Los diez tripulantes del “Fortuna”, el barco regalado por varios empresarios a la Familia Real al que el rey renunció en mayo, fueron despedidos de forma improcedente y tendrán que ser indemnizados con un total de 1,23 millones de euros, según el fallo dictado hoy por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares.
La sala de lo social del alto tribunal balear ha estimado la demanda de despido colectivo interpuesta por la tripulación del último “Fortuna” y ha condenado al pago de la indemnización a la empresa adjudicataria del mantenimiento y gestión del buque, Unión Naval Valencia, y a Patrimonio Nacional, titular de la embarcación.
El fallo establece que la empresa naviera y el organismo público estatal tendrán que pagar a los tripulantes de manera solidaria, lo que supone que cada una de estas entidades abonará 617.720 euros que se repartirán entre los despedidos en función de sus años de servicio.
En el juicio celebrado hace dos semanas en Palma tanto Unión Naval Valencia como Patrimonio Nacional aceptaron los hechos planteados por los diez empleados demandantes, cuyas indemnizaciones oscilan entre los 185.000 y los 54.000 euros.
El yate ha vuelto a manos de los empresarios que se lo donaron al Estado en el año 2000 para que lo disfrutara la Familia Real. El Gobierno aprobó por decreto la desafectación de la embarcación.