Un acta policial extraviada y un desmayo: la salida nocturna de Armengol que ha desatado un ciclón político en Baleares
“Si se produjo una actuación de agentes de la Policía Local de Palma en el establecimiento, esta se produjo cuando la presidenta y sus acompañantes ya no estaban en el local”. Así se defendía esta semana, en un comunicado, el Govern balear ante el ciclón político que estos días atraviesa las islas a raíz de una salida nocturna de la máxima responsable del Ejecutivo autonómico, Francina Armengol. La oposición exige ya su cese y la acusa de permanecer en un bar de la capital balear más allá de la una de la madrugada a pesar de que, de acuerdo a las restricciones decretadas, esta es la hora a la que los establecimientos están obligados a echar el cierre. La dirigente socialista lo niega y atribuye su retraso en volver a casa tras una cena de trabajo al desmayo de un colaborador directo.
La polémica ha eclipsado el Debate de Política General celebrado estos días en el Parlament balear. Todos los demás asuntos quedaron relegados cuando en la misma cámara, el líder del PP balear, Biel Company, sacaba a relucir el pasado miércoles que una “conocidísima política” del archipiélago había permanecido hasta las dos de la madrugada, junto a su responsable de Comunicación, en un céntrico bar de la capital balear. Y, acto seguido, profería: “Todos debemos estar a la altura con responsabilidad cumpliendo los criterios como el uso de la mascarilla, y quien no cumpla ha de responder. Pero todos, señora Armengol”.
Company deslizó tales manifestaciones un día después de que la presidenta regional anunciase las nuevas limitaciones decretadas en Mallorca e Ibiza, donde las reuniones sociales y familiares han quedado acotadas a un máximo de seis personas, cuando hasta ahora el criterio estaba establecido en diez. El aumento de casos de COVID-19 detectados en las últimas semanas en ambas islas hacían necesario endurecer las medidas. “Nuestro destino inmediato como sociedad depende de la capacidad de cada uno de nosotros de cumplir escrupulosamente las normas e instrucciones de seguridad, prevención, higiene y protección que frenen el virus”, proclamaba Armengol.
Los titulares sobre las nuevas medidas acabaron, sin embargo, sepultados por las declaraciones del dirigente 'popular' acerca de unos hechos que tuvieron lugar, sea cual sea la versión que se quiera creer, la noche del 6 al 7 de octubre, cuando varios vecinos avisaron a la Policía Local de que un bar de la calle Sant Esperit estaba incumpliendo las restricciones. Los agentes se personaron en la zona pasada la una de la madrugada. En el interior había nueve personas, por lo que procedieron a levantar un acta contra el local por infringir las limitaciones horarias anunciadas por el Govern el pasado 28 de agosto.
Tal y como alegó el propietario del bar para mostrar su desacuerdo con la amonestación, no había clausurado el establecimiento a la hora estipulada debido a que en su interior “había una autoridad [supuestamente la presidenta del Gobierno balear]”, tal como consta en la denuncia, difundida por el diario 'Última Hora' y cuyo contenido han confirmado a elDiario.es fuentes de la investigación.
La propia filtración del acta motivó otra polémica paralela a la que planea sobre la salida nocturna, y ha llevado a representantes de la Policía Local a denunciar un presunto delito de revelación de secretos, tal y como señalan las mismas fuentes. Mientras tanto, el periódico local también daba a conocer estos días el supuesto extravío de la denuncia, necesaria para poder proceder a sancionar al dueño del local.
Pese a que inicialmente desde el Govern eludieron emitir cualquier valoración sobre los hechos, la controversia generada ha alcanzado tales dimensiones que el Ejecutivo, a través de la Presidencia, se vio abocado a dar explicaciones. Según la nota pública, el pasado día 6 Armengol había reunido, en una cena de carácter laboral, a un equipo de trabajo con el objetivo de analizar cuestiones relativas a la actuación del Govern. En concreto, el encuentro tuvo lugar en la terraza de un restaurante ubicado en la plaza del Comptat del Rosselló, a 450 metros de la vivienda de la presidenta balear.
Ofrecía más detalles, como quiénes fueron los participantes en la cena: además de la propia Armengol, asistieron a la cita la consellera de Presidencia, Cultura e Igualdad, Pilar Costa; el de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela; y el de Movilidad y Vivienda, Marc Pons, además del director del gabinete de la presidenta, Joaquín Torres, y el director general de Comunicación, Álvaro Gil. Una vez finalizada la cena, todos abandonaron la terraza para dirigirse a sus respectivos domicilios. De camino, añadía el Govern en el comunicado, “la presidenta, el conseller de Movilidad y el director general de Comunicación siguieron la conversación” y, a unos metros de la vivienda de Armengol, “encontraron un establecimiento abierto, concretamente el Hat Bar, y entraron”.
A partir de ese momento difieren las distintas versiones ofrecidas en torno a los hechos, cuyo esclarecimiento permitirá dilucidar si los tres altos cargos incumplieron la normativa. Según el comunicado del Gobierno balear, sobre la una de la madrugada, la presidenta y sus acompañantes abandonaron el establecimiento pero, en el momento de salir, el director general de Comunicación “sufrió un desmayo producido por la medicación que recibía desde aquella misma semana por ansiedad laboral, un episodio que se repitió en otra ocasión en días posteriores”.
“Su desmayo hizo que los tres continuasen en la calle, a pocos metros del domicilio de la presidenta, a la espera de que se recuperara”, explicaba el Ejecutivo, que señalaba cómo, al cabo de un tiempo, efectivos de la Policía Local de Palma a la puerta del bar y se les explicó la situación. Desde el gabinete autonómico aseguran que, si dentro del establecimiento intervinieron los agentes, tal actuación tuvo lugar una vez que Armengol y sus acompañantes ya no se encontraban en el local. “La presidencia del Govern lamenta los hechos sucedidos y su utilización con fines partidistas”, concluía la nota.
Lejos de dar credibilidad al mensaje del Ejecutivo, el PP recrudecía este jueves sus manifestaciones y exigía la “inmediata dimisión” de Armengol “por salud democrática”: “Ha intentado darnos lecciones de ejemplaridad estos años y ella debe aplicárselas a sí misma”, dijo Company, a cuyo juicio la presidenta “no puede seguir ni un minuto más en el cargo”. Este viernes, la formación reanudaba su discurso contra la líder del Ejecutivo balear y recriminaba que “no dé la cara”: “Toma a los ciudadanos por tontos con una versión que no se cree ni ella”.
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