Groucho Marx afirmaba que nunca sería socio de un club que le admitiera como tal. En ésas estamos, todos somos socios pero somos muchas las personas que no nos gusta como está funcionando este club llamado Sociedad. Ello provoca desafección cuando no desagregación.
Como sociólogo, cada día percibo y constato que la lógica de la exclusión social se impone a lógica de la inclusión. Las fuerzas sociales centrífugas se imponen a las centrípetas.
La sociedad siempre ha sido conflictual pero era percibida como algo común. Había un espacio público común. Hoy se percibe más bien como una suma de estamentos superpuestos donde hay perdedores y ganadores. Y como no podía ser de otra manera, esa lógica social se traslada a la lógica política dando lugar a la emergencia de posiciones políticas extremas.
La emergencia de un pensamiento radical de derecha, como en su momento fue la emergencia de un pensamiento radical de izquierdas, es una muestra de nuestra sociedad postcrisis. Una sociedad que se recuperó en crecimiento económico, pero no restañó las heridas sociales. Lo que la hace tremendamente airada y descontenta.
Las elecciones andaluzas abrieron la puerta institucional a Vox. Con esa formación, entra en el escenario político una corriente que desde hace tiempo estaba instalada en Europa; llegando a gobiernos tan importantes como el de Italia. También en EEUU, Trump representa ese espacio político. España y Portugal eran las excepciones europeas a la extrema derecha.
No se trata de que ingrese otro partido más en el ámbito institucional, que también. Se trata de que el discurso político vira hacia otros puntos de enfoque. En el sistema político español, hasta el momento, estaban vedados del debate temas como la desaparición de las autonomías; la reactividad ante las medidas contra la violencia machista; el control punitivo a la emigración... Ahora, esas líneas de pensamiento aparecen de manera explícita en el debate.
Vox ha entrado con fuerza en Andalucía; lo que hace suponer que también prenderá en municipios y en el resto de parlamentos autonómicos. Recientemente, se ha conocido una encuesta del Parlamento de Navarra pero se realizó hace tres meses. En ella, Vox no se estimaba. Hoy, el dato sería diferente.
La inestabilidad política basada en la polarización se cierne sobre nuestras instituciones como resultado de una sociedad febril que no acaba de encontrar esperanzas y salidas a los grandes retos que se nos presentan.
Colocarse en los extremos políticos u optar por la abstención electoral es entendible desde el aspecto emocional; es el voto del cabreo. Pero resulta poco efectivo desde la racionalidad; desde la utilidad. Desde espacios extremos poco se puede lograr. Es más, la polarización política conlleva a la paralización. Impide procesos de reformas para asegurar la sostenibilidad del Estado del Bienestar.
Ante ello, es preciso que las opciones políticas progresistas de todo el espectro político encaren con valentía e ideas esta situación. El Progreso es el pensamiento político que apuesta por la superación de los problemas desde la racionalidad. Por dar respuestas que mejoren la calidad humana. En definitiva, por la civilización como avance de la humanidad frente a la regresión. Debemos desplegar un pensamiento progresista robusto, solvente y sin miedos. Sobre todo, sin miedo; porque éste es el peor contagio.
Sobre este blog
Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
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