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La Audiencia Nacional investiga al número dos de la Policía por el asalto del falso cura armado a casa de los Bárcenas

El ex número dos de la Policía Eugenio Pino, a su salida de la Audiencia Nacional

Pedro Águeda

La Audiencia Nacional tiene indicios de que el asalto de un falso cura armado al domicilio de los Bárcenas en 2013 fue parte de la operación del Ministerio del Interior para recuperar material comprometedor de la caja B del Partido Popular. Como consecuencia de ello están imputados por allanamiento el que fuera máximo responsable operativo de la Policía y jefe de la brigada política, Eugenio Pino; los comisarios Enrique García Castaño y José Manuel Villarejo, y el entonces chófer Sergio Ríos, han informado a eldiario.es fuentes del caso.

La imputación de los cuatro por un delito relacionado con el asalto del falso cura es otro salto en la investigación. Hasta ahora había constancia del pago de 48.000 euros de fondos reservados al chófer por espiar a los Bárcenas mientras el extesorero estaba en la cárcel y de robarles documentación. En los registros a Villarejo aparecieron recibís y en el archivo del comisario, conversaciones con Ríos sobre la Operación Kitchen. Sin embargo, el asalto a la vivienda habría supuesto la contratación de un sicario armado que fue condenado por secuestro, entre otros delitos.

Cabe destacar que por encima de Pino, el artífice de la brigada política, solo estaban tres políticos del PP: Ignacio Cosidó, director general de la Policía; Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad; y Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior. Los tres son parlamentarios en la actualidad y, por tanto, aforados ante el Tribunal Supremo. Además, Cosidó y Fernández Díaz son miembros de la Ejecutiva del PP que preside Pablo Casado, mientras que Martínez es el portavoz del partido en la comisión constitucional del Congreso.

A los indicios que arrojaba la investigación, el juez Manuel García-Castellón y los fiscales Anticorrupción han podido sumar inconcreciones o presuntas falsedades en los testimonios recabados esta semana en el marco de la pieza 7 del caso Villarejo, la que investiga el espionaje a Bárcenas u Operación Kitchen.

En esas falsedades, según las fuentes consultadas, habría incurrido el chófer, Sergio Ríos. Tanto él, como el comisario García Castaño, han negado ante el juez tener conocimiento de la implicación del falso cura en la operación. Pero ha sido durante el interrogatorio de éste último, jubilado hace tres meses, cuando juez y fiscales han ampliado sus indicios. Está previsto que Villarejo sea preguntado por el asunto en la parte del interrogatorio que resta y que tendrá lugar este viernes en la Audiencia Nacional.

Los fiscales Anticorrupción realizaron la solicitud de imputación por los delitos referidos y el juez García-Castellón acordó la citación como investigados de forma genérica, precisan fuentes jurídicas. 

Enrique Olivares cumple 22 años de cárcel por disfrazarse de cura, lograr introducirse con mentiras en casa de los Bárcenas con el extesorero en prisión provisional, maniatar a Rosalía Igleisas, a su hijo Willy y a la empleada del hogar y amenazarles con una pistola si no le daban “los papeles”.

La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid recoge que el arma que portaba estaba “en condiciones o circunstancias que la convertían en especialmente peligrosa para la seguridad ciudadana en general, y para las víctimas de la detención en particular”. Olivares, en un hecho que ha contribuido a la imputación del chófer que actuaba como topo y los mandos policiales, conocía a la perfección la distribución de la casa de los Bárcenas sin haber estado nunca allí. Así lo explicó ante el juez y los fiscales del caso Villarejo Rosalía Iglesias con detalle en su declaración del miércoles. 

Olivares sufrió hace unos meses un ictus en el centro penitenciario de Cuenca, según desveló eldiario.es en fuentes del entorno del recluso. Olivares apenas puede expresarse y cuando lo hace incurre en continuas incoherencias. El pasado diciembre fue trasladado a una cárcel de Madrid más equipada para el ingreso de presos con dificultades de movilidad. La intención de los investigadores es tomar declaración al preso, pero solo si sus condiciones físicas y mentales lo permiten, lo que parece difícil. 

En el momento del asalto del falso cura, Ríos había salido casualmente a ver a su entonces esposa, quien trabajaba en una tienda no muy lejos del domicilio de los Bárcenas. Llegó justo a tiempo para ayudar a Willy Bárcenas una vez éste había reducido a Olivares y poco antes de que se personaran en el domicilio los primeros agentes, de la Policía Municipal. Okdiario.com publicó que Olivares había recibido 10.000 euros de los fondos reservados por el asalto.

Un indigente con abogado de pago

El asaltante, que vivía casi en la indigencia, fue defendido por un abogado de oficio, al que sustituyó otro letrado que asegura cobró de un cliente habitual suyo. Este cliente, según la versión del abogado, estaba haciendo un favor a unos conocidos y no tenía vinculación alguna con el PP o los policías señalados.

De los cinco investigados en la pieza separada de la Operación Kitchen ha quedado fuera del delito de allanamiento el policía asesor de Cospedal, Andrés Gómez Gordo, por la hasta ahora menos participación en el espionaje respecto del resto, señalan las mismas fuentes. Junto a los otros cuatro investigados responde por el momento de los delitos de malversación, prevaricación, robo y cohecho.

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