Estamos viendo en los medios de comunicación un acalorado debate sobre la Democracia en España. Es un error de libro, puesto de lo que habría que hablar es si esta vigente una Transición que buscaba un objetivo que cuarenta años después ha perdido vigencia.
No se puede hablar de democracia en términos absolutos, puesto que no tiene que ver la democracia a la española, a la francesa o incluso a la americana, no es la democracia lo que se discute, es el modelo de estado.
La deriva del independentismo tan de moda, fuera de los sentimientos, alguna forma o el tema cultural, cada vez tiene menos sentido, ya que el propio Estado español esta cediendo soberanía a cambio de euros a la Europa de los ciudadanos, ya son compartidas las competencias de Justicia, Medio Ambiente y hasta el control de las Fronteras, ya que son comunes en el espacio Schengen.
La Europa que nos viene es vista con buenos ojos, por la buena gestión y la eficacia en las libertades, por algunos ciudadanos que a modo de los antiguos Afrancesados esperan la libertad de fuera, perdida la esperanza y la confianza en la interna, pero el contrapunto cada vez mas mayoritario es el “VIVAN LAS CADENAS”, de los tradicionalistas que van en contra del estado de las autonomías, incluso de la permanencia en Europa.
Los españoles son de rey, y da igual como sea, no hemos cambiado nada desde la época de Fernando VII, y tampoco hemos aprendido nada, el partido de centro no pinta nada en el espectro político español ya fracasaron la UCD, CDS, UPYD y ahora el inminente óbito de Ciudadanos, el pueblo es de derecha o de izquierda, así que habrá que sopesar mucho nuestra madurez democrática.
Si nuestra madurez democrática la medimos mirando el entorno de los poderes del Estado, con un Consejo del Poder Judicial al margen de los limites constitucionales, que no dimite ni lo cesan, o de la corrupción que afecta a los grandes partidos y a su financiación y ni mirar para los que se denominan Sindicatos Mayoritarios, pues parece que la medición se nos quedaría algo corta, por mucho pecho que saque el presidente del gobierno.
España y los españoles, somos como somos y por otra parte como siempre hemos sido, pocas ganas tenemos de cambiar, y casi repetimos los bucles de los extremos que cada vez se radicalizan más, estamos acostumbrados al que manda, que nunca ha dejado de mandar, esta es la gran mentira de una transición sobrevalorada para los tiempos que vivimos, que quizás fue lo mejor que supieron o pudieron hacer en su momento, voy a dejar un momento de pensar en español y digo ¡Viva Gandhi!.
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