“La situación es penosa y peligrosa. Cualquier día puede acabar en desastre”
“Jornadas abusivas e ilegales, ritmos exagerados de trabajo y condiciones precarias y fraudulentas”. Ese es el motivo de las denuncias que ELA ha venido interponiendo ante la Inspección de Trabajo, por las “penosas” condiciones en las que se trabaja en la ampliación del TOPO, el sistema de ferrocarril metropolitano de San Sebastián. Desde el sindicato se reitera que “está todo ya probado” e Inspección se dispone a hacer visitas a los lugares de trabajo en los próximos días.
En las obras del tramo Miraconcha-Easo, las jornadas están divididas, de lunes a viernes, en dos turnos de doce horas: de 7:00 a 19:00 y de 19.00 a 7:00. Para más inri, el segundo turno del viernes se alarga con frecuencia hasta las dos del mediodía del sábado, lo que resulta en una jornada que puede alcanzar las 19 horas. Así, los trabajadores de la empresa Cavosa Obras y Proyectos, S.A. están sometidos a jornadas que doblan e incluso triplican lo que la normativa permite; y es que dos artículos del Convenio de la Construcción del territorio histórico las limitan para este tipo de trabajos —que categoriza como “penosos, tóxicos o peligrosos”— a las seis horas.
Las primeras denuncias las interpuso ELA a finales de mayo y, dado que no había novedades, acudió nuevamente ante la Inspección de Trabajo hace semana y media. La empresa en cuestión es Cavosa, que forma parte de una UTE integrada también por Sacyr, Campezo, Meriezcurrena y Zubieder a la que se le adjudicó este tramo de la ampliación por 53 millones de euros. La UTE ha sido convocada esta mañana por Inspección y se le ha requerido documentación para poder investigar más a fondo las condiciones. ELA, asimismo, ha facilitado más evidencias sobre lo denunciado.
“Explotación laboral” también en el BBK Live
Esta situación coincide con las denuncias que ha venido haciendo Eragin Bilbo, la Asamblea de Jóvenes Precarios, de la “explotación” a la que han estado sometidos los trabajadores del BBK Live, el festival que se ha celebrado en Kobetamendi los días 11, 12 y 13 de julio. “Todos los casos tienen como factor común la explotación laboral —explicaba su portavoz, Unai Sainz—. Sueldos inferiores a los cinco euros por hora —de hasta 3,5 euros en algunos casos, señalaba—; jornadas de hasta quince horas seguidas sin derecho a descansos reglados; inexistencias, en muchos casos, de contrato; obligación de mentir sobre las condiciones laborales en una inspección de trabajo...”. Además, ha tildado de “vergonzoso que lleve el nombre de la ciudad”.
La empresa subcontratada para la organización del festival en Kobetamendi, Last Tour, se ha defendido de las acusaciones y ha asegurado estar “comprometida con el trabajo digno”.
“Brecha salarial” para las trabajadoras de limpieza de Gipuzkoa
De vuelta a Gipuzkoa, la brecha salarial se suma a la precariedad en el caso de las trabajadoras sujetas al convenio del sector de la limpieza de edificios y locales del territorio histórico. Se trata de un colectivo feminizado (el 77% de los 6700 trabajadores son mujeres); 1400 de esas personas tienen mejores condiciones al estar sujetos a quince convenios de empresa. Las alrededor de 5300 restantes, sin embargo, siguen sujetas al convenio sectorial que, según los sindicatos, “no ha dado ningún paso hacia la equiparación y cuya situación es la más precaria”.
La “brecha salarial” que denuncian la calculan con “respecto al colectivo masculinizado de la limpieza viaria de Gipuzkoa”, con operarios que “ganan un 28% más” por tareas similares“. Los sindicatos (ELA, LAB, CCOO, UGT y ESK) muestran ”disposición a negociar los plazos“ para conseguir la equiparación, pero aseguran haberse topado con la resistencia de la patronal Aspel (Asociación Profesional de Empresas de Limpieza), que niega la existencia de tal brecha.
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