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¡Vamos a ver!
Ante los recientes acontecimientos que nos inundan de información, profecías, “ya lo decía yo”, “lo veía venir”, me surge la duda de expresar mi opinión y equivocarme o no expresarla y equivocarme, por lo que como pienso que es mejor hacer y arrepentirse que no hacer y arrepentirse, por lo que he optado por lo primero.
En referencia a la reciente catástrofe ocurrida en el litoral valenciano, desconocemos si hubiese sido posible preverla y minimizarla, dar con la necesaria antelación las señales de alarma o si dado de lo extraordinario de la precipitación poco se podría haber hecho ante el estado de la los cauces de evacuación dl agua, infraestructuras etc..
Lo que si era previsible era que, dada la actual idiosincrasia de los cuerpos de seguridad, emergencia y militares, la ayuda llegase tarde, mal y a cuentagotas.
Ver a 10.000 personas entre amas de casa, adolescentes, jóvenes y adultos armados con cogedores, escobas, mochila y bocata pretendiendo subsanar las deficiencias del sistema no deja de ser surrealista, ineficiente y ser muchas veces un mayor problema su coordinación que los servicios que puedan llegar a prestar, amén de poner de manifiesto la ineficacia de los poderes públicos y sus protocolos de movilización automática de los servicios de emergencia, propios de un estado moderno.
No me imagino a los asturianos acudiendo con carretillas y palas con la intención de despejar el argallo del Huerna.
Disponemos de 22.000 bomberos aproximadamente. Entre sus organizaciones sindicales y la clase política de la que dependen orgánicamente, han hecho posible que las sucesivas reivindicaciones de derechos, se hayan convertido estas en prebendas. Se han conseguido calendarios de alrededor de 65 días laborales anuales, siendo habitual jornadas de 24 horas, lo que se denomina turno 1-4 ó 1-5 . Jornada de 24 horas de trabajo que a pesar de su excelente preparación, autoestima (veamos los calendarios a los que son adictos) va en detrimento del servicio del que hacen gala prestar, ya que no me imagino 24 horas de vigilia, sino bastantes de ellas en el mundo de Morfeo, ocio y demás . Como ejemplo, un parque de bomberos con quince efectivos, es habitual que tenga tres de ellos de servicio.
Ahora vemos que amenazan con manifestarse para exigir una ley que coordine su actuación y permita una movilización urgente ante una catástrofe. Daime la risa….¡Como pretenden localizar a efectivos que en muchos casos se encuentren por un país nórdico, en el Atlas, por el Caribe, ilocalizados en su pueblo o quien sabe dónde.!
Un cuerpo que su actuación se centra en sucesos puntuales y no permanentes y con continuidad en el tiempo, en su mayoría debería componerse de voluntarios , con una formación suficiente y a los que se retribuyese su disponibilidad, independientemente de su actuación, con una minoría de profesionales para su coordinación.
Existen ejemplos en nuestro país de brigadas de bomberos voluntarios y de protección civil que han demostrado su eficacia.
He legado a ver un incendio forestal al que acuden a extinguir los voluntarios de protección civil mientras los empleados de las brigadas antiincendios permanecían de descanso, siendo habitual ver como pasan parte de su jornada laboral a la sombra de la acacia y con la motobomba en stand-by.
Nuestro estado dispone de cinco batallones de la UME (Unidad Militar de Emergencias) creada por Orden DEF/1766/2007, de 13 de junio (BOE Nº 145, de 18 de julio de 2007) y sus modificaciones posteriores. Cada batallón se compone de 800 efectivos, con lo cual una simple multiplicación nos da el tamaño de esta Unidad.
A esto sumamos todo el ejército que no me voy a detener (Orden DEF/710/2020, de 27 de julio, por la que se desarrolla la organización básica del Estado Mayor de la Defensa).
El ejército dispone de autonomía de actuación independientemente del estado catastrófico de la zona. Dispone de transporte, cocinas, comedores, alimentos …. Con lo cual pueden actuar de inmediato.
Igual sucede con Cuerpos de Seguridad del Estado, dedicados en un gran porcentaje a la escolta de la clase dirigente y con jornadas laborales continuas que conllevan largos periodos de descanso que hacen imposible su movilización.
Cada día asistimos a sus exigencias salariales a fin de equipararse con los cuerpos de seguridad autonómicos mejor pagados, circunstancia también esgrimida como arma política. Se ha llegado a la incongruencia de que un miembro de un cuerpo de seguridad de recién ingreso reciba un salario superior al del Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de una empresa pública cuyo cometido es el control de las infraestructuras viarias y portuarias (Puentes, viaductos, vías, puertos. Etc.).
Hablando de todo un poco les toca el turno a las confederaciones hidrográficas, en las que priman los aspectos medioambientales pseudoecologistas en contra de una verdadera política regulatoria de los cauces. Cualquier trámite o permiso ante este organismo para limpiar un cauce tarda meses en tramitarse y escasas veces en el sentido racional.
Resulta complicado explicar que el caudal es igual a la velocidad del agua por la sección transversal media. Si tenemos obstáculos en el cauce (vegetación, leñas, edificaciones, bolas de silo o heno, que disminuyen la velocidad, el caudal habrá que evacuarlo aumentando la sección; y como este es finito, el agua tendrá que desbordar el mismo. Lo cual no quiere decir que haya que dejar el cauce al albur de las riadas. Se precisará de obras de protección, embalses de regulación ….
No digamos cualquier intento de construir una nueva presa. Los poderes públicos competentes en su construcción se cobijan tras la oposición de los grupos ecologistas y los trámites medioambientales , abortando su ejecución.
Toda esta retahíla nos lleva a sospechar que lo que ocurre cuando hay una catástrofe o una emergencia no es fortuito ni accidental, sino la consecuencia lógica de unas circunstancias concretas. La siguiente catástrofe, por desgracia, volverá a repetir los mismos resultados, los mismos profetas y las mismas luchas entre grupos antagonistas.
Cuanta razón tenía León Felipe cuando decía en su poema ¡Qué pena!:
¿Quién lee diez siglos en la Historia
Y no la cierra
Al ver las mismas cosas siempre
Con distinta fecha?
…………..
Parafraseando a Ramón del Valle Inclán“ he deshilachado lo que creo una realidad y no una opinión subjetiva: ”Hoy, marchitas ya las juveniles flores y moribundos todos los entusiasmos, divierto penas y desengaños
En fin, concluyo. Me doy cuenta de que hoy no me había tomado la medicación y he pensado en voz alta.
Fidel Otero Álvarez
Fui ingeniero Técnico Agrícola del Estado
Ahora, ya jubilado, sigo viendo preocupado y escéptico el mundo a través de un prisma que me lo refracta como mediocre.
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