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La CDU ante la sucesión de Merkel, entre la continuidad y el giro derechista
La Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana ultima los preparativos ante el congreso federal que deberá elegir al sucesor de Angela Merkel, tras 18 años al frente de un partido del que salieron cinco de los ocho cancilleres de la República Federal de Alemania (RFA).
A los 1.001 delegados de la formación corresponde la elección del nuevo presidente o presidenta, votación que tendrá lugar el viernes, tras una última reunión de la Ejecutiva mañana jueves, en el congreso federal de Hamburgo, la ciudad donde nació Merkel.
De su voto dependerá que se imponga el continuismo, representado por la secretaria general Annegret Kramp-Karrenbauer -o AKK, como es conocida-, o el giro derechista con que se identifica a los otros dos aspirantes: el exjefe del grupo parlamentario Friedrich Merz y el ministro de Sanidad, Jens Spahn.
AKK, de 56 años, llegó a la recta final como favorita y se considera que, de ser la elegida para presidir el partido, son mayores las posibilidades de que Merkel pueda completar como jefa del Gobierno esta legislatura, de acuerdo a su propósito de completar su cuarto mandato antes de retirarse como canciller.
Merz, de 62 años y fuera de las estructuras de la CDU desde hace años, se ha visto de pronto reforzado por el apoyo explícito de Wolfgang Schäuble, antecesor de Merkel en la presidencia del partido, exministro de Finanzas y ahora presidente del Parlamento (Bundestag).
En medios alemanes se daba por hecho, desde hace semanas, que Schäuble era el artífice de la candidatura de Merz, lo que se ha visto como una revancha de estos dos correligionarios, ambos antiguos rivales internos de la canciller.
Merz, político ambicioso y actualmente multimillonario, dejó el liderazgo del grupo parlamentario en 2002, dos años después de que Merkel tomara las riendas del partido y lo arrinconara a él y a varios pesos pesados del partido.
Schäuble, que quedó apeado de la presidencia de la CDU en medio del escándalo de la financiación irregular bajo Helmut Kohl, de quien fue su delfín, ha seguido todo este tiempo en la vanguardia política, en puestos clave de los sucesivos gobiernos de Merkel, hasta pasar a presidir el Bundestag.
Su apoyo explícito a la candidatura de Merz, formulado en declaraciones a “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, el diario conservador de referencia, podría contribuir a decantar el voto a su favor, aunque no se descarta que sea contraproducente, por verse como evidente el factor de la revancha personal.
AKK representa la lealtad a la línea de la canciller aunque, de imponerse su candidatura, se considera que tratará de dar un sello más genuinamente conservador a la CDU, tras el proceso de “socialdemocratización” que se imputa a Merkel.
Una victoria de la actual secretaria general, que llegó a ese cargo en febrero por designación de Merkel, sería una especie de “ascenso natural” que aportaría algo de estabilidad a la coalición de Gobierno entre conservadores y socialdemócratas.
Para Merz y AKK la votación del viernes es un “todo o nada”.
La secretaria general ha afirmado que no seguirá en ese cargo, en caso de derrota, mientras que es improbable que su rival se reincorpore al partido tras su prolongada ausencia, si no es como jefe de la CDU y, por extensión, como siguiente candidato a canciller.
Al tercer aspirante, el ministro Spahn, le consideran todos los medios sin opciones a ganar la elección, aunque se diferencia de sus rivales en que sí tiene por delante toda una carrera, independientemente de la votación del congreso.
De 38 años, entró en la gran coalición el pasado marzo, en un intento por parte de Merkel de incorporar a su equipo a un representante del sector derechista más crítico hacia su línea, especialmente en lo que respecta a la política migratoria.
Homosexual declarado -suele aludir a esa condición en sus intervenciones ante la militancia, como si quisiera dejar claro que no está reñido con el conservadurismo-, se ha ganado el respeto de las bases, como un candidato convincente y cercano.
“Se dice que todo puede depender de lo sólido que resulte cada candidato en su discurso ante el congreso. En realidad lo determinante puede ser el discurso precedente de Merkel. Hay ansias de renovación. Pero también mucho respeto hacia su legado”, comentó a Efe Ralf Olschewski, delegado de Berlín, sin revelar a quién votará.
Por Gemma Casadevall
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