La campaña de Casado y el PP se empantana en el aborto
A los españoles no les preocupa la ley del aborto. En el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de febrero ninguno de los entrevistados nombró la normativa entre los problemas que a su juicio existen en España.
El Partido Popular, sin embargo, no escapa de la polémica por sus controvertidas declaraciones sobre la interrupción voluntaria del embarazo durante la precampaña –que Pablo Casado intenta focalizar en Catalunya y en la economía– en la que intenta atraer al electorado más conservador, a pesar de que es un asunto que los propios populares reconocen que les perjudica electoralmente.
El último escándalo lo protagonizaba el jueves Adolfo Suárez Illana, número dos de la candidatura del PP por Madrid y uno de los fichajes estrella de Pablo Casado, cuando en una entrevista en Onda Cero le preguntaban sobre la posición ante el aborto que iba a defender su partido en la nueva legislatura.
“Hay que ayudar a las mujeres que tienen que decidir entre ser madres de un niño vivo o un niño muerto”, respondía. El hijo del expresidente Adolfo Suárez calificaba además de “incuestionable” que “el embrión es una vida” y comparaba el aborto con “los neandertales”: “El que me digan que se pueda matar antes o después... los neandertales también lo usaban: esperaban a que nacieran y le cortaban la cabeza”.
El candidato del PP llegaba a poner como ejemplo una supuesta ley “que se acaba de aprobar” en Nueva York y que, según dijo en un principio, “permite el aborto después del nacimiento”. Suárez Illana se vio obligado a rectificar esta afirmación y a pedir perdón porque de la que él hablaba es una norma que simplemente permite abortar tras la semana 24 si el feto no es viable o corre peligro la vida de la mujer. No pidió perdón por el resto de afirmaciones que causaron estupor dentro y fuera de su propio partido.
Un “tema personal”
Las discrepancias internas sobre el aborto, más o menos públicas, son históricas en el PP, que se enfrenta de nuevo al debate con los bandazos del nuevo líder en torno al asunto hasta el punto de reducir las posiciones de cada uno a un “tema personal”, como han explicado varios dirigentes.
El propio Casado ha sido protagonista de varias polémicas al hablar del aborto durante esta precampaña en la que se ha propuesto luchar para acabar con el “invierno demográfico”, término que utiliza para referirse a la baja natalidad en España.
En febrero, el líder del PP abogó por recuperar la ley del aborto de 1985, que solo contemplaba la interrupción voluntaria del embarazo en tres supuestos – riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer embarazada, violación y malformaciones o taras, físicas o psíquicas en el feto– y que fue reemplazada en 2010 por la normativa actual, de plazos.
Uno de los argumentos utilizados por Casado para defender volver a la ley del 85 es que, según él, en España “hay barra libre para abortar” hasta la semana 22 de gestación, algo que es falso.
La norma actual considera el aborto libre solo hasta la semana 14 de gestación. A partir de ese momento, “excepcionalmente” y por causas médicas, se podrán practicar abortos hasta la semana 22 cuando exista “grave riesgo para la vida o la salud de la embaraza”, cuando haya riesgo de “graves anomalías” en el feto o bien cuando se detecten “anomalías fetales incompatibles con la vida” o “una enfermedad extremadamente grave e incurable”. En los tres casos esas circunstancias tienen que acreditarse mediante informes médicos de un profesional o varios (según el supuesto) que no sean el que dirija o practique el aborto.
Aborto y pensiones
Casado también apeló al “consenso” para justificar su idea de regresar a la norma del aborto de 1985, otro argumento que es falso. Coalición Popular, las siglas bajo las que se encontraba Alianza Popular, del que emergió el actual PP, llevó a cabo una férrea oposición a la ley y votó en contra en 1983, la primera vez que se debatió en el Congreso de los Diputados. También interpuso un recurso ante el Tribunal Constitucional que fue aceptado.
El líder del PP ha llegado a vincular el aborto con las pensiones: “Creo tenemos que hacer un análisis de qué sociedad estamos construyendo y sobre todo, que eso a la izquierda se le da muy mal, si queremos financiar las pensiones y la salud, debemos pensar en cómo tener mas niños y no en cómo los abortamos”, dijo en febrero.
La consigna de la dirección nacional de los populares era que no se iba a hablar del aborto en campaña por tratarse de un “señuelo” que la izquierda hacía “morder” al PP para que le afectara electoralmente.
Dado que no han podido evitar el debate, en Génova 13 han decidido anunciar que en su programa electoral no llevarán ninguna propuesta sobre el aborto, a pesar de llevar en sus candidaturas a reconocidos antiabortistas como el propio Suárez Illana o la número uno por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo.
Esta nueva doctrina obligaba al propio Casado a recular. El domingo, en una entrevista en La Sexta, negó que si llega al Gobierno vaya a recuperar la ley de 1985. Aunque reconoció que a él le gusta “más la ley de supuestos que la de plazos”, recordó que la ley aprobada en 2010 actualmente en vigor ha sido recurrida al Tribunal Constitucional por su partido y que el PP se limitará a acatar lo que diga la justicia. “No puedo ir contra lo que diga el Tribunal Constitucional”, concluyó.
Tras la polémica protagonizada por Suárez Illana, el vicesecretario de Organización del PP se veía obligado a publicar un tuit en la misma línea que su presidente. “No vamos a hacer propuestas sobre el aborto mientras este asunto esté pendiente del Tribunal Constitucional. Sí proponemos una ley de maternidad para que todas las mujeres que libremente decidan ser madres lo puedan hacer con todas las ayudas laborales, económicas y fiscales”, zanjaba.