Mondragon descarga la responsabilidad por la pérdida de los ahorros de los socios en Fagor Electrodomésticos
El juicio seguido contra la Corporación Mondragón por la pérdida de los ahorros de más de 900 excooperativistas con la quiebra de Fagor Electrodomésticos y Edesa ha quedado visto para sentencia. ¿Por qué la mayoría de personas con aportaciones voluntarias no pidió la devolución de sus ahorros si eran conscientes de los problemas que estaba atravesando la cooperativa?, es la pregunta que deberá aclarar la jueza en su sentencia, que se espera para después del verano. De esa respuesta se podrá inferir si la Corporación animó a los excooperativistas a seguir con sus ahorros en una situación prácticamente de quiebra o la responsabilidad corresponde única y exclusivamente a los rectores en aquel momento de Fagor Electrodomésticos.
Para los afectados, encuadrados en las asociaciones Ordaindu y Eskuratu, las cuatro sesiones de juicio han dejado claro la responsabilidad de la Corporación por haber mantenido artificialmente con vida al fabricante de electrodomésticos. “Ha quedado claro que los directivos de la Corporación Mondragon y los antiguos ejecutivos de Fagor Electrodomésticos han faltado sistemáticamente a la verdad al haber negado que transmitieron al colectivo de socios trabajadores e inactivos un mensaje de confianza”, ha reiterado el abogado de los afectados en la última sesión.
Y ha recordado que, por medio de las actas del Consejo General del grupo cooperativo que obran en los autos, se ha revelado que “todos esos directivos idearon y concertaron un relato ficticio sobre la situación económica de Fagor Electrodomésticos para evitar la salida masiva del dinero que los antiguos trabajadores tenían depositado en las dos empresas”.
Para Ordaindu y Eskuratu, la Corporación Mondragon “no era un tercero cualquiera; tenía una influencia fundamental en el colectivo de cooperativistas y todos los mensajes que lanzaba se interpretaban por los socios trabajadores e inactivos como garantía de futuro”. Es por ello, han agregado, que “si sus responsables, sabiendo o debiendo saber que Fagor Electrodomésticos ya estaba muerto, nunca debieron haber transmitido al colectivo que tenía un futuro cierto”.
Demanda desmontada
Todo lo contrario piensa la Corporación Mondragon, para la que el juicio ha servido para “desmontar la demanda de las asociaciones Eskuratu y Ordaindu”. Según la abogada que ha defendido los intereses de la Corporación, cada cooperativa es autónoma y soberana y adopta sus decisiones en sus órganos de gobierno, sin intervención de terceros.
“Mondragon no ocultó información, no trasladó información engañosa a sus socios ni garantizó las aportaciones que estos tenían en sus cooperativas”, ha recalcado. Además, ha subrayado que la Corporación aplicó al máximo sus mecanismos de solidaridad intercooperativa, hasta 331 millones de euros, para intentar ayudar a Fagor Electrodomésticos y Edesa.
“A lo largo del juicio ha quedado evidenciado que los socios tenían información actualizada de la situación real de sus cooperativas”. Esa es la máxima a la que se aferrado la Corporación. En palabras de la abogada, “de lo único que se
podía acusar a Mondragon y a sus cooperativas es de ayudar a Fagor Electrodomésticos y Edesa hasta límites antes desconocidos a través de sus mecanismos de solidaridadi ntercooperativa“.
En la última jornada del juicio, la Corporación ha argumentado que “no garantizó las aportaciones que los exsocios tenían en sus cooperativas” y que estos tenían información actualizada de la situación de sus cooperativas a través de los diversos canales de comunicación de ambas.