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Sobre este blog

Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.

Autores:

Aina Gallego - @ainagallego

Alberto Penadés - @AlbertoPenades

Ferran Martínez i Coma - @fmartinezicoma

Ignacio Jurado - @ignaciojurado

José Fernández-Albertos - @jfalbertos

Leire Salazar - @leire_salazar

Lluís Orriols - @lluisorriols

Marta Romero - @romercruzm

Pablo Fernández-Vázquez - @pfernandezvz

Sebastián Lavezzolo - @SB_Lavezzolo

Víctor Lapuente Giné - @VictorLapuente

Luis Miller - @luismmiller

Lídia Brun - @Lilypurple311

Sandra León Alfonso - @sandraleon_

Héctor Cebolla - @hcebolla

The mind and the body of Europe (la mente y el cuerpo de Europa)

David Márquez Martín de la Leona

Cuando el “presidente saliente” de la Comisión Europea, Jose-Manuel Barroso, presentaba el pasado 1 de marzo la declaración “Una Nueva Narrativa Europea” lo hacía delante de Angela Merkel, y acotando su discurso con sonrisas, afirmaba ante la audiencia que lo que quería era lanzar una provocación a los creadores, científicos e intelectuales europeos: “qué pueden hacer ustedes por el ”proyecto europeo“?”. El acto y el texto, titulado “La mente y el cuerpo de Europa” (The mind and the body of Europe), tuvieron una timidísima recepción en los medios españoles. Sin embargo, aquel texto fue una apertura oficial de las cortinas de una escena pública europea que lleva mucho tiempo llenándose de debates e ideas muy estimulantes: el papel decisivo que la cultura puede jugar en el desarrollo económico, social y político europeo.

Los debates públicos en Europa tienen una agenda propia. Pocas veces esos debates se filtran en los temas de los sistemas de medios de comunicación de los diferentes países y regiones de Europa, siempre concentrados en otras agendas políticas y mediáticas. Sin embargo, son debates imprescindibles para seguir y comprender muchas de las transformaciones decisivas de nuestros entornos; para comprender, en definitiva, el Zeitgeist, el espíritu de los tiempos.

Estos debates europeos, más ahora en tiempos de elecciones al Parlamento Europeo, giran en torno al rol de Europa en un orden global. La ecología, la energía, la información, la cultura, todos ellos son temas que ocupan esos escenarios públicos de los que hablaba al inicio y que llevan inoculado en ellos el espíritu de los tiempos. Si esta crisis económica, ya bautizada como la Gran Recesión, se mira con distancia, veremos que podría estar significando una gran cesura, un punto y aparte en la Historia de Europa. Lo que se resolvería a la salida de estos años de crisis que golpean asimétricamente pero contundentemente sobre el conjunto del continente, es sin lugar a dudas el rol quiere jugar Europa en el nuevo orden global emergente.

Desde el campo de la cultura se llevan haciendo aportaciones a este debate, que en los últimos tiempos están siendo mucho más rigurosas. No sólo la propia Comisión Europea viene liderando iniciativas de debate de carácter institucional, entre ellas la anteriormente citada, sino que los hilos de debate están empezando a surgir desde lugares otrora inesperados. Por ejemplo están siendo numerosos los manifiestos o declaraciones que desde estructuras representativas de la cultura europea o desde foros de cultura se están lanzando a la opinión pública.

Todos estos textos redundan en una idea: llevar la cultura al corazón de la agenda política europea con la convicción de que ésta puede ayudar a resolver problemas sociales, políticos y económicos. Todos reclaman, en términos generales, que la cultura sea utilizada como sector estratégico para salir de la crisis. Explotar las ventajas comparativas que a escala global tiene Europa en materia de cultura ayudaría a posicionar el continente en un mundo donde otros bloques económicos ya están tomando posiciones (Brasil, China, EEUU…).

El debate está lleno de matices y aspectos a discutir: el equilibrio entre industrias creativas y creadores; reformulación normativa de la propiedad intelectual para seguir compensando al creador en el paradigma digital de difusión de contenidos; cómo apoyar al tejido creativo y estimular su crecimiento; cómo utilizar los medios del programa Creative Europe de manera más eficaz; la cultura como posible herramienta de política exterior de la UE a falta de otros elementos más sólidos; la cultura como motor de impulso económico de ciudades o entornos desfavorecidos europeos… Todos estos temas están siendo argumentados, contrastados, debatidos y defendidos. Son temas que han dejado de ser minoritarios y de expresión de futuribles; Ahora son reales y conforman ya la agenda de instituciones, lobbies y grupos de opinión.

El Forum d’Avignon es uno de los think tank más consolidados sobre las intersecciones entre cultura y economía. Influyente en la esfera francófona, su motor irradia cada vez más influencia a esferas más amplias. Este foro, a través de su manifiesto Catalyse 2014 “Reinventar un espacio urbano creativo europeo” reclama un papel central para la cultura en la economía europea. La organización con sede en Bruselas y cada vez más influyente Culture Action Europe ha lanzado una declaración con ocasión de las elecciones europeas en la que reivindica la dimensión social de la cultura y el papel de los creadores como agentes privilegiados para reescribir el pacto social post-crisis.

La European Cultural Foundation, Fundación holandesa dedicada a la difusión cultural en Europa ha conseguido aglutinar alrededor de un texto reivindicativo que se titula “Dar forma a Europa por medio de la cultura”, a otras organizaciones europeas. Un texto que, de manera analítica, clara y política, marca una agenda en materia de cultura para la próxima legislatura europea (2014-2020).

Se tratan sólo de algunos de los textos que más eco están teniendo en círculos políticos y culturales. Y quizá son, sobre todo, aquellos que recogen las ideas más conformadas y consensuadas en las diferentes sensibilidades intelectuales. Pero también estos textos registran en sus márgenes declarativos ideas atrevidas que llevan la semilla de la ilusión, de la inventiva y del riesgo: ¿por qué no utilizar las personalidades y los símbolos culturales europeos para acuñar moneda con ellos? ¿Por qué no ver a Kafka, Coco Chanel, Fritz Lang, Picasso o Pina Baush en el anverso de los billetes del euro? ¿Por qué no promover algún tipo de Erasmus de las Artes? ¿O por qué no hacer de la movilidad de los trabajadores de la cultura, el motor de un embrión de armonización de la protección social común que salve los galimatías de los sistemas de seguridad social nacionales y probar así con un modelo netamente europeo?

Todas las ideas, arriesgadas o no, son ideas que trazan el camino, el debate, de una cada vez más madura conciencia comunitaria europea. Y, en definitiva estamos, ante una comunidad, la cultural, que con ocasión de las elecciones asume su responsabilidad como ciudadanos europeos para proponer, debatir y consensuar acciones políticas en un entorno político común. A muchos ciudadanos nos gustaría que ésta fuese también la tónica del debate público en nuestras esferas nacionales, existan o no elecciones en el horizonte. Los temas y los debates que conciernen a Europa tienen una lógica europea, no sólo y exclusivamente estatal y de suma cero. Es responsabilidad de los medios y de los políticos trasladar estos temas y estos debates con esa lógica y enfoque europeos a los ciudadanos. Y a nosotros, los ciudadanos, de exigir que nuestros representantes y nuestros comunicadores nos lleven a los debates europeos tal y como en Europa ocurren. El sector de la cultura es un buen ejemplo de ello. Mientras unos hablan de la cultura como “la mente y el cuerpo de Europa”, aquí, a lo sumo, nos explican los formularios que hay que rellenar para optar a las subvenciones europeas. Elijan ustedes: o influir o ser diluido en el fluido.

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Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.

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