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Un taller con Carmelo Gómez, una invitación a reflexionar

El actor Carmelo Gómez / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

Cada frase, una reflexión, una referencia, una invitación. Así habla Carmelo Gómez (Sahagún, 1962), uno de los actores españoles de referencia, que este viernes participa en el Festival de Teatro Clásico de Olite. La cita, que afronta su 16 edición, contará con 13 espectáculos sobre el escenario de La Cava, aunque en el caso de Gómez su participación se centre en una clase magistral. En concreto, en torno a El retablo de las maravillas de Cervantes. Puede sonar complicado pero, sin embargo, Gómez insiste en que se trata de un taller con el que pretende incluso establecer “un debate” con el público, porque las personas asistentes “tienen algo más que hacer que simplemente mirar un espectáculo. Ese es nuestro objetivo”.

El nombre es Ver o no ver. Viaje a través de las Maravillas de Cervantes. El retablo de las maravillas es uno de los ocho entremeses escritos por el manco de Lepanto y, en este caso, el curso impartido por Gómez y Emi Ecay retoma el realizado el año pasado en Olite, pero ahora pretende precisamente centrarse en el público, que tiene un papel esencial en el texto. Porque este, asegura el intérprete, aunque suene “de otra época”, una vez que se supera esa posible complejidad tiene más de una lectura (y aplicación) en el tiempo actual. Como las mentiras que se cuentan dentro de un grupo, y que quien las cuestiona es echado de ese grupo.

Para Gómez, una de las claves al acercarse a un clásico, sea de Cervantes o de Shakespeare, con los que siempre habla con profundo respeto, es que no son un artículo de museo, sino que recogen temas universales y, como tal, “aún están vivos” y, por tanto, no se limitan a ser algo estético que contemplar: “Se trata de hacer una reescritura, a nuestra manera, pero también sin hacer cátedra”.

El actor reconoce que supone, en definitiva, un lío “apasionante”, que llega nada más empezar un festival, el de Olite, que hasta el próximo 2 de agosto ofrecerá estrenos profesionales y funciones amateur, y uno de los primeros, por cierto, será los Entremeses de Cervantes, a cargo del teatro La Abadía (este viernes a partir de las 22:30 horas). La clase magistral en la que participa Gómez sirve de arranque para analizar también la figura del actor en la actualidad, y por qué uno de los principales referentes del cine español se ha alejado de la gran pantalla, como se recoge en este artículo de El País, para centrarse en el teatro: “Lo dije hace tiempo y, como lo he dicho, lo tengo que cumplir”.

Gómez, ganador de dos premios Goya por sus papeles en Días contados (1994) y El método (2005), explica esta decisión como parte de un proceso: “He ido viendo cómo me iba alejando de alguna manera. Empecé a sentir que no era la razón por la que vine a hacer esto. Se ha convertido en otra cosa”. ¿En qué? En un espectáculo, hecho para entretener. Gómez, en cambio, asegura que “no quiero entretener, no sé hacerlo y no me veo haciendo algo que no sé hacer”. Asegura que no se siente traicionado por este cambio en el cine, una industria ahora guiada por la financiación de las televisiones, sino que simplemente el cine ha evolucionado y él ha decidido no seguir en él. Por mucho, reconoce, que haya quien la ha pedido que espere.

“Se puede hacer teatro en cualquier esquina”

Y, pese a que este año ha estrenado en cine Tiempo sin aire y tiene pendientes La playa de los ahogados y La punta del iceberg, ahora está centrado en el teatro y en estas clases. En anteriores entrevistas ya ha reconocido que no se veía en la televisión y, sin embargo, de las tablas asegura que será difícil sacarle. Entre otras cosas, por la libertad del escenario porque, al final, “se puede hacer teatro en cualquier esquina”. Al preguntarle qué supone para él el teatro, resopla y hace balance, asegurando que, aunque en este momento de su carrera “he tomado tierra”, le resulta más difícil hacer teatro, entre otras cuestiones porque uno sobre un escenario no se presenta, sino que “se transparenta”.

¿Tanta reflexión y compromiso le convierten en una rara avis dentro de la profesión? Gómez muestra reservas con las etiquetas y asegura que hay muchas personas que toman decisiones así y en muchos ámbitos, pero que eso no tiene tanta repercusión. Su compromiso, como actor y como persona, es con “la verdad”, como suena. Esa que intenta transmitir con sus palabras y cada vez que se sube a un escenario.

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