El policía asesor de Cospedal admite el contacto con el chófer de Bárcenas y desvincula a su entonces jefa del espionaje
El comisario Andrés Gómez Gordo aseguró en su declaración ante el juez del caso Villarejo que su participación en el espionaje a Luis Bárcenas se limitó a poner en contacto al chófer de la familia, con el que había coincidido trabajando para Francisco Granados, con el comisario José Manuel Villarejo. También declaró que ni María Dolores de Cospedal, para la que trabajaba entonces en Castilla-La Mancha, ni su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, están vinculados a su participación en la Operación Kitchen, han informado a eldiario.es fuentes del caso.
Al término de su declaración, el juez Manuel García-Castellón mantuvo la imputación de Gómez Gordo y, a petición de la Fiscalía Anticorrupción, le impuso la prohibición de salir de España y la obligación de entregar su pasaporte.
La declaración de Gómez Gordo se produjo 24 horas después de la del chófer Sergio Ríos Esgueva. Éste había confesado su participación en la denominada Operación Kitchen y que había sido captado en 2013 por el entonces inspector jefe en excedencia Andrés Gómez Gordo. Esa excedencia era utilizada por el policía para trabajar para la entonces presidenta de Castilla-La Mancha María Dolores de Cospedal.
Ambos coincidieron en admitir su contacto en el marco de la Operación Kitchen aunque sus testimonios arrojan una discrepancia sobre quién se dirigió a quién. En lo que sí coinciden sus testimonios es en que el primer mando que se dirigió al chófer fue el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño, responsable de la captación de fuentes, entre otros cometidos.
Ríos Esgueva receló de aquel acercamiento y ahí se produce la contradicción, consistente en si fue él quien acudió a Gómez Gordo, al que conocía de su etapa como chófer de Bárcenas, o si después del contacto infructuoso de García Castaño alguien ordenó a Gómez Gordo que captara a su antiguo compañero en la Consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid.
Fue a partir de entonces cuando entró en escena Villarejo, en aquel entonces un policía sin atribuciones específicas destinado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía, a las órdenes directas del comisario Eugenio Pino. Precisamente, Pino declara este jueves ante García-Castellón, al igual que Enrique García Castaño, conocido en la Policía como El Gordo. En poder de Villarejo se encontraron recibís de los 2.000 euros mensuales que cobró como confidente Sergio Ríos durante dos años. Cuando acabó la operación, el chófer ingresó en la Policía y le fue asignado un destino privilegado por un método excepcional.
En el transcurso de la declaración de Gómez Gordo han surgido los nombres de María Dolores de Cospedal y de su marido, Ignacio López del Hierro. Gómez Gordo mantiene relación con el empresario desde hace años, según fuentes policiales. Gómez Gordo aseguró que ninguno de los dos tienen relación con su participación en la Operación Kitchen, según las fuentes consultadas.
Después de su participación en la Operación Kitchen, Gómez Gordo regresó a la Policía. Se le asignó un destino relevante: jefe de vigilancias de la UDEF, la unidad contra la corrupción, pero compaginó ese puesto con trabajos para la DAO de Pino, en una situación anormal dentro del Cuerpo. A los seis meses de regresar a la Policía, Gómez Gordo fue condecorado con la Medalla al Mérito Policial con Distintivo Rojo, que lleva aparejada una asignación del 10% del sueldo de por vida.