de Murcia, actualizado el 21 de febrero de 2023, las personas provenientes de África eran 106.968 en esa fecha.
Con dicho encadenamiento de pensamiento que se entrelazaba uno con otro comencé a leer, sin una gran y pertinente investigación exhaustiva, sobre artistas que habían expuesto su obra en Murcia, así como leí sobre artistas de arte callejero que habían firmado sus obras en algunas paredes de la ciudad.
Observé que la inexistencia de artistas que provienen de África cobraba más credibilidad después de analizar las estadísticas: el color negro no emitía señales, probablemente por la falta de luz, o lo que podría ser lo mismo ¿de reconocimiento?
Posteriormente, y entre las posibles ideas y perspectivas, llegué a la optimista conclusión, queriendo poner luz a cierta oscuridad, de la existencia de la plástica en el currículo educativo. En la educación la asignatura de plástica permite, o parece permitir, a todos los alumnos, independientemente de su contexto y procedencia, acceder a la posibilidad de desarrollar su pensamiento creativo, artístico o digamos, imaginativo, a partir de esos contenidos didácticos en las horas lectivas.
Pero lo relevante fue asociar el talento artístico a la valoración de la diversidad de colores sin excluir a los colores que parecían ser dudosos. Así, en ciertos contextos artísticos a lo largo de la historia se ha hecho apología al respeto del color y a la valoración de su ausencia.
Caravaggio lo demostró, también las pinturas negras de Goya, o Francisco Salzillo en algunas de las prendas de sus esculturas.
En la actualidad también hay una representación mayor y más internacional de artistas procedentes de África como Amoako Boafo o la artista etíope Aida Muluneh, y también se puede mencionar el increíble trabajo llevado a cabo por la galerista Sabrina Amrani, que destruye los límites interpuestos entre continentes.
Ayer en el sofá me zambullí en el pop, vi la serie 'Los diarios de Andy Warhol', el capítulo que trata sobre el vínculo entre Warhol y Basquiat no tiene desperdicio, drogas, sexo, fotografía en color y en blanco y negro, testimonios de artistas, logotipos, plátanos y sopas Campbell, desfases, talento, pintura, grafitis y Nueva York…
Pensé en Basquiat, en la capacidad de crear un mundo, antes de aniquilarlo por las drogas y no por los aerosoles.
En su obra el color tenía un poder increíble, el color negro estaba en su piel. Era estadounidense de ascendencia haitiana y puertorriqueña y también estaban en su obra todos los pantones del color y la posibilidad de la no existencia de alguno, en sus creaciones todo era color, forma y concepto, una amalgama de posibilidades que ponía de manifiesto temas como la identidad, la diáspora, la esclavitud y el racismo, entre muchos otros.
Basquiat tenía un talento salvaje, vivía su vida quemando los límites y entendía la cultura del consumo americano, se unió a un artista publicista, Warhol, quien sabía hacer de los logotipos y las serigrafías un objeto de lujo. Pero lo que me seducía era que entendía la diversidad de los colores, la amplitud de su significado y el valor de la pertenencia y la ausencia, el color y su inexistencia, para crear riqueza. Entendió que el arte nos pertenece a todos, igual que las miles de posibilidades creativas.
Para Basquiat el verdadero significado estaba en las diferentes perspectivas y formas de entender el mundo, en las tonalidades y en el entendimiento de que el negro puede que sea un color, o no, o muchísimas otras definiciones.
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