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Euskadi entra en campaña: Urkullu busca mayoría absoluta con el PSE-EE y sigue la incógnita de la candidatura de Podemos

Candidatos a las elecciones vascas (en el caso de Podemos se han de celebrar primarias)

Iker Rioja Andueza

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“Gracias y a la precampaña”, se ha permitido bromear un siempre serio Iñigo Urkullu al terminar su larga comparecencia ante los medios de comunicación, convocada este lunes a las 16.00 horas en la sede de Lehendakaritza, para confirmar un secreto a voces desde el pasado martes en la Euskadi política: que se acabó su segunda legislatura y convocará a los vascos a las urnas el 5 de abril. Se aleja así del incierto laberinto catalán con el que siempre ha querido marcar distancias, especialmente desde que no completó con éxito su mediación entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont en octubre de 2017 para evitar la declaración unilateral de independencia y la aplicación del artículo 155 que suspendió la autonomía y destituyó al Govern. Pero también ha pesado un contexto vasco en el que el debate sobre la corrupción y el clientelismo se ha colado en la agenda de golpe (con la sentencia del 'caso De Miguel', la más reciente de Víctor Bravo, la investigación de las oposiciones de Osakidetza o las centenares de adjudicaciones del Ejecutivo a una empresa de un miembro del PNV) y en el que la minoría del Gobierno de coalición de PNV y PSE-EE quedaba cada vez más en evidencia ante la imposibilidad de aprobar leyes de mucho calado como las de igualdad, memoria histórica, cambio climático o renta de garantía de ingresos.

Urkullu -que ha mantenido un contacto con Quim Torra antes del anuncio oficial, como también con Pedro Sánchez, con Alberto Núñez Feijóo y con María Chivite, entre otros- no ha negado que Catalunya le haya influido en el repentino cambio de planes, ya que hasta hace ocho días todo apuntaba a que Euskadi agotaría la legislatura o, como mucho, celebraría sus autonómicas antes del verano para facilitar la tramitación de los presupuestos de 2021. El riesgo de unas autonómicas simultáneas habría contaminado el debate propio vasco, algo que en el entorno del lehendakari no temen en el caso de Galicia, que ya en 2009, 2012 y 2016 votó a la vez que el País Vasco. Pero Urkullu ha matizado que “no es una cuestión sólo de Catalunya, sino que Catalunya afecta al Gobierno español y de rebote al conjunto de las instituciones”.

A preguntas de los periodistas, el lehendakari ha confesado que su peor sensación ahora que acaba la legislatura es “el encono político”, la “dinámica” de bloqueo que aprecia en la oposición, que tiene 38 de los 75 escaños, uno más que los del Gobierno de PNV y PSE-EE por un cambio de última hora que dio a EH Bildu uno más en Bizkaia en detrimento de los 'jeltzales'. Con el adelanto -argumenta- Euskadi se ahorra “ocho meses” de clima preelectoral. Y no ha ocultado su deseo de que en dos meses los nacionalistas -apoyados por el PSE-EE- puedan sumar mayoría parlamentaria: “He estado muy cómodo con el Gobierno de coalición en minoría. ¿La mayoría absoluta? Sería deseable, sí. Si fuera monocolor, mejor que mejor. Pero sabemos que eso no es posible en Euskadi”. Por si quedasen dudas, el líder del PNV, Andoni Ortuzar, ha apelado a un nuevo Gobierno “fuerte validado por las urnas”.

¿Es un escenario posible? ¿Cómo llegan los partidos vascos a este adelanto electoral? Ninguna encuesta prevé desgaste para el PNV -en buena forma tras las siete urnas que se llenaron el pasado año- y los socialistas se ven beneficiados por el ascenso general y la presencia en el Gobierno central. El PSE-EE ya eligió a Idoia Mendia como candidata hace meses y ya avisó cuando los rumores eran crecientes que estaban “preparados” para la cita con las urnas desde hace tiempo.

¿Deslealtad a Podemos?

Más compleja es la situación de Elkarrekin Podemos. No parece complicado que Podemos, IU y Equo reediten la confluencia, pero las respectivas primarias no están completadas aún. Podemos, de hecho, tendrá que alterar necesariamente su calendario de primarias, en las que las bases elegirán entre la candidata 'oficial', la ex de Equo Rosa Martínez, y la alternativa crítica, Miren Gorrotxategi, apoyada por los diputados en el Congreso y que se dijo avalada por Pablo Iglesias. El plazo de presentación de candidatos terminará el 2 de marzo y los resultados de las primarias se iban a conocer el 4 de ese mes. Ahora se tendrá que acelerar todo. “Vamos muy pillados”, confiesan cuadros morados sobre un proceso que culminará el 27 de febrero.

