Este servicio de intervención con personas que han realizado ya un intento de suicidio, pretende disminuir el riesgo de repetición de la conducta suicida -dentro de las estrategias preventivas llevadas a cabo por el Departamento de Salud-. Para ello, se realizan una serie de contactos breves y sistemáticos en forma de seis llamadas telefónicas durante un año a aquellas personas atendidas en los Servicios de Urgencias por un intento de suicidio.
El 70% de las personas atendidas han sido mujeres y la franja de edad que ha predominado es de 40 a 50 años. La mayor parte de las personas incluidas en el programa conviven con su familia, y respecto a la actividad laboral, está igualmente representado el colectivo de parados y el de activos. Se desprende, también, que el método más utilizado en las tentativas es la intoxicación farmacológica y que en un 45% de los casos ya tenían un intento de suicidio previo. Entre los desencadenantes adversos que se recogen destacan los problemas con amigos cercanos, vecinos o familiares, y las enfermedades, dolores o lesiones graves, ha detallado en un comunicado el Gobierno de Navarra.
Tras un año de actividad, Salud Mental considera que este Programa de Seguimiento Telefónico puede constituir “una intervención eficaz para prevenir futuros intentos de suicidio”, al destacar que en los procesos de evaluación que se desarrollan en las sucesivas llamadas telefónicas “se objetiva una clara mejoría en la escala de Impresión Clínica Global y en la exploración de la intencionalidad de las y los pacientes”. Así mismo, “se consigue una adherencia al sistema sanitario que puede evitar la repetición de la conducta”.
Con motivo del Día Internacional del Superviviente del Suicidio este sábado, 17 de noviembre, Salud Mental ha destacado que la mortalidad por esta causa y los intentos autolíticos “constituyen un problema de salud pública de elevada magnitud y complejidad”, y ha incidido en que la conducta suicida “se puede prevenir” y en que es, actualmente, “un objetivo prioritario de las políticas sanitarias”.
En Navarra, 50 personas al año, aproximadamente, fallecen a consecuencia del suicidio, dato que se mantiene estable desde 1999. En la actualidad, el perfil de la persona que acaba con su propia vida es la de un varón de mediana edad, soltero, que vive solo en un entorno urbano, con bajo nivel educativo y utiliza un método violento para consumar el suicidio. Según datos recientes, el suicidio aumenta con la edad y los hombres representan el 75% de los casos.
El Programa de Seguimiento Telefónico es parte de las estrategias preventivas llevadas a cabo por el Departamento de Salud en esta legislatura. Con el objetivo de disminuir las muertes por suicidio, intervenir en las tentativas, mejorar la detección de los casos de riesgo, y apoyar tanto a las familias como al entorno de las víctimas, en 2014 el Gobierno de Navarra “fue pionero en la elaboración de un protocolo de colaboración interinstitucional para prevenir y optimizar la respuesta que se ofrece ante las conductas suicidas”.
Fue la primera comunidad en disponer de un documento que comprometía actuaciones de prevención e intervención de los distintos departamentos de la administración. De la misma manera, establece un sistema de coordinación entre los profesionales de salud, educación, servicios sociales, emergencias, policía, medios de comunicación y agentes sociales.
Así mismo, una comisión interinstitucional se encarga del seguimiento de dicho protocolo y de la coordinación de los recursos existentes en la Comunidad foral, tanto públicos como de entidades sociales, para prevenir y mejorar la respuesta que se ofrece ante las conductas suicidas.
DÍA INTERNACIONAL DEL SUPERVIVIENTE DEL SUICIDIO
Este viernes, 16 de noviembre, la Asociación de Personas Afectadas por el Suicidio de un Ser Querido Besarkada-Abrazo va a celebrar un acto en el Civivox de Iturrama para visibilizar y compartir esta problemática, como antesala a la conmemoración del Día Internacional del Superviviente del Suicidio que tendrá lugar al día siguiente.
A partir de las 19.00 horas la asociación incidirá en que “por cada muerte por suicidio se estima que hay un impacto directo en 6 o más personas”. “Las consecuencias que genera en los supervivientes, entendido, en este caso, como aquellas personas allegadas al fallecido por suicidio, conforman un tipo de duelo diferente y estigmatizado; pueden constituir un grupo de riesgo de comorbilidad médica e incluso de conducta suicida”, ha remarcado.