Referéndums y transparencia
Mucho se habla y debate últimamente en este país sobre consultas y referéndums: su viabilidad legal, los posibles destinatarios, si podrían ser vinculantes o no, etc., sobre todo en relación con un posible referéndum sobre la independencia de Cataluña. En este terreno nos gustaría destacar un derecho fundamental de los ciudadanos, como es la transparencia y el derecho a saber, y ello en cualquiera de las actuaciones de las instituciones y cargos públicos, incluidos por tanto los referéndums.
Las consultas mediante referéndums habrán de plantearse de una forma en que los ciudadanos puedan, en primer lugar, entender el contenido de la/s pregunta/s, y sobre todo de las consecuencias de sus posibles respuestas. En el caso, por ejemplo, de un posible referéndum sobre la eventual independencia de Cataluña, y para que los ciudadanos no se vieran burlados o ninguneados con la consulta, se les debería informar, al formularles la pregunta, de lo que conllevaría en la práctica esa posible independencia.
Más concretamente, si la independencia de Cataluña conllevara automáticamente su salida de la Unión Europea, ya que eso es lo que ocurriría automática e inexorablemente según el tratado de la UE (preámbulo, y artículos 4, 49 y 52), así como varios pronunciamientos de la Comisión Europea, de otros organismos internacionales como el Comité de las Regiones, y de muy diversos expertos nacionales y foráneos.
Aunque se pudiera iniciar posteriormente un proceso de admisión como nuevo miembro, ésta necesitaría la aprobación de todos y cada uno de los 27 miembros de la UE, en un proceso con un resultado muy improbable y que en todo caso duraría bastantes años. Esta consecuente salida de Cataluña de la UE, deberían conocerla los ciudadanos antes de ejercer su voto, y la pregunta que se hiciera en ese posible referéndum, no debería ocultar esa consecuencia.
En este sentido y en aras de la transparencia, habría que formular una pregunta, por ejemplo, del siguiente tipo: “¿Estaría usted de acuerdo con la independencia de Cataluña de España, y su salida de la Unión Europea?”. Para muchos ciudadanos la independencia de Cataluña podrá ser prioritaria si se pudiese hacer sin consecuencias en clave europea; pero sabiendo que esta salida conllevaría la salida de la Unión Europea, habrá muchos ciudadanos independentistas que prefieran conservar y anteponer su ciudadanía europea a una eventual ciudadanía catalana que les sacara de la UE.
El derecho a saber de los ciudadanos ante un referéndum conllevaría también el necesario conocimiento del camino o la forma en que se llevaría a cabo el proceso de independencia, y es por ello que los partidos independentistas deberían explicar previamente al referéndum la forma en la que afrontarían los consecuentes cambios institucionales, económicos y sociales, condicionados en buena medida por su no cabida en la actual Constitución.
Por ejemplo, deberían explicar en su Plan de independencia, la forma y los medios que utilizarían para prescindir (o expulsar, en caso de probable conflicto o desacuerdo derivado de una posible vía unilateral) al Ejército, los Jueces, los Organismos públicos, las Fuerzas de seguridad (Policía y Guardia civil) etc. de los territorios de Cataluña, o cómo iban a resolver el tema de las pensiones de los ciudadanos, cuyas cotizaciones anteriores están en la caja única y estatal de la Seguridad Social, o cómo iban a afrontar el tema de las fronteras (controles, aranceles, etc.). con el resto de España y con los demás países, o de la imposibilidad de disponer o emitir euros por salir de la Unión Monetaria, o incluso de la pérdida de los fondos europeos concedidos a España, entre otros temas.
Es de suponer que ya tengan pensado (sería preocupante que no lo hubieran hecho) cómo van a afrontar estos problemas en un proceso de independencia, pero hasta el momento la transparencia brilla por su ausencia, y los ciudadanos no han recibido ninguna información sobre estas importantes cuestiones derivadas de esa eventual independencia. Tampoco los restantes partidos, los no independentistas, han informado a los ciudadanos y fomentado el debate sobre estos temas, por lo que los ciudadanos no han podido siquiera pensar en los mismos, y se han de limitar necesariamente a crisparse de una forma genérica y desinformada sobre su posición a favor o en contra de esta posible independencia de Cataluña.
Creemos, por tanto, llegado el momento de la transparencia, y la aclaración de muchas de estas cuestiones, antes de pensar y decidir sin más sobre ese posible referéndum de autodeterminación. Mientras que no se diluciden estas posibles consecuencias de la independencia, y por ende del posible contenido de la pregunta en el referéndum, sin duda muy aclaratoria para los ciudadanos, la idea de proponer un referéndum de independencia, no dejará de ser una música celestial (para crédulos), de los partidos que lo proponen, ignorando que los ciudadanos –informados– son bastante más racionales y maduros que lo que se creen –y desearían– muchos políticos. Toca hablar ahora, en resumen, de transparencia y derecho a saber de la sociedad en relación con el contenido y características de ese eventual referéndum.
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