Curiosamente, también el PNV tendrá que acortar sus plazos para designar a Urkullu como aspirante a la reelección, ya que el calendario original del proceso a doble vuelta de votaciones en las bases -una seña de identidad peneuvista mucho antes de que las primarias se generalizaran en otros partido- se iba hasta el 7 de marzo. Fuentes del Euzkadi Buru Batzar -reunido este lunes con Andoni Ortuzar interviniendo desde México por hallarse de viaje oficial- indican que será mañana cuando se ofrezcan los detalles.

Elkarrekin Podemos -con la excepción de IU- decidió en los últimos meses girar hacia una posición de “utilidad” en Euskadi y negoció y aprobó los presupuestos de 2020 a cambio de 200 millones de euros en distintos planes. En apenas mes y medio, el Gobierno no ha puesto en marcha muchos de ellos. Y Urkullu ha criticado especialmente a la coalición de izquierdas en sus reflexiones sobre las “estrategias” de “bloqueo” en el Parlamento. Las voces sobre la “deslealtad” del PNV crecen en Elkarrekin Podemos, más si cabe cuando, a última hora, los líderes de la coalición decidieron apostar por completar la legislatura y sacar adelante hasta ocho leyes, incluidas las de igualdad y juventud. De nada han servido las conversaciones de los últimos días entre Urkullu y el portavoz de la coalición, Lander Martínez, quien también pidió públicamente tiempo para trabajar.

“Un adelanto electoral debería de ser algo excepcional, no algo basado en un interés puramente partidista. Urkullu ha claudicado, tirado la toalla y ha optado por cerrar esta legislatura sin haber cumplido más de la mitad de su programa de Gobierno. En su huida, deja a Euskadi estancada, sin iniciativa en los importantes retos que tiene la sociedad vasca y sin aprobar leyes tan necesarias para toda la sociedad vasca como la Ley de Igualdad, la Ley de Juventud, la Ley de Cambio Climático y la Ley de Movilidad Sostenible, entre otras”, se ha quejado Martínez al poco de conocer la fecha definitiva de las elecciones.

EH Bildu ya decidió días atrás que su candidata sería Maddalen Iriarte, la portavoz parlamentaria, una vez descartada la opción de Arnaldo Otegi, que sigue inhabilitado por su condena en el 'caso Bateragune'. La coalición abertzale es la segunda fuerza y aspirar a ser alternativa al hegemónico PNV. “EH Bildu y yo misma estamos preparadas y esperanzadas ante este nuevo reto que se nos presenta, y confiadas en que vamos a seguir con nuestra tendencia ascendente”, ha escrito en Twitter la candidata, que ha anunciado una comparecencia para este martes en Bilbao.

El PP -coincidiendo con el anuncio de Urkullu- ha parecido despejar la incógnita y, aunque no está claro si se configurará una coalición “constitucionalista” con Ciudadanos, para lo cual hay un plazo de menos de dos semanas, ha ratificado a Alfonso Alonso como su cabeza de cartel. A pesar de que nadie en las filas 'populares' vascas había cuestionado la valía de Alonso, en los últimos días Génova había mostrado su dificultad para verbalizar un aval expreso al exministro y exalcalde de Vitoria.

En este contexto de incertidumbres, Amaya Fernández, secretaria general del PP, no ha considerado un “traspié demasiado relevante” el nuevo calendario, entre otras cosas porque se daba por descontado que el anuncio se produciría tarde o temprano. Eso sí, el PP considera que el adelanto responde más a intereses del PNV para ocultar indicadores económicos negativos -incluido el paro- y para no afrontar la comisión de investigación anunciada por Alonso en torno a las adjudicaciones al grupo Montai. “Urkullu ha dicho que adelanta las elecciones por los vascos. No, oiga, no. Lo hace por usted y por su partido”, le ha espetado Amaya Fernández, que deseaba “más legislatura”.

El panorama político se completa con Vox -inexistente en lo que Santiago Abascal llama su “patria chica”- y con Más País, el proyecto de Iñigo Errejón. Esta nueva formación de izquierdas decidirá este fin de semana si concurre o no a las autonómicas vascas tras el escaso éxito de su aventura en Bizkaia en las pasadas generales.

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