Benjamín Prado declara que bajo la corrupción hay delitos que sobrepasan los económicos

El escritor Benjamín Prado está convencido de que, “bajo la corrupción que impera” en España, hay delitos que sobrepasan “y van mucho más allá de los puramente económicos”, una situación que ha plasmado, bajo el amparo de las leyes de la narrativa, en su nueva novela “Ajuste de cuentas”.

El profesor y escritor Juan Urbano, protagonista de dos novelas anteriores de Benjamín Prado (Madrid, 1961), vuelve a ser el personaje principal de “Ajuste de cuentas”, obra con tintes de género negro que mezcla el humor, la ironía y el misterio y que, editada por Alfaguara, llega hoy a las librerías.

Juan Urbano, como tantos miles de personas en la actualidad, “tiene que elegir entre sus principios y sus necesidades, porque llega un momento en el que hay que hacer lo que sea para pagar la hipoteca y dar a tus hijos de comer”, ha señalado Prado en una entrevista con Efe.

En esta tercera novela, a Urbano, despedido de su trabajo en una emisora de radio y del periódico en el que colaboraba y sin ideas para escribir un nuevo libro, le llega el ofrecimiento de escribir una obra sobre la vida de un corrupto empresario que, tras llegar a lo más alto en la España “del pelotazo”, ha estado en prisión.

Por ello, a lo largo del libro en el que realiza un retrato descarnado de los años del rápido enriquecimiento, el dilema que se plantea, según Prado, es el siguiente: “¿Es ético vender tu alma al diablo?”.

Un diablo que, ha señalado el escritor, “tiene ahora más clientela que nunca”, en un mundo “que creíamos inabordable pero que hemos descubierto que era frágil y se ha derrumbado en tres años”.

Es también una novela sobre “cómo aquellos polvos trajeron estos lodos” y en la que se ve cómo “los personajes siniestros que lideraron la España del pelotazo pusieron la semilla del árbol sobre la que ahora ha caído el rayo”, ha señalado Prado.

Fueron esos “ídolos que nos pusieron como modelos a seguir” y que han acabado en la cárcel, ha recordado el escritor, que ha reunido, en el personaje del corrupto y empresario de éxito Martín Duque, las características de muchos de esas personas reales “que crearon las bases de esta catástrofe”, una “cuadrilla de bandoleros que saquearon el país e inspiraron a los de hoy en día”.

Una situación ante la que el autor destaca la necesidad de no rendirse, porque “la única manera de enfrentarse a esos poderes siniestros que nos meten la mano en el bolsillo es siendo muchos”, unos ciudadanos que están dando lecciones con su comportamiento ante la crisis “de templanza, inteligencia y creencias democráticas”, algo de lo que carecen “los chorizos”.

El deseo de notoriedad y unas decisiones erróneas tomadas por el “atractivo magnate que fascinaba a la sociedad española” llevan a Martín Duque a la cárcel. Pero, libre de nuevo y con la ambición de volver a ser el que era, decide encargar una obra literaria sobre sí mismo, a modo de ajuste de cuentas.

En el debate ético que se plantea el protagonista sobre si aceptar o no este “degradante” encargo, el profesor recuerda inicios de cuentos o historias que nunca terminó y que le sirven a Benjamín Prado para realizar un “juego literario” y publicar, además de la novela, un pequeño libro de relatos en los que acaba esos cuentos apuntados en “Ajuste de cuentas”.

Bajo el título “Qué escondes en la mano”, Prado escribe siete relatos de la forma en la que su personaje, Juan Urbano, lo hubiera hecho.

Simultáneamente a los cuentos y la novela, Benjamín Prado continúa haciendo poesía, aunque haga ya siete años que no publica este género, situación que va a cambiar, ya que en breve tiene previsto sacar su último trabajo poético.

Y también tiene la intención de continuar con las andanzas de Juan Urbano, para el que ha planeado una vida de diez libros. “Le queda mucho tiempo”, asegura Prado.