Borja Sémper: “El discurso del PP tiene que ser muy diferenciado de lo que representa Vox”

Borja Sémper (Irún, 1976) nos espera en una pequeña sala de la sede del Partido Popular de Gipuzkoa, en San Sebastián, tras anunciar a los medios de comunicación su retirada oficial la política para adentrarse en el mundo del sector privado. Se confiesa “algo más nervioso” de lo habitual en una mañana de martes repleta de entrevistas en la que, desde que comienza esta charla, no ha parado de sonar su teléfono móvil. 

Sémper solo tiene palabras de gratitud y respeto hacia la dirección tanto en Euskadi como a nivel estatal del que hasta ahora ha sido su partido a pesar del “momento de especial enfrentamiento” que afirma que está viviendo la política española actual. Algo que, confiesa, “no le agrada”. Sémper se marcha con la cabeza en alto y la tranquilidad que produce el “sentirse orgulloso” de sus 25 años de trayectoria política. Al PP le aconseja que represente una “oposición firme”, pero siempre acompañado de  “unas formas serenas y sensatas”. A la izquierda abertzale y “singularmente a ETA”, les exige que “hagan un ejercicio sincero de humildad y no solo reconozcan el daño que hicieron, sino que se sumen de verdad a un propósito de enmienda y de reconstrucción de la convivencia en Euskadi”, porque, para este político vasco, una de las victimas de ETA de la que “se habla poco” es la propia sociedad vasca. 

Ha anunciado su retirada de la política tras 25 años de trayectoria para marcharse al sector privado. ¿Cómo ha surgido esta oportunidad?

Si soy honesto llevaba un tiempo reflexionando acerca de mi futuro, pero porque tu vida profesional afecta a tu familia, a tu pareja y a su carrera, y en definitiva, a la familia. A lo largo de estos últimos años me había surgido alguna posibilidad de abandonar la política y la he rechazado. Esta última que se me ha presentado me parece irrechazable, extraordinariamente interesante y apasionante, con lo cual no he podido decir que no, y también creo que ha coincidido con un fin de ciclo personal. Con una voluntad y necesidad de emprender otra vida. Han sido un cúmulo de circunstancias que han provocado que identifiquemos en casa que este era el momento.

¿Y cuáles van a ser sus funciones en la consultora?

Vamos a ir perfilando a lo largo de las próximas semanas. Ahora todavía estoy dejando la política, pero fundamentalmente va a ser colaborar y ayudar a que la compañía pueda tener una interlocución más fluida con las empresas. En definitiva, algo que me apasiona y me parece muy estimulante y es contribuir al bien general desde el ámbito privado. Y esto a mí me estimula mucho.

¿Seguirá de alguna manera ligado a la política?

No. Siempre me va a interesar la política. Siempre voy a estar atento a lo que sucede, pero yo creo que es una etapa que para que se cierre, se tiene que cerrar definitivamente.

Durante el anuncio de su retirada ha indicado que se marcha sin ningún tipo de reproche al Partido Popular, pero que “no le gusta el clima de política actual, de bronca y trinchera”. ¿A qué se refiere exactamente?

No sólo no me voy sin reproches sino que me voy extraordinariamente agradecido al Partido Popular. Primero, me voy agradecido por lo que ha hecho en el País Vasco, por el legado de compromiso del Partido Popular en Euskadi. Segundo, porque en el Partido Popular he podido ser libre y decir lo que opinaba, aunque a veces chirriara con algunas posiciones del partido. Pero me voy muy orgulloso de mi trayectoria política, pudiendo decir que mi militancia en el PP no sólo no ha coartado mi libertad, sino que se ha permitido. Es verdad que la política en España atraviesa un momento de especial enfrentamiento y eso pues a mí, por mi personalidad y por mi forma de entender la política, pues no es lo que más me agrada.

Es de los pocos miembros del Partido Popular que abiertamente ha criticado a Vox. ¿Teme que el giro que está tomando el PP acabe por llevarlo a una derecha más extrema y menos moderada?

No, yo creo que en un primer momento la irrupción de Vox generó un debate, una reflexión sobre cómo reaccionar o cómo enfrentarse a ese fenómeno. Y creo, por lo que intuyo y por lo que oigo a los dirigentes del Partido Popular, es que tienen bien claro que nosotros representamos algo diferente a lo que representa Vox y, por lo tanto, nuestro mensaje y nuestro discurso tiene que ser muy diferenciado de lo que representa Vox.

¿Qué futuro considera que le espera al PP con el nuevo Gobierno?

Uno ineludible y es el de representar una oposición firme y contundente, porque eso es la democracia y que vaya siempre acompañado de unas formas serenas y sensatas. Yo creo que eso es lo que va a hacer Pablo Casado y lo que va a hacer el Partido Popular.

¿Y el del Partido Popular en Euskadi?

Que sea capaz de representar una opción también que en Euskadi es muy necesaria: la de un partido de centro derecha de corte liberal, no nacionalista, que busca superar la separación artificial entre ciudadanos nacionalistas y no nacionalistas. Yo creo que, especialmente en Euskadi, la política a veces no representa lo que pasa en la sociedad.

Si estuviese en su mano elegir un sustituto para usted ¿quién sería?

No me voy a atrever a meterme en ese jardín.

En su intervención ha dicho una frase y es la de que a aquellos a los que se ha enfrentado a lo largo de su trayectoria política no les guarda rencor pero tampoco olvido. ¿A quién va dirigido ese mensaje?

Fundamentalmente al mundo de la izquierda abertzale y singularmente a ETA. Yo no guardo rencor ni odio porque creo que son sentimientos que te carcomen por dentro. Lo que sí tengo es memoria y lo que sí tengo es una exigencia para que aquellos que tanto daño hicieron a la sociedad vasca y que tanto daño hicieron a personas particulares, entre las que yo me encuentro, que hagan un ejercicio sincero de humildad y no solo reconozcan el daño que hicieron, sino que se sumen de verdad a un propósito de enmienda y de reconstrucción de la convivencia en Euskadi. Yo creo que pensar en un futuro de convivencia en Euskadi, en un futuro mejor de lo que ha sido nuestro pasado, es compatible con la exigencia de democracia, con la exigencia hacia aquellos que tanto daño nos hicieron para que den cuenta de la sociedad en su conjunto. Ha habido muchas víctimas de ETA, pero hay una de la que se habla poco, que es la propia sociedad vasca, que fue víctima también de ETA porque alteró su convivencia, su tranquilidad, la dialéctica normal entre adversarios. Todo estaba contaminado por la existencia de una banda terrorista y de la violencia. Creo que esto hay que ponerlo sobre la mesa y que eso, además, es condición necesaria o oportuna, mejor dicho, para construir ese futuro mejor.

Considera que ciertos discursos provenientes del Partido Popular en otras comunidades, que pueden no conocer la sociedad vasca de primera mano, pueden ayudar a alterar esa convivencia?

No. Yo básicamente creo que la convivencia en Euskadi depende de los vascos.