¿Por qué el PP gana en las encuestas?
Desde hace un tiempo, en las encuestas del CIS (y también en las que realizan la mayoría de los institutos de opinión) se está produciendo un fenómeno que a unos cuantos nos llama la atención. Por un lado, si nos fijamos en la intención directa de voto (ver gráfico 1), observamos desde julio de 2012 un claro empate técnico entre PP y PSOE. De hecho, en algunas ocasiones, es el Partido Socialista quien aparece por delante en ese empate. Por otro lado, en cambio, las predicciones que se publican arrojan una clara ventaja del Partido Popular (ver gráfico 2).
Esta disparidad entre los datos brutos y las predicciones está generando un enorme debate. Pero, ¿qué está pasando realmente? ¿Por qué casi todos los estudios de opinión anticipan una victoria del Partido Popular cuando los datos brutos apuntan en otra dirección? ¿Se están equivocando o aciertan las predicciones?
Gráfico 1. Intención directa de voto
Gráfico 2. Predicciones electorales del CIS
Fuente: CIS
Antes de responder a estas preguntas, debemos detenernos brevemente en cómo se realiza la famosa “cocina”. Puesto que no todos los individuos responden qué van a hacer en las próximas elecciones, aquellos que analizamos las encuestas tenemos que realizar una serie de ejercicios estadísticos. En primer lugar, buscamos toda la información disponible entre las distintas respuestas del cuestionario con el objetivo de saber qué van a hacer aquellos que no quieren desvelar su intención de voto. En segundo lugar, intentamos saber si alguno de los electorados tiene una mayor tendencia a la ocultación del voto que los demás.
Detengámonos en el segundo factor: el voto oculto. ¿Cómo sabemos los sociólogos que se produce este fenómeno en una encuesta? Para ello recurrimos al recuerdo de voto. En los cuestionarios siempre se interroga a la gente por lo que hizo en las últimas elecciones. Así, si el resultado que muestra la encuesta se aproxima mucho a lo que sucedió en la realidad, asumimos que no hay ningún tipo de ocultación de voto a ese partido. En cambio, si más gente recuerda haber votado a un partido de lo que realmente lo hizo, asumimos que esa formación está sobreestimada. Finalmente, si el porcentaje de votantes que recuerdan haber apoyado a un partido está por debajo del voto real, entonces pensamos que esa formación política sufre voto oculto.
El Gráfico 3 traduce a números lo que acabo de explicar. ¿Cómo lo interpretamos? Cuanto más se acerca a 1 un partido, más se aproxima el recuerdo de voto de los encuestados a lo que realmente sucedió. En cambio, si el dato es inferior a 1, es que hay voto oculto a esa formación política. Si se supera el 1, lo que significa es que la intención de voto de esa formación está realmente sobreestimada. ¿Qué conclusiones extraemos?
Gráfico 3. Voto oculto a las principales fuerzas políticas
Fuente: Barómetros CIS (1994-2013)
La ocultación de voto al PP es muy similar a la que venimos observando a esta formación política desde el año 2003. Es decir, desde hace 10 años, los votantes del Partido Popular están infraestimados en las encuestas. Esto choca en parte con una lógica que también se ve en este gráfico. Cuando gobierna el PP (1997-2002), su recuerdo de voto y la realidad se aproximan. Pero cuando está en la oposición es cuando aumenta el voto oculto al Partido Popular. Ahora, en cambio, pese a estar en el Gobierno, hay una infraestimación enorme de sus votantes. Aquí caben dos interpretaciones.
Por un lado, podemos presuponer que los votantes del PP están ocultando sus verdaderas intenciones y por ello no revelan qué hicieron en el pasado ni qué harán en el futuro. Ésta es la interpretación que está dominando ahora mismo en los institutos de opinión y de ahí la disparidad entre intención directa y predicción.
Pero también hay una interpretación alternativa. Quizá, no recordar haber votado al PP en el pasado puede ser una señal más de la crisis política que estamos viviendo en estos momentos y del enorme desgaste que arrastra el PP. Como ya dije en un artículo anterior, nunca un Gobierno había caído tanto en su primer año de legislatura.
Si esta última fuera la interpretación correcta, significaría que PP y PSOE están más próximos de lo que nos dicen los pronósticos publicados.
¿Qué está sucediendo realmente? Es una buena pregunta para la que no tengo una respuesta rotunda. Compliquemos un poco más la cosa. En las encuestas hay otros indicadores sobre los que la gente no se detiene tanto pero que son muy relevantes. Voy a citar uno: la intención de voto entre los votantes moderados. En los últimos 35 años, el partido que ha conseguido el mayor número de apoyos en el centro (aquellos que se identifican con el 5 en la escala ideológica) siempre ha ganado las elecciones en España. Desde enero de 2013, el PSOE es el partido más votado entre los votantes moderados.
Para concluir, una última advertencia. Casi todos los indicadores de opinión pública están en cifras desconocidas. Nunca tanta gente había estado tan descontenta con el funcionamiento de nuestra democracia. Nunca tantos ciudadanos declaraban abstenerse en el futuro. Las intenciones de voto de PP y PSOE se encuentran en sus mínimos. Y así podríamos seguir con más indicadores. Lo que quiero concluir es que interpretar lo que nos quiere decir la sociedad en estos momentos no es sencillo. De ahí que el trabajo de los sociólogos sea tan complicado ahora. No obstante, quizás deberíamos poner más el foco en el estado de ánimo de la gente y no especular tanto sobre el futuro. En el fondo, lo que está por venir no está escrito en ningún fichero de datos.