Ya no queda ninguna parte del cuerpo para removerse cuando vemos las escenas escalofriantes de Gaza, el genocidio, la gente muriendo de hambre, las miles de mortajas de niñas, de niñas, de bebés, la desolación,... y por un momento acertamos a pensar que “menos mal” que tanta sádica y cruel maldad este lejos, hasta que caemos en la cuenta que los y las que no condenan este acto de desproporcionada barbarie inhumana, son los mismos que previsiblemente hubieran justificado y blanqueado que aquí en Euskadi y Navarra hubiera pasado lo mismo, cuando ETA cometía atentados en los años 80, o sea que la maldad desmedida no están tan lejos, están cerca y la forman “personas de orden” aparentemente normales, pero que no lo son por su alta crueldad.