A gobernar
Ya hay gobierno. Ahora se trata de empezar a tomar medidas, cuanto antes, para mejorar la calidad de vida de la gente, especialmente de aquellos que peor viven: los que están en paro, los que trabajan en tal precariedad que no pueden llegar a fin de mes, de la gente que no puede poner la calefacción en invierno ni se va de vacaciones en verano, de las mujeres víctimas de la violencia machista, de los pensionistas, de los jóvenes que se fueron del país o no tienen trabajo, de las gentes que vienen de otros países a buscarse la vida aquí. Casi nada.
La agenda política y mediática está ocupada de forma excesiva por lo que pasa en Cataluña, pero lo más urgente es que la gente de toda España viva mejor. En lo que están de acuerdo la inmensa mayoría de los españoles es que el paro es el problema más grave, viene siendo así desde hace años. Se trata, al menos, de paliarlo. Es insoportable tener más de tres millones de personas en paro.
No hace falta ser un lince para pensar que el PP y Vox, también Ciudadanos, van a hacer una oposición tumbativa a los socialistas y a UP. Si por ellos fuera, ni se empezaba a jugar el partido. El volumen de la sesión de investidura acredita esta predicción. Se trata de que ese ruido, que ya es ensordecedor, no impida tomar las medidas que puedan ayudar a los más desfavorecidos.
A la tradicional oposición del PP a los gobiernos socialistas, hay que sumarle ahora el factor excitante para Casado de la presencia de Vox. El domingo, el discurso de Cayetana Álvarez de Toledo que enunció Casado fue más radical que el de Vox y no sé si eso acabará finalmente dando votos a los de Abascal. Ciudadanos sigue pensando que tiene 57 escaños, alguien debería decirles, aunque fuera en voz baja, que sólo tienen diez.
La noticia es que hay gobierno y la buena noticia futura sería que pudiera mejorar las condiciones de vida de la gente. Se trata de eso. Todo este proceso alambicado de pactos frustrados, búsqueda de culpables, nuevas elecciones, negociaciones de gobierno, nos hace olvidarnos de cuál es el objetivo: formar un gobierno que empiece a tomar medidas.
Queda por saber si es compatible el cumplimiento de esa agenda social con el encauzamiento de la situación en Cataluña, que ya está aportando munición a una derecha radical y sobreactuada y que deja en manos de ERC la duración de la legislatura.
De otro lado, tendrán que demostrar si será un solo gobierno, con un único discurso, o si habrá dos gobiernos, con dos discursos y con una pugna por ver quién se apunta los tantos, cosa no deseable.
Bien, se acabó la provisionalidad, que amenazaba con convertirse en crónica, y habrá gobierno, este viernes con su primera rueda de prensa. Tener el BOE y el enorme poder que otorga el gobierno al final imponen la fuerza de los hechos, pero no hay que minusvalorar la eficacia erosiva de la propaganda reiterada a veces construida con mentiras.
Los medios de comunicación deberíamos aquilatar los mecanismos de verificación de las noticias para impedir que las mentiras se conviertan en creadoras de realidad, como pretenden quienes las difunden.
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