No comparto lo más mínimo la opinión de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, ni mucho menos, la del ex Ministro y ex Presidente del Congreso, José Bono, cuando vienen a decir que estos militares que andan en la reserva, con buenos salarios públicos, son algo así como una pandilla de nostálgicos que no representan nada.
Esta 'banda' ha sido la que han dirigido en gran parte, el ejército español en los últimos años. No son unos cuantos legionarios pasados de 'gin tonic' tras procesionar al Cristo de los Faroles. Nos equivocaremos si corremos un tupido velo, y 'pelillos a la mar'. De hecho, otros altos cargos militares han vuelto a suscribir una carta, en la que vuelven a poner en duda las instituciones democráticas elegidas libremente por el pueblo español.
¿Qué estaría diciendo la derecha de este país, sin en vez de ser Generales de División y Coroneles, con apellidos ilustres, los mensajes llenos de odio y muerte llevaran nombres como Jamal, Haid, Abdel, Farid o Mohamed?
Lo que más nos debe preocupar no es que una mayoría importante del ejército y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado simpatizan con los nuevos chicos de Abascal, ni que el Rey de España vuelva a perder la enésima oportunidad de alejarse de la dictadura. No tengo ni idea de quien asesora o aconseja a Felipe VI, pero, los que creemos en la República como forma de gobierno, tendríamos que hacer una colecta y enviarle un ramo de flores. Chapeau. Lo más preocupante, es que este “sentimiento” de venganza, odio y rencor, no se circunscribe solo a estos generales y coroneles que se creen con derecho a asesinar a quien no piensa como ellos. No nos quieren convencer, nos quieren aniquilar, y esto está provocando en la calle una corriente de opinión preocupante.
Sólo hace falta que escuchen lo que se dicen en muchos bares, peluquerías o en conversaciones en la calle: “El coletas ese es un hijo de puta”; “El Gobierno nos está vendiendo a los etarras con tal de seguir en el poder”; “Aquí hace falta otro Tío Paco”; “Vamos a terminar peor que Venezuela”, y muchas otras cosas.
Este lenguaje se está instalando en la calle, y lo peor es que tiene copyright.
La portavoz de VOX en el Congreso, tercera fuerza en España con más de tres millones y medio de votos, lo ha dicho muy claro: “los del chat, son los nuestros”.
Las conversaciones privadas de estos militares en reserva son solo la punta del iceberg. El líder de VOX, Santiago Abascal, lleva meses hablando de gobierno criminal, de enviar a la Guardia Civil a detener a un presidente legítimo, comparando un ejecutivo democrático con un Consejo de Ministros Franquista, incluso llamando a pedir un Gobierno de salvación nacional. Más aún: los líderes de la derecha española, han tardado cuarenta y ocho horas en desmarcarse de esos comentarios.
Ha llegado el momento de que esos 26 millones de españoles que acabamos de recibir la amenaza de ser asesinados no nos escondamos, y a partir de ahora, tenemos la obligación de recordar cada día, lo que significaría para el país, caer en manos de alguien que cree que la mejor manera de imponerse al adversario político, es el asesinato.
Este país lleva demasiado tiempo mirando para otro lado mientras siembran odio por nuestras calles y banderas españolas por los jardines de muchas ciudades. Ha llegado la hora de poner todas las cartas sobre la mesa y boca arriba. Nos han declarado la guerra.
Así que saquen sus lápices, sus móviles, sus tabletas, sus voces, sus corazones, sus almas, y predispónganse a luchar. Demostremos que los dictadores y la extrema derecha no tienen cabida en la España del siglo XXI.
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