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El espectro político madrileño. Me siento desubicada: ¿Dónde está cada cuál?

El resultado elecciones 2019, municipio

Enaus

De pronto me viene a la mente una conversación de cuando era adolescente y comenzaba a interesarme por la política. Se celebraban elecciones en USA y yo preguntaba -¿Los republicanos son de izquierdas?- por aquello de ir contra la monarquía. -¡No!- Me contestaban, riendo, que se trataba un partido de extrema derecha y hablamos de mucho antes de la era Trump. Creyendo verlo claro preguntaba a continuación: -Entonces, ¿los de izquierdas son los demócratas? - pero para mi sorpresa me contestaban con una nueva negativa. -¡No, tampoco! También son de extrema derecha, pero un poco menos-. Aquello me dejó muy confundida, me llevó mucho tiempo entenderlo. No en todos los países están presentes todas las opciones.

Cuando leemos prensa sobre las distintas opciones políticas, a menudo, encontramos gráficos que pretenden ilustrar la situación. De partida ya resulta un tanto increíble que se puedan ordenar todas las fuerzas políticas de izquierda a derecha, sobre un único eje horizontal. Seguramente, si se hiciera con rigor, sería más acertado proyectarlas sobre un eje vertical. Arriba quienes defienden los intereses de los más acaudalados y abajo los que lo hacen de los menos adinerados. ¿Qué queda más a la izquierda? ¿La jubilación con un sistema de reparto progresivo y solidario, la educación pública y gratuita o la sanidad pública universal? En cada uno de estos asuntos, una persona puede albergar opiniones de izquierdas y de derechas al mismo tiempo. Estos sujetos resultarían inclasificables bajo este criterio. Asumamos que se pueden organizar todos los intereses políticos y todas las formas de pensamiento de una sociedad sobre un eje. Aceptemos esa idea. No solo eso. Además, hagamos un intento propio de ordenar los partidos políticos españoles de acuerdo con esta idea. Centrémonos en los parlamentarios de ámbito nacional.

Creo que es indiscutible que a la derecha del todo se situaría Vox. A continuación, vendrían PP y Cs. Aquí, habría mucho debate sobre quién va a la derecha de cuál. Para mí, desde luego, la elección es muy complicada. Seguido de éstos iría posiblemente el PSOE. A la izquierda, por descarte, situaríamos a UP. Vamos a dibujarlo:

¡Oye!, y de pronto, cuando lo dibujo no sé qué ancho le debo otorgar a cada uno de ellos. Para empezar, les he dado el mismo. Sin embargo, esto sitúa a Cs en el centro y son un partido claramente de derechas, no me cuadra. A bote pronto se me ocurre hacer un segundo intento ajustándolo a sus representaciones parlamentarias:

De nuevo me queda Cs casi en el centro y tampoco me convence. Por ejemplo, pretenden mercantilizar los cuerpos de las mujeres, legalizando los vientres de alquiler. Esta idea no representa el centro, sino el neoliberalismo más salvaje. Tal vez sea justo esto lo que está descuadrando en el gráfico. Ensayo un nuevo modelo atendiendo a cuán de derechas me parecen todos estos partidos y esto es lo que sale:

Seguramente, contrasta con la imagen de radicales de izquierdas que los medios de comunicación quieren hacernos ver de UP. Alguno estará pensando que la que suscribe es de extrema izquierda por aventurar estas opiniones; les aseguro que no es así, soy una persona muy moderada políticamente. No obstante, a pesar de las apariencias, pensándolo con calma, cuadra: Vox es la extrema derecha. PP es muy parecido, casi igual en muchas cosas y más moderado en otras, pocas. Ya señalé al inicio que Cs en algunos temas está mucho más a la derecha que cualquiera de los anteriores, lo puse más hacia el centro con muchas dudas, por tanto, debemos ajustarlo muy próximo a ellos. El PSOE, si nos fijamos en sus Barones, no dista tanto de los partidos de derechas. No son pocos los años durante los que ha tenido pactada la política económica con la derecha y ha estado de acuerdo con ella (y lo sigue estando, pese a que evita mencionarlo con fines electoralistas). Es partido coautor de las reformas laborales, estuvo de acuerdo con la reforma constitucional que prioriza la deuda (el 135), no han revertido el 155 en Cataluña, Franco aún sigue en el Valle de los Caídos (por más bombo que hayan dado a la noticia de sacarlo para hacerse un lavado de cara, todo ha quedado en agua de borrajas), y un larguísimo etcétera de medidas que no me permiten situarlo a la izquierda. En cierto modo, parecen el equivalente a los demócratas norteamericanos, se encuentran menos a la derecha pero que no pueden ser señalados como izquierda. Finalmente, UP me quedó demasiado ancho, pero no hay nadie más con quién rellenar ese hueco.

El resultado es que estamos como los estadounidenses, sin nadie que ocupe la extrema izquierda. O quizá sin “Nadie” que sobreviva a la ley D’Hont tras ser aplicada a las cincuenta y dos circunscripciones españolas y a la manipulación mediática.

Ahora que llegan las autonómicas, nos encontramos con que, en Madrid, además, se presenta una gran plataforma ciudadana llamada Más Madrid. Esta plataforma surge del divorcio ideológico natural entre dos proyectos que hicieron en esfuerzo de convivir dentro de Podemos durante algún tiempo. Vamos a situarla también en la izquierda, pero un poco menos que UP. Voy a pintarlo repartiéndoles el espacio ideológico que compartían por mitad a ver cómo nos queda manteniendo el penúltimo esquema.

Si hablamos de las municipales, resulta que, en Madrid, UP no concurre a la convocatoria. Sí se presenta una coalición de izquierdas, Madrid en Pie, en la que están integrados algunos de sus componentes como son IU e IA. De nuevo lo represento manteniendo el mismo esquema y reparto por mitad del espacio ideológico con Más Madrid. Resulta lo siguiente:

Los medios de comunicación, a base de mostrar la representación parlamentaria, nos están haciendo ver que el centro está ocupado por posiciones de derechas y no nos está permitiendo ver lo amplias que son las coaliciones de izquierdas que concurren a las elecciones. Eclipsan el esfuerzo tan ímprobo que están realizando los partidos y agrupaciones ciudadanas de izquierdas para poder aglutinar un arco tan amplio de ideas en una opción electoral. Dice mi tío José que parece mentira que los de la derecha consigan ponerse de acuerdo y que los de izquierda no sean capaces. Pero no es de extrañar que les cueste tanto, si les hacen pasar por extrema izquierda a los pobres, cuando en realidad se trata de más de la mitad del espectro ideológico. Y no vayamos a compararlos con los partidos que se presentan en Corea del Norte, allí todas las opciones son de extremísima izquierda y no hay partidos de derechas.

Sin embargo, ¿qué nos dicen los sondeos?

Autonómicas:

Municipales:

¿No resulta evidente que nos están robando un importantísimo espacio ideológico? Parece que no les interesa que los ciudadanos consideremos como opción ni a Madrid en Pie, ni a Más Madrid, salvo que seamos votantes ya descarriados y sin remedio de Unidas Podemos. Parece que de nuevo impulsan, bajo la amenaza de la suma de las tres derechas, que aglutinemos voto inútil en torno al PSOE. Propongo al lector que rompamos esta imagen de nuestras mentes y ajustemos nosotros mismos cómo deben repartirse la representación del centro y la izquierda, que parece que es la principal cuestión a dilucidar. ¿Cuál de las siguientes distribuciones le parece a usted más ajustada a la realidad?

Autonómicas:

Municipales:

Los ciudadanos tenemos que revindicar debates legítimos sobre la realidad política en que vivimos que no estén manipulados por los medios de comunicación y que no le otorgue tantos réditos electorales a la derecha como viene sucediendo.

Yo, personalmente, aún no me he decidido entre Madrid en Pie y Más Madrid, para el Consistorio, ni entre Unidas Podemos y Más Madrid para la Comunidad. Y la poca prensa que leo me arroja muy poca luz a este respecto. No hacen otra cosa que darle mucho protagonismo a un montón de opciones de derechas que no estoy dispuesta a tomar en consideración, ya que no representan ni por asomo las ideas e intereses de la mayoría social de nuestra región.

Es imperativo no caer en la trampa de enfrentarnos entre nosotros y enfrentarles a todos ellos. La lógica de distraer al último contra el penúltimo arrinconados en la esquina del extremismo radical no debe tener cabida nunca más.

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