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Birmania y Bangladesh acuerdan la repatriación de 622.000 rohinyás

EFE

Bangkok —

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Los gobiernos de Birmania (Myanmar) y Bangladesh firmaron hoy en Napipyidó un memorando de intenciones que abre el camino para la repatriación de los 622.000 refugiados de la minoría musulmana rohinyá que han escapado de la violencia en el territorio birmano.

Según los medios locales, el ministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh, Mahmud Ali, y el ministro Kyaw Tint Swe, de la Oficina de la Asesora del Estado, rubricaron el documento.

El ministro Ali explicó a la cadena de televisión Somoy que era un primer paso.

Ni las autoridades birmanas ni las bangladeshíes han revelado los pormenores del pacto, como cuándo comenzará la repatriación de los 622.000 refugiados.

Birmania se ha mostrado dispuesta a recibirlos tan pronto como sea posible pero antes habrá que identificarlos, determinar su lugar de procedencia y compartir esta información entre ambos países.

La parte birmana quería que el memorando que se firmase hoy en Naipyidó partiera del acuerdo que ambos países establecieron en 1993, también para la repatriación de musulmanes que huían de la violencia en el estado Rakáin (antiguo Arakan), en el oeste de Birmania.

Aquel acuerdo se limitó a reubicar a los refugiados conforme a su lugar de residencia, pero no atendió la nacionalidad de estos, uno de los grandes problemas que sufren los rohinyás en Birmania, cuyas autoridades les consideran en general emigrantes bangladeshíes y les imponen numerosas restricciones, como la de movimiento entre localidades.

El actual éxodo de rohinyás comenzó con las operaciones de represalia de las fuerzas de seguridad birmanas lanzadas tras los ataques, el 25 de agosto, del rebelde Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) a una treintena de puestos militares y policiales en Rakáin.

Aunque la violencia ha remitido y la jefa de facto del Gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, ha prometido que el regreso de los refugiados será voluntario y seguro, la situación sigue sin ser la más favorable para esta minoría en el estado de Rakáin.

El gobierno estadounidense consideró ayer que, tras un “análisis cuidadoso y exhaustivo” de los hechos, “está claro” que la violencia y los abusos contra los rohinyás en Rakáin “constituye una limpieza étnica”.