La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Margarita Robles y Ione Belarra, los dos polos de la coalición

Las discrepancias en el seno del Gobierno no son ningún secreto. Algunas entran, incluso, dentro de lo esperable en un Ejecutivo de coalición de un país que no ha vivido ningún otro antes. Pero mientras algunos cargos públicos intentan contemporizar o normalizar las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos, otros buscan el cuerpo a cuerpo en un enfrentamiento sin fin, a veces soterrado y últimamente usando a los medios como altavoz de sus diferencias. Nadie como Margarita Robles, una independiente en el ala socialista del Gobierno, encarna esa cultura del choque con Unidas Podemos. Enfrente, Ione Belarra, se encarga de darle réplica desde dentro del Gobierno, como secretaria de Estado en la Vicepresidencia Segunda que dirige Pablo Iglesias. Robles y Belarra se han erigido en los dos polos de la coalición: cuando PSOE y Unidas Podemos tienen problemas, ellas escenifican el choque.

La titular de Defensa es una de las ministras de la cuota socialista que siempre ha tenido una relación más tensa con el socio minoritario y una de las que más encontronazos ha protagonizado en público con los de Pablo Iglesias. La respuesta del socio minoritario suele llegar de parte de Belarra, persona de máxima confianza del líder de los morados. El nivel de los reproches entre ambas ha traspasado, en ocasiones, las fronteras del enfrentamiento político y han llegado al nivel personal, pero siempre con un contenido ideológico y programático de fondo.

La tensión en el seno del Gobierno fue subiendo decibelios según avanzaba 2020 y fue durante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado cuando Robles y Belarra protagonizaron su primer gran choque en público. La ministra de Defensa cargó contra Iglesias por la presión que estaban ejerciendo, especialmente para dejar clara la alianza con las fuerzas de la investidura frente a la apuesta de Pedro Sánchez por Ciudadanos. Varios ministros socialistas exteriorizaron su incomodidad ante la “visibilidad” y protagonismo de los de Iglesias, pero Robles fue un paso más allá y reclamó “humildad” al vicepresidente segundo, al tiempo que recordó que Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno: “Eso a veces nadie debería olvidarlo, incluso dentro del Gobierno”.

“No me gusta que en el ámbito político haya personas que piensen que sirven mejor a los ciudadanos que otro. No hay un catálogo de qué es lo mejor y lo peor”, expresó Robles, que criticó, además, que Unidas Podemos impulsara una enmienda junto a ERC y EH Bildu para presionar al PSOE a ampliar la prohibición de los desahucios, como finalmente ocurrió.

“Ser humilde es no dejarse adular por la derecha mediática”, respondió Belarra en un tuit en el que acusaba a Robles de ser “la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con VOX”. “Quizá estés haciendo daño a tu Gobierno”, agregaba. 

El siguiente choque fue a propósito de una de las comisiones de investigación sobre los escándalos del rey emérito que impulsaron Unidas Podemos y el resto de aliados de la investidura, que siempre se han topado con el rechazo de PSOE, PP y Vox para su puesta en marcha. Robles defendió que el Congreso no investigue a Juan Carlos I y acusó al socio minoritario del Gobierno de estar “cuestionando las instituciones”. 

“Proteger los privilegios y alinearse con la derecha y los ultras una vez más es decepcionante”, fue la respuesta de Belarra. Preguntada por esas palabras durante una comparecencia por la tormenta Filomena en Moncloa, Robles pidió no perder tiempo en esos tuits. “Respeto siempre las opiniones particulares de todo el mundo. Creo que la señora Belarra es secretaria de Estado. Creo que está en la Vicepresidencia segunda y lo que es importante es que con la Vicepresidencia segunda podamos trabajar conjuntamente en lo que de verdad importa a los ciudadanos”, zanjó la ministra, que se refirió, por ejemplo, a la desinfección de las residencias –una competencia de la vicepresidencia de Derechos Sociales– que llevaron a cabo las Fuerzas Armadas.

Ante ese rifirrafe, Belarra aseguró en una entrevista en Cuatro que tenía “buen trato” con la ministra, aunque mantuvo la posición de fondo de Unidas Podemos: “Nadie entiende que un partido como el PSOE se posicione de esa manera en el Congreso”.

Apenas un mes después, el encontronazo se produjo de nuevo a propósito de unas declaraciones en las que Iglesias, refiriéndose a, entre otros, los presos independentistas, cuestionó que en España haya “plena normalidad política y democrática”. La titular de Defensa aprovechó su presencia en la toma de posesión del nuevo jefe de la Armada para rebatir al vicepresidente segundo. “España es una democracia plena, una de las más avanzadas del mundo, con instituciones sólidas, con derechos y libertades consolidadas”, afirmó. 

A pesar de que la defensa de la democracia española y su situación en el puesto 23 del ranking formaba parte del argumentario del ala socialista del Gobierno, Belarra focalizó de nuevo en Robles y cuestionó la venta de armamento a Arabia Saudí.

La secretaria de Estado también señaló a Robles aludiendo a una supuesta efeméride del Ejército de Tierra ensalzando a la División Azul que difundió en redes un grupo de militares. Defensa aseguró que se trataba de un bulo.  

Preguntada por esos reproches de Belarra en una entrevista en Al Rojo Vivo (La Sexta), Robles no ocultó su malestar y puso en duda el nivel de exigencia en la vicepresidencia segunda. “Me sorprende un poquito que a la hora en la que deberíamos estar trabajando se dedica a poner tuits personales”, dijo antes de señalar que Belarra “igual no está muy informada” sobre su posición respecto a la venta de armas a ese país “porque está con los tuits”. “No voy a entrar en comentarios y tuits personales que entiendo que nada tienen que ver con la acción de gobierno”, zanjó la ministra.