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Asuntos Internos señala al jefe de la Policía con Aznar por contratar a Villarejo desde una constructora tras su cese en 2004

El comisario José Villarejo y el jefe operativo de la Policía con Aznar, Pedro Díaz Pintado.

Pedro Águeda

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“Pedro Díaz Pintado de Cenyt para Dico”. Esta anotación aparece en un folio junto a uno de los dosieres incautados a José Manuel Villarejo y al que el comisario denominó Proyecto Sure. Los tres nombres propios escritos a mano ahondan en la gravedad de la relación entre el policía hoy encarcelado y sus antiguos jefes en el Cuerpo, que una vez pasaban a la empresa privada le seguían haciendo encargos pagados. Pedro Díaz Pintado fue el jefe operativo de la Policía durante todo el mandato de José María Aznar. Tras el 11-M y el cambio de Gobierno, Díaz Pintado fue cesado y abandonó la Policía para trabajar en la constructora Dico. Cenyt es la empresa de espionaje del comisario Villarejo.

Un informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, al que ha tenido acceso eldiario.es, concluye que el comisario, entonces en activo, recibió el encargo de “boicotear, tanto a nivel personal como profesional, a AL (denominación que da al objetivo), así como anticiparse a cualquier situación que afecte a los intereses del cliente”.

Un documento titulado “Primeros Resultados” fue hallado en el domicilio de Villarejo y lleva fecha de 16 de julio de 2005. Apenas habían pasado unos meses desde que Pedro Díaz Pintado había dejado de ser el máximo responsable operativo de la Policía, cargo que ocupó entre 1996 y abril de 2004. Villarejo seguía destinado en la Comisaría General de Policía Judicial.

El juez del caso Villarejo acusa al comisario jubilado de haber utilizado su condición de funcionario policial para enriquecerse con los dosieres que vendía a distintos clientes a precios millonarios y en los que incluía información confidencial, como movimientos bancarios o tráfico de llamadas. Tanto para conseguir contratos para su empresa Cenyt como para obtener los datos confidenciales, Villarejo habría utilizado sus contactos en la Policía. De comisarios que habían dejado el Cuerpo, en el primero de los casos; y de otros en activo, en el segundo.

Pedro Díaz Pintado declaró el pasado 20 de enero en el caso Villarejo como testigo. El juez Manuel García-Castellón lo citó porque había remitido una carta a la Audiencia Nacional dos meses después de ser detenido Villarejo en la que defendía la compatibilidad de las empresas del policía con su trabajo de funcionario, al tiempo que alababa el trabajo de éste y la ayuda a distintas investigaciones policiales que habrían prestado sus sociedades. Una misiva similar fue remitida al primer juez del caso también por los jefes operativos en los Gobiernos de Felipe González y Mariano Rajoy, Agustín Linares y Eugenio Pino, quienes también declararon ante el juez.

Ante el magistrado García-Castellón, Díaz Pintado cambió de versión y dijo desconocer el entramado de sociedades de Villarejo. Sin embargo, reconoció haber contratado a Cenyt cuando se fue a trabajar a la constructora Dico, pero precisó que no sabía que detrás de ella estaba el policía que había actuado a sus órdenes. Díaz Pintado estaba alertado de que el juez conocía ese encargo porque así lo revela una grabación de Villarejo, incorporada a la causa, en la que el comisario aparece hablando con el también imputado Enrique García Castaño. Las incongruencias del antiguo jefe operativo de la Policía en su declaración como testigo enervaron al juez, quien le llegó a advertir de la posibilidad de imputarle falso testimonio.

En la grabación incorporada al sumario, de la que informó vozpopuli.com en enero de 2019, queda claro que el objetivo de Villarejo es un exsocio de Dico y que cobró por el trabajo entre 100.000 y 150.000 euros. El citado medio se puso en contacto Díaz Pintado, quien reconoció haber contratado a Cenyt por unos supuestos correos amenazantes llegados a la empresa y que nunca quedó claro si procedían de un exsocio. También negó haber recibido dosier alguno.

El informe de Asuntos Internos, fechado el 23 de octubre pasado, plantea al juez indicios de que el Proyecto Sure constituya otra de las operaciones ilegales de Villarejo. En este sentido, los agentes informan al juez de que el dosier incautado a Villarejo incluye “un análisis del tráfico de llamadas correspondientes a la persona investigada AL, que supondría acceso a bases de datos de carácter restringido”. Los policías también advierten de que en un anexo del citado documento aparecen “datos personales” de una persona a la que se refiere como MG y de sus contactos “con terceras personas, incluido la persona investigada en este proyecto AL”.

Dico es una constructora implicada de lleno en el caso Púnica. Es propiedad de Julián Jiménez de los Galanes y de Francisco Colado. Se trata de la constructora que organizaba las cacerías con cargos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid, incluido Francisco Granados, exalcalde Valdemoro, localidad de la que fue alcalde y donde la empresa hizo negocio con la construcción. 

“Detectar posibles amantes”

El dossier de Villarejo es la síntesis de la operativa habitual del comisario: rastreo de la vida íntima del objetivo, datos confidenciales robados y recurso a fuentes abiertas para abrumar al cliente con multitud de datos que aparentaban que detrás había habido un intenso trabajo de investigación confidencial. Todo ello bañado de unos términos que pretenden revestir sus maniobras para que pasasen por análisis de inteligencia.

En el punto 2 del citado dossier, 'Estrategia', consta: “Se establece un criterio operativo multifuncional, con el fin de cubrir todas las opciones factibles. A) Rastreando sus actividades privadas con el fin de detectar posibles amantes y/o cualquier conducta que genere un enfrentamiento abierto con su esposa. B) Seguimiento de las relaciones profesionales con el fin de boicotear éstas, generando una problemática incontrolada que le mantenga ocupado el máximo tiempo posible”.

El dosier incluye seguimientos al objetivo, supuestas citas con periodistas, políticos y otros empresarios, así como otras de carácter personal. Los especialistas de Asuntos Internos destacan en su informe dos apuntes que evidenciarían que Villarejo accedió al tráfico de llamadas del objetivo de su espionaje. “Se realiza un contacto el día 21/06/05 a las 18:17 y posteriormente se mantiene hacia el día siguiente en el que se contactan cuatro veces, desde las 17:37 hasta las 21:10. Las dos primeras tienen una duración de unos 15 minutos de promedio”.

De nuevo, el encargo a Villarejo habría partido de un antiguo jefe suyo, como ocurrió con el BBVA. Julio Corrochano era comisario general de Policía Judicial, también por encima de Villarejo en la escala de mando, y de ahí pasó al banco en 2002. En el caso del encargo realizado por Díaz Pintado, los investigadores analizan si los posibles delitos en él incluidos, cohecho y revelación de secretos, pudieran estar prescritos.

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