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Grandes reformas en el aire: así afecta el adelanto electoral a partidos, sindicatos y al IBEX

Pedro Sánchez abandona el hemiciclo del Congreso tras la derrota de los Presupuestos.

Irene Castro / Laura Olías

Pedro Sánchez ha anunciado este viernes su decisión de celebrar elecciones el 28 de abril tras la derrota de los Presupuestos Generales del Estado. La estrategia estaba clara ya el lunes –dos días antes de la votación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos–, cuando el presidente y su núcleo duro se decantaron por convocar las elecciones en esa fecha tras asumir que las cuentas no serían siquiera tramitadas y que no convenía exponerse más a la negociación con los independentistas. Moncloa, que ha querido remarcar estos días que no hubo cesiones con los partidos secesionistas y que precisamente por eso estos votaron junto a PP y Ciudadanos para tumbar “los presupuestos más sociales”, ha preparado minuciosamente la oficilización del adelanto electoral.

A pesar de que el núcleo más cercano al presidente tiene clara la fecha del 28 de abril, en los escalafones intermedios del Gobierno seguían pendientes de la decisión que Sánchez trasladara tras reunir a su gabinete de forma extraordinaria. La disolución de Las Cortes es una prerrogativa exclusiva del presidente “previa deliberación del Consejo de Ministros”, según establece la Constitución. “Mañana iremos al Consejo y nos dirán algo”, dijo este jueves la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en una entrevista en la cadena Ser.

Delgado evitó dar por hecho ningún escenario. “Que levante la mano quien no se haya quedado descolocado con una decisión de Pedro Sánchez”, respondió a la misma pregunta el titular de Ciencia, Pedro Duque. Todos los ministros apuntan directamente al presidente y reconocen estar a la expectativa, aunque el ánimo en el Ejecutivo es de convocatoria electoral. Desde el pasado lunes los ministerios viven pendientes de que se conozca la fecha definitiva para saber qué proyectos priorizar en estas últimas semanas de legislatura . “El presidente anunciará el viernes la convocatoria de elecciones”, dio por hecho la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

El anticipo electoral entierra muchos de los proyectos estrella del Gobierno. En los distintos ministerios están a la espera de instrucciones para agilizar medidas concretas para que vean la luz antes de los comicios a través de la vía de los decretos ley. “Avanzar todo lo que se pueda, pero vamos a esperar un poco”, señalan desde vicepresidencia del Gobierno a la presunta de si cabe esperar un acelerón de la agenda social. Después de que el Congreso tumbara las cuentas, Moncloa difundió un informe que recoge decenas de medidas que ya no verán la luz y que supuso dar por finiquitado el mandato de Sánchez.

Los partidos también estaban a la expectativa, incluida una parte del PSOE. Aunque en las filas socialistas se había asumido la convocatoria exprés de elecciones, muchos dirigentes esperaban a la confirmación del presidente, porque genera dudas la activación del partido en plena Semana Santa, pero el calendario es endiablado porque los barones tampoco quieren que se mezclen las autonómicas y municipales con las generales.

PP y Ciudadanos, a contrapié

Para el PSOE y el resto de partidos, el anticipo obliga a activar la maquinaria antes de tiempo y a acelerar la composición de las listas electorales, que son procesos siempre convulsos en las formaciones políticas. En el caso de Podemos y sus confluencias, urge a buscar un acuerdo en tiempo récord –el límite para registrar coaliciones será el 15 de marzo–. La organización se encuentra sumida en múltiples crisis agravadas por la decisión unilateral de Íñigo Errejón de presentarse a las autonómicas en la plataforma de Manuela Carmena.

A pesar de que el PP ha exigido constantemente “elecciones ya”, los de Pablo Casado se quejan ahora de que los comicios sean a finales de abril e intentan que las generales coincidan con el superdomingo del 26 de mayo. Los populares pretendían dar un giro al centro para atraer votantes socialistas, pero admiten que con la jugada de Sánchez “no les da tiempo”.

En una situación parecida se encuentra Ciudadanos: Albert Rivera era partidario del “cuanto antes” pero en su formación admiten que la aceleración les complica su operación de desgaste a Sánchez, informa Carmen Moraga. Además, vaticinaban un mal resultado del PSOE en las autonómicas, europeas y municipales que pudiera pasarle factura al presidente si se medía en las urnas más adelante. Moncloa y Ferraz creen que este es el momento idóneo para las elecciones tras la voto de PP y, especialmente, Ciudadanos con la extrema derecha de Vox.

Los sindicatos pendientes de la 'contrarreforma' laboral

Los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO atienden con inquietud a la fecha que el presidente del Gobierno pronuncie este viernes para el adelanto electoral. Después de meses de negociación, cerraron un preacuerdo antes de terminar 2018 para desmontar elementos clave de la reforma laboral del PP de 2012, que ahora temen que quede en papel mojado. Las organizaciones habían intensificado la presión sobre el Ejecutivo socialista para que aprobara por la vía del decreto estas modificaciones, ya que la patronal se resiste a sumarse al acuerdo y consideraban que seguir esperando un acuerdo daba a los empresarios “poder de veto”.

La otra reforma prioritaria para los sindicatos es la de las pensiones de 2013, que provocó las subidas anuales del 0,25% y elaboró el factor de sostenibilidad que entrará en vigor en 2023. En este caso, el debate está más en pañales a la espera de que el Pacto de Toledo concluyera sus recomendaciones.

Las direcciones de ambas organizaciones difieren en un punto: mientras Pepe Álvarez, secretario general de UGT, pedía a Pedro Sánchez que no convoque las elecciones y alargue la legislatura, para el líder de CCOO, Unai Sordo, esta “no tiene recorrido” sin los Presupuestos Generales del Estado. No obstante, “una precipitación” en la fecha de las elecciones no lo es, apuntan desde la dirección de Comisiones. Y es que, sea cual sea el domingo electoral elegido por Sánchez, los sindicatos exigen que el Gobierno cumpla –como mínimo– con la aprobación de los cambios acordados en la reforma laboral (prevalencia del convenio sectorial, recuperar la ultraactividad y el subsidio para desempleados mayores de 52 años), así como con el registro obligatorio de jornada. Las regulaciones sobre pensiones o igualdad, también pendientes, es más complejo que salgan adelante, reconocen fuentes sindicales.

En las plantas nobles de las empresas del Ibex también se aguardaba con impaciencia la comunicación de Sánchez. Un ejecutivo de una de las grandes empresas de la Bolsa española que coincidió en un acto este miércoles, poco después de decaer los Presupuestos, con un ministro del Gobierno, al que vio “muy abatido” manifiesta su inquietud ante los efectos que el fin anticipado de la legislatura puede tener para su sector, fuertemente regulado, informa Antonio M. Vélez.

Un consultor que tiene entre sus clientes a varios gigantes del IBEX alude a la inquietud que existe en las plantas nobles de las grandes empresas por que se abra un período de “inestabilidad política” que pueda sumarse a los “nubarrones económicos” que algunos analistas vislumbran en el horizonte.

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