Héroes de proximidad

En cierta ocasión, un médico de pueblo se encontraba en un bar con sus amigos; se le acercó una persona que empezó a contarle sus males. El médico le dijo: “Bájate los pantalones que te voy a poner una inyección”. El asombrado intruso le preguntó: ¿Pero, aquí? Sí, aquí me has hecho la consulta, le contestó el doctor. Esta anécdota siempre me recuerda a los alcaldes y concejales de los pueblos; sus vecinos y vecinas constantemente les asaltan en la calle sobre múltiples problemas cotidianos. Que si el contenedor de la basura está en mi portal; que si me molesta la música del vecino; que si el camino rural está en mal estado... De ahí, que a estos cargos locales se les pueda denominar como “Héroes de Proximidad”.

En estos momentos, el mundo político bulle ante las próximas elecciones. Muchas serán las personas candidatas a rellenar las planchas electorales. Pero, en las elecciones municipales, el fervor por ser candidato o candidata será sensiblemente inferior. Habrá muchos municipios donde no haya candidaturas por falta de personal dispuesto a ser concejal. Si no fuera porque los partidos políticos fomentan la presentación de candidaturas locales como forma de extender su influencia, el panorama sería desolador. Cada vez más, los partidos recurren a personas extrañas al pueblo para rellenar las escuálidas candidaturas locales. Las listas, en la gran mayoría de los municipios, deben ser completas, cerradas y bloqueadas.

En el ámbito local, la participación ciudadana mediante la presentación en candidaturas, el sufragio pasivo, está en horas muy bajas. Y eso que ya no existe la amenaza terrorista, como en los tiempos de plomo. Además, los cargos locales están parcialmente remunerados.

¿Qué pasa entonces para que nadie quiera presentarse? Por un lado, se instala la cultura de la comodidad y de no querer ser presionados por sus vecinos, como he relatado. Por otro, para muchas personas, existe la dificultad de conciliar el puesto público con el trabajo. Por ello, son muchas las personas jubiladas que se presentan a estas candidaturas locales.

Pero, a mi modo de ver, la causa principal para que no haya personas candidatas es la falta de reconocimiento social e institucional del papel que tiene el ayuntamiento como escuela de democracia. Los ayuntamientos como representación política de la comunidad local son piezas básicas de nuestro sistema democrático. Sin embargo, la percepción social de la política local es baja.

Sin embargo, las comunidades locales presentan un valor muy estimable. Frente a la globalización, el espacio local es un soporte de comunitarismo. En los pueblos, la intensidad de las relaciones sociales es propia y auténtica. El recurso social de la vecindad, de la proximidad, es un tesoro. Permite romper con el aislamiento; reforzar la ayuda mutua; ser proactivo con el próximo... Además, el control social de antaño que ejercía la comunidad, y sus élites, ha quedado diluido por la diversidad de formas de vivir que en estos momentos se expresan.

En definitiva, el espacio de lo local es el espacio de la cotidianidad. Es el lugar frente a tantos no lugares. Es donde se afrontan los problemas con un mayor conocimiento de la realidad y de la persona que los padece. Es un capital social que merece la pena ser representado y liderado. Merece la pena asumir la incumbencia de trabajar para el común de tus vecinos y vecinas.

Por ello, animo a aquellos que viven en sus pueblos a que opten a ser representantes y se presenten en las candidaturas municipales. Quedan diez días para que tomen esa decisión. Su participación beneficiará al Común. Pero seguro que esa experiencia también les reportará beneficios personales; les hará mejores ciudadanos y ciudadanas.