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La muerte de Franco y el despertar de los derechos LGBT en España: ¿una transformación tan decisiva?
El 20 de noviembre de 1975, la muerte de Francisco Franco marcó el inicio de la Transición española, un periodo de cambios políticos y sociales. Aunque este momento es considerado un punto de inflexión, la pregunta persiste: ¿fue realmente tan decisivo para los derechos LGBT?
Durante la dictadura franquista (1939-1975), la homosexualidad estaba criminalizada y severamente estigmatizada. En 1954, la Ley de vagos y maleantes fue modificada para incluir a los homosexuales, etiquetados como “enfermos sociales”. Muchos fueron arrestados, internados en campos de trabajo o sometidos a tratamientos psiquiátricos.
Con la caída del régimen, España inició un proceso de apertura. En 1979, la derogación de la Ley de vagos y maleantes fue un primer avance significativo. Sin embargo, el cambio fue más lento de lo esperado, y las transformaciones legislativas no siempre se reflejaron en un cambio cultural inmediato.
Figuras como Armand de Fluvià, fundador en 1970 del Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH), desempeñaron un papel clave en el activismo LGBT, pasando de la clandestinidad a manifestaciones públicas. Aun así, la resistencia social y los prejuicios siguieron siendo barreras importantes.
La década de 1980 y los retos persistentes
Durante los años 1980, el gobierno socialista de Felipe González promovió algunas reformas. Sin embargo, la epidemia del sida reforzó el estigma contra la comunidad LGBT. En paralelo, movimientos como la movida madrileña ofrecieron una mayor visibilidad, pero sus avances estuvieron limitados a los círculos urbanos y progresistas.
El legado del franquismo y la lucha LGBT
A pesar de los avances, la transición dejó cicatrices. No fue hasta 2007 que la Ley de Memoria Histórica reconoció a las personas LGBT perseguidas bajo el franquismo. Este retraso muestra que la Transición no representó un cambio radical para todos.
Hoy, España es un referente en derechos LGBT, pero estos logros son el fruto de décadas de lucha, no solo de la Transición. La muerte de Franco marcó un hito, pero los verdaderos cambios llegaron gracias a un activismo persistente. La pregunta sigue vigente: ¿fue la Transición un cambio real o más bien simbólico?
